martes, 28 de mayo de 2019

Fin de temporada: revolución o remodelación

 Hacer un balance de la temporada nos resulta pesado, porque tenemos la sensación de que es volver a rememorar una pesadilla interminable. Pero es necesario si queremos llegar a extraer algunas conclusiones que nos permitan abordar la próxima temporada con mayores garantías de competir hasta el final.
   Siendo conscientes de que no siempre se puede ganar, ya intuimos a comienzos de temporada que la cosa iba de transición, dado que los llamados a dar un paso adelante (Bale, Asensio, Benzema, Isco…) enseguida se desentendieron de esta nueva función. Todos miraron para otro lado. Ninguno quiso asumir la responsabilidad, salvo el francés conforme avanzó la temporada. Los llamados a cubrir el hueco dejado por Cristiano abdicaron a las primeras de cambio. A ello se añadió el estado lamentable en que regresaron del Mundial varios jugadores cruciales en el juego del equipo: Modric, Kroos, Casemiro, Varane…
   Así que con estos mimbres ni Lopetegui que, a pesar de traer ideas renovadas, exigía un compromiso físico mucho mayor que en etapas anteriores; y por tanto se encontró con que el patio no estaba para esos derroches; ni Solari, que volvió a esquemas anteriores; pero que, favorecido por los resultados, relegó a algunas piezas importantes que a la postre terminó por necesitar, y que se cobraron venganza; ni Zidane, que vino a hacer la revolución desde dentro, pero que ha sido incapaz de levantar un equipo cada vez más hundido y desdibujado.
   De la etapa de Lopetegui nos queda el cansancio que genera en los jugadores un Mundial (casi todos los jugadores del Madrid lo disputan) que imposibilita el imprescindible descanso mental. Tampoco ayudó el invento de la Liga de Naciones que se sacó de la manga la UEFA.
   De la etapa de Solari nos quedamos con la explosión de Vinicius y con que es imposible formar un equipo ganador creando enemigos irreconciliables que terminan por minar la convivencia del grupo.
   De la etapa de Zidane no nos queda nada de momento. Tiempo absolutamente perdido, porque ni siquiera habrá podido extraer conclusiones de los jugadores que le sobran. En un equipo descompuesto por completo nadie es culpable de nada, y todos son responsables del desastre.
   Así que nos hallamos ya en vacaciones y con el mercado en ebullición. Pero sin tener claro qué es lo que queremos y cuánto estamos dispuestos a dar por ello.
   Se supone que queremos traer jugadores importantes que aporten algo distinto al equipo. Se supone que queremos traspasar a jugadores que no sirven para el próximo proyecto. Pero ambas medidas requieren acudir a un mercado que se ha vuelto loco a juicio del Presidente del equipo. De este modo, jugador por el que se interesa el Madrid, automáticamente pasa a costar el doble de lo que el club cree que vale realmente. Por el contrario, con la temporada que ha realizado el equipo, todos los jugadores han quedado devaluados, salvo Vinicius.
    Con estas premisas, la tan cacareada renovación en forma de revolución puede que se quede en una remodelación de un par de fichajes importantes y poco más. A eso apunta la renovación de Kroos y la insistencia en la alineación de Marcelo en la etapa Zidane II.
   No creemos que vaya a haber grandes cambios en un equipo que conserve a todos los pesos pesados del mismo: Ramos, Marcelo, Modric, Casemiro, Isco… La cuestión iría más bien por una nueva etapa de Zidane en el equipo con algunos cromos que compensen las salidas de Cristiano y Bale. E intentar a partir de ahí reeditar tiempos pasados.
   Si acierta con esos dos o tres fichajes, podemos estar de acuerdo en que es la única forma de que Zidane saque a flote un equipo campeón de nuevo; ya que no le vemos construyendo un equipo totalmente renovado y con un nuevo sello que a cortísimo plazo (el Bernabéu no va a tener paciencia alguna en la nueva temporada) enderece el rumbo y lo conduzca a buen puerto.
   Poco importa lo que pensemos nosotros que se deba hacer (un lateral izquierdo, un centrocampista defensivo, un punta desequilibrante y un delantero centro puro), lo que interesa es que lo que venga mejore sustancialmente a lo que se tiene, que sea personal contrastado y de fácil adaptación (recordemos de nuevo la impaciencia a la que se va a enfrentar todo el club). Y ahí sí; tendrá que ser lo que el mercado dicte.
  P.D. Todo ello sin contar con espantadas tipo Ramos, acaecida después del escrito de esta entrada. El verano es muy largo y propicio para calentar las cabezas.

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