El Brujas propuso de nuevo, al igual que hiciera en el Bernabéu, un partido con acción sin tregua. De manera que, mientras mantuvieron las fuerzas intactas, el Madrid no fue capaz de desembarazarse del atosigamiento a que le sometió el conjunto belga.
Así transcurrió casi toda la primera parte. Con pocas ocasiones de gol por ambas partes y un juego bastante trabado y deslavazado; llegando en muchas fases del mismo a parecer un correcalles.
Ahí estuvieron muy atentos y acertados tanto Varane como Militao, dos centrales con enormes cualidades, entre las que destaca la velocidad; pero que a la hora de sacar el balón alternan buenas acciones con lapsus graves que cuestan goles, como el tanto que logró el Brujas, merced a la metedura de pata de Militao en el pase horizontal que no llegó a su destinatario. Si a ello añadimos los frecuentes apagones en la salida de balón de Odriozola, encontraremos la explicación a ese atosigamiento que sufrió el equipo a lo largo de ese primer período.
¿Y arriba qué? Pues con esas dificultades en la salida del balón y la fuerte presión del rival hicieron que nuestros delanteros estuvieran más pendientes de defender que de otra cosa. Sólo a veces una tímida presión adelantada de Jovic que resultaba totalmente infructuosa, al no ser secundado por el resto de jugadores, a la vez que estiraba al equipo en exceso.
La segunda parte cambió notablemente y poco a poco el panorama. El Madrid tocó mejor, adelantó un poco más las líneas y el Brujas fue disminuyendo la intensidad de su juego. Los laterales comenzaron a aparecer (especialmente notable la profundidad de Odriozola), permitiendo una nueva variente interesante en el juego de Rodrygo y de Vinicius: la aparición por el centro del ataque.
Esas entradas de Vinicius y Rodrygo por el centro de ataque fueron la clave de que, con número escaso de llegadas a portería, el equipo acabara inclinando la balanza claramente en el marcador y en el juego a su favor. Especialmente llamativo es el desparpajo con que se desenvuelve Rodrygo en las inmediaciones del área, recordando por momentos al mejor Raúl, pese a que no tengan nada en común en sus condiciones físicas y técnicas. Bien haría Zidane en explorar las posibilidades que estos dos jugadores pueden aportar entrando por ahí; al igual que se hace necesario otorgar más profundidad a Mendy y un mejor trato con el balón en los centros al área.
En cualquier caso, buen juego a ratos y buen resultado con un equipo plagado de suplentes, ante un equipo incómodo. Pero no hay que olvidar que la tardanza en armar el equipo nos ha costado comparecer como segundos en el sorteo del próximo lunes. Casi imposible apelar a la suerte en el sorteo: todos son de primer nivel. Veremos.