miércoles, 5 de diciembre de 2018

Tirar del carro. R. Madrid 2 - Valencia 0

    Aunque viene sucediendo en las últimas temporadas no acabamos de creernos que vaya a suceder de nuevo. Nos referimos a esa mejoría muy lenta, casi imperceptible que experimenta el equipo a medida que mejoran los jugadores de forma individual. Así observamos que Courtois está un puntito mejor: el sábado fue sostuvo al equipo cuando el Valencia achuchó en la segunda mitad. Ramos está más concentrado en el juego, Modric empieza a merecer estar en el terreno de juego, Benzema está en su mejor estado de forma desde que llegó al Madrid (llegó a robar varios balones en defensa, en unas reacciones enérgicas jamás vistas en él), Lucas Vázquez ha vuelto  a ser ese jugador atrevido a la hora de encarar y determinante en el juego de ataque.
    Y esta sería una de las claves de por qué se ganó el sábado con relativa tranquilidad. Pero a nuestro juicio la gran clave está en que, obligado por las circunstancias de las lesiones, Solari decidió hacer lo que le veníamos pidiendo (véase nuestra entrada en este blog del 5 de noviembre). De este modo,  la rectificación de quedar en el banquillo a Lucas Vázquez en Ipurúa se ha demostrado como el elemento más determinante. Este jugador le aporta un sacrificio continuado en el  partido, una aparición en cualquier posición de la delantera, y una solidaridad con el equipo a nivel defensivo, que le hacen el jugador más importante para el equipo. A ello  hay que añadir la entrada de Reguilón, Ceballos y Llorente. Los cuatro conforman lo que denominamos "agitar el equipo". A la vez son una contestación bien manifiesta de lo que significa "tirar del carro". Esa expresión que no parece que los Asensio, Isco o Bale tengan demasiado claro. 
    Carvajal ha salido de una lesión, al igual que Isco de una operación; pero mientras aquel va como un tiro desde el primer día, este parece estar en pretemporada. Replicó a Lopetegui, justo antes de la destitución, cuando le sustituyó unos minutos al final del partido. Se enfada con Solari porque no le pone, en lugar de pelear por ganarse el puesto. Por más que Bale esté en las mismas o incluso aporte menos, no justifica su actitud.
     Tirar del carro es lo que ha hecho en estos dos últimos partidos un jugador que no había contado en toda la temporada para los entrenadores, como es Llorente; y salir al terreno de juego a sostener al equipo, demostrando energías y fuerza desde el minuto uno al noventa.
     En fin, el equipo no está para tirar cohetes, de hecho en la segunda parte se pudo aguantar gracias a las apariciones de un Courtois impresionante; pero la mejoría fue muy evidente en la primera parte y en el tramo final del encuentro. Tampoco hay que olvidar que la situación del Valencia es la que es en la tabla, y que vendrán huesos más duros de roer.
     Está claro que la única manera de salir de esta situación es que todos los que salgan al terreno de juego se pongan a "tirar del carro" sin mirar lo que hace el de al lado; porque si no, en cuanto vean  a Bale, que parece que ha de jugar sí o sí, bajarán los brazos y seguirán la máxima de Asensio: "hay otros que tienen que tirar antes".
     La temporada es muy larga. Estar arriba en las tres competiciones debe dar trabajo para todos. Conviene que nadie se acomode ni en la titularidad ni en el banquillo. El ejemplo de Llorente o de Ceballos es bien significativo. Hace falta que el entrenador sea justo y premie el esfuerzo de todos sus jugadores, independientemente de que en igualdad de condiciones se incline en los partidos decisivos por aquellos que le parezcan más adecuados para el juego que quiera desarrollar.
     Viene el Melilla, y luego la Liga, y luego la Champions... partidos propicios para mejorar el tono sin demasiados riesgos.
     

jueves, 29 de noviembre de 2018

No es lo que parece. Roma 0 - R. Madrid 2

   Si nos tomamos la molestia de mirar lo que decíamos a comienzos de temporada, acerca de las dudas que nos transmitía el equipo cuando se enfrentara a equipos aguerridos y con fuerte presión, veremos que se han ido despejando en favor de la catástrofe. Porque eso fue lo que vino a ocurrir en Éibar. Allí se encontraron de nuevo ante un equipo perfectamente ensamblado, trabajado, conocedor de lo que cada uno debe hacer individualmente, y de lo que debe hacer en favor del equipo. De modo que si a eso le añadimos el espíritu con que unos y otros abordaron el encuentro, no nos costará esfuerzo alguno comprender porqué el Madrid recibió un vendaval de presión, juego y goles tan nítido.
   Todo esto viene a cuento de que ayer, después del encuentro en Roma, algunos periódicos y opinadores titulaban que esta era la competición que les motiva a estos jugadores, sabedores de que es la competición que más aprecian directiva y aficionados en general. 
    Todo verdad, salvo un pequeño detalle: el resultado no refleja lo que fue el partido. El Madrid estuvo gran parte del primer tiempo a merced de su rival. Sólo la suerte y el buen hacer de Courtois les impidió irse al descanso con más de un gol en contra. Y eso que enfrente había un equipo muy diezmado por las lesiones y en un estado de forma que le tiene sumido en mitad de la tabla de su liga.
     Que a estas alturas de la temporada aún estemos probando qué jugador ha de hacerse con las riendas del pivote defensivo cuando Casemiro no está, es un síntoma de que las cosas no andan bien. El experimento de Ceballos tuvo resultado desigual. No hay más que ver la debacle de Ipurúa. La colocación de Llorente el martes en esa posición pareció un poco más ajustada. Pese a que el Roma llegó con facilidad durante la primera parte, el chico estuvo bien; sacó la pelota con criterio, se empleó con energía cuando fue necesario y consiguió un orden algo más esperanzador. 
      Pero pensamos que no deberíamos confundirnos; el equipo que teníamos ayer enfrente no es equiparable a casi ningún rival de los que hoy por hoy se encontrará el Madrid en las próximas semanas y meses. La Liga es muy competitiva, los equipos nos conocen muy bien y, sobre todo, el equipo no da síntomas de poner toda la carne en el asador
      Parece que el entrenador ha recibido la lección a medias. Pues ha sentado a Isco y a Asensio, y ha dado entrada de nuevo a Lucas Vázquez, a quien defenestró en Éibar. Sigue apostando por Bale, consciente, suponemos, de que este es un jugador capaz de ganar un partido en fases decisivas, y a la vez muy difícil de tratar a nivel personal. La actitud en los entrenamientos debe ser muy distinta a la de Isco, al decir de Solari; razón por la cual el entrenador lo ensalzó frente al malagueño. Esta regañina en forma de comparación, puede hacer que tengamos un "caso Isco", o lo que es lo mismo,  que haya un enfrentamiento entre entrenador y jugador del que el gran perjudicado sea el club. Pensamos que ya era suficiente castigo mandarlo a la grada. Añadir las comparaciones sobre cómo entrenan los jugadores es vejatorio, por más que sea verdad. Sobre todo porque estamos hartos de ver cómo algunos jugadores han estado y están jugando en un estado lamentable (Modric) o con una actitud deplorable (Bale).
      Así que lo único positivo de este partido es que el equipo se ha clasificado en primer puesto de la Liga de Campeones, que este curso parece que ha situado a casi todos los "gallitos" en primera posición. Esto permitirá evitar cruces más que peligrosos; a la espera de lo que finalmente hagan en el grupo del Nápoles, Liverpool y PSG.
       Ahora espera el Valencia, que a pesar de haber quedado eliminado de la Champions, es un equipo en alza en su juego. Veremos el sábado qué cara nos muestran unos y otros.
    

lunes, 12 de noviembre de 2018

Benzema lidera la racha ganadora. Celta de Vigo 2 - R. Madrid 4

   Con las obligadas incorporaciones de Reguilón por Marcelo y Odriozola por Carvajal, el equipo que salió ayer al terreno de juego era el mismo de la etapa Lopetegui, jugando además con un esquema parecido. Pero no se pareció en nada en lo referente a la actitud de los jugadores. De la apatía a la participación, de la individualidad a la solidaridad, de la pereza al esfuerzo; el equipo era otro muy distinto
   Y eso que el contrario no escatimó ni esfuerzos ni medios para rebajar los ánimos merengues, con entradas bruscas a destiempo que provocaron lesiones que ya veremos en qué terminan sustanciándose. En este capítulo, como siempre, la responsabilidad es achacable al árbitro por permitir este tipo de juego. 
     Sacamos esto a colación porque tuvo una incidencia importante en el transcurrir del partido, al tenerse que sobreponer a las lesiones de la mitad de la zaga (Casemiro, Nacho y Reguilón). Y no solo sus sustitutos estuvieron a la altura, sino que los demás no se arrugaron, redoblaron el esfuerzo hasta conseguir una meritoria victoria.
     Cabe preguntarse qué ha cambiado en este equipo para que se produzca esta mejoría tan llamativa y repentina. Creemos que han cambiado cuatro cosas fundamentalmente: la mejora de la actitud de casi todos los jugadores, el paso adelante dado por algunos de ellos, el cambio de acera del  infortunio, y el cambio de entrenador.
    Estos cuatro elementos son claves, pero no por sí mismo, sino de manera interrelacionada. Es decir, que no podemos saber qué fue antes o cómo uno influye sobre los otros, pues quizá la mejora de la actitud vino a consecuencia del optimismo generado por alguna victoria en la que los palos cambiaron su preferencia (ayer sin ir más lejos el Celta envió un cabezazo al palo, mientras a Benzema le entró el balón enviado al palo que rebotó en un contrario).  O si la fortuna es un acompañante más de esa mejoría de la actitud. O si Benzema dio el paso adelante hasta convertirse en el jugador que llevamos esperando todos estos años, porque todos han apretado un poquito más, le llegan más balones en condiciones... O fue porque el entrenador le ordenó centrarse más en la función de delantero puro.
      Lo cierto es que el cambio de entrenador ha coincidido con todo esto y alguna "culpa" debe tener Solari, al margen de que cualquier cambio en el banquillo genera una expectativas en la plantilla. Y aunque, como hemos dicho al principio, la mayoría de los cambios han sido obligados; también es verdad que ha sentado a Isco, a Asensio, y ha dado entrada desde el inicio a Lucas Vázquez y a se ha inclinado por Courtois de forma clara. Esto le ha llevado  a tocar menos de lo que lo hacía con Lopetegui, a ser por tanto más vertical y a reforzar las ayudas defensivas al menos en la banda derecha. Ya solo le falta perder la paciencia infinita que todos los entrenadores están teniendo con Bale. Quizá la baja forma de Isco y Asensio es la razón de que no esté ocupando un asiento. Quizá se deba a que no quieren perderlo para el resto de la temporada.
      No podemos dejar pasar algún comentario sobre la aportación de algunos jugadores a los que nos referíamos más arriba. El caso de Reguilón es el ejemplo más claro porque está supliendo a Marcelo magistralmente; por supuesto en defensa, pero también en ataque. También es de destacar el buen rendimiento dado por Ceballos. Ayer nos gustó especialmente porque tocó menos, se posicionó mejor, y nos pareció más efectivo. Courtois ya había demostrado que era un gran portero, pero ayer sacó dos balones fuertes y rasos que solo su envergadura y agilidad hacen posible parar. En este sentido es un valor añadido. Poco a poco se va acoplando mejor con su defensa.
     Mención aparte merece Benzema. No solo por la belleza de sus goles (el primero es una obra maestra), sino por su participación constante en el juego en todas sus facetas: desmarcándose, disparando, desbordando (el segundo es otra genialidad) y hasta cabeceando. Creemos que lleva nueve goles en la temporada, a los que habría que sumar algunos penaltis que no tiene oportunidad de lanzar porque ante la racha de Ramos tenemos que rendirnos. Sobre todo por el morbo que supone apostar por que esta vez no lo va a tirar a lo Panenka, pero... ¿y si sí?  Está empeñado en hacerse un mito y va camino de conseguirlo, por más que la prensa inglesa se empeñe en demonizarlo.
     Viene un parón de muchos días en el que esperamos la recuperación de los lesionados y que la racha continúe a la vuelta. El Éibar nos espera en casa. Veremos.
     

lunes, 5 de noviembre de 2018

Agitar como sea. R. Madrid 2 - Valladolid 0

  Ningún signo de mejoría. Ni siquiera el cambio de entrenador trajo agitación en la plantilla; juegan los mismos que lo hacían con Lopetegui, y con el mismo esquema y sistema de juego. En esas condiciones era muy difícil que se mejorara lo más mínimo frente a un rival muy bien trabajado. 
      Lo único que cambió fue la fortuna. En esta ocasión se puso de parte de los blancos: dos palos del Valladolid y alguna llegada en mano a mano con Courtois que por "fortuna" se fueron fuera.
      En realidad fue peor que eso. Observamos una cierta mejoría en la actitud de algunos jugadores respecto a partidos anteriores. Ya sé que esto nos llevaría a pensar que algunos de ellos hicieron muy poco para salvar a su entrenador. Pero también podemos pensar que al dejarles en Madrid en el partido de Copa, el buen resultado les dejaba a los pies de los caballos a ellos (véase Modric, Isco, Bale, Kroos). De todos modos, el posible cambio de actitud fue del todo insuficiente porque tampoco es que se esforzaran mucho más. 
       Quizá Solari pretenda cargarse de razones para llevar a cabo una revolución en las alineaciones; pero mucho nos tememos que esa no es su intención. Más bien se trataría de buscar una mayor implicación y motivación de los habituales del equipo. Siendo verdad que con esto debería bastar para dar la vuelta a la tortilla, no creemos que hoy por hoy eso solo baste. Insistimos en que la enfermedad es más grave de lo que algunos piensan desde dentro.
       Es imposible cambiar el rumbo, si te empeñas en alinear a jugadores como Bale. Es indignante escuchar al entrenador señalar los defectos defensivos (que son palpables) de Vinicius que salió un cuarto de hora al terreno de juego; y no mencionar nada acerca del compromiso defensivo del galés en todos los partidos completos que disputa. Sobre todo porque el jugador que le sacó las castañas del fuego en los dos últimos partidos no se merece un reproche público. Pero una vez más es más fácil atacar al más débil.
        Para colmo, cada cambio que realizó el entrenador fue contestado con malos humos por los respectivos sustituidos (véase Casemiro y Bale), salvo Asensio. Pensamos que Casemiro no debería haber sido sustituido, porque el equipo está sufriendo mucho a nivel defensivo, y más bien hay que reforzar este aspecto; pero no puede ser que un jugador muestre su enojo públicamente como él lo hizo. El entrenador está para eso, y si además le sale bien (por fortuna sin duda), habrá que convenir en que toca aguantarse un poquito los ímpetus.
     Hoy por hoy cualquier jugador que remueva un poco el juego, aunque no sea muy ortodoxo, es beneficioso para el equipoPorque el juego se ha vuelto tan plano y previsible; está tan estudiado por los contrarios que resulta imposible sorprender a nadie. Lo hizo Ceballos en el partido contra el Atlético. Lo ha hecho Odriozola en varios partidos. Lo repite cuando quiere y puede Marcelo. Y lo ha repetido Vinicius en Melilla y el sábado, a pesar de que solo dispuso de quince minutos. 
    Estos son hechos. Y el entrenador tiene motivos más que sobrados para acometer estos cambios; pues aunque sea difícil abordar la temporada sin los jugadores claves, su trabajo consiste en buscar lo mejor para el equipo manteniendo la motivación de todos jueguen más o jueguen menos. Probablemente esto que es fácil de decir, sea muy complicado de conseguir; pero por eso se ha tenido que marchar Lopetegui. Por tanto, Solari puede pretender que el enfermo remonte con la misma medicina, pero corre el riesgo de llevar el mismo camino que su antecesor.
     Sin volverse locos con lo hecho por Vinicius, conviene señalar que ha llegado la hora de dar más oportunidades a los agitadores, ya sea Vinicius, Reguilón (magnífico partido el sabado) De Frutos, Feuillassier o Cristo, por poner algunos ejemplos desconociendo cuáles de ellos pueden jugar en el primer equipo. Quizá de esta forma no solo se agitarían los partidos, sino también una plantilla demasiado acomodada. Siendo rigurosos, los mejores jugadores del sábado fueron Reguilón, Odriozola, Benzema y Vinicius. Pues eso.
      El miércoles viene un partido decisivo en el devenir de la Liga de Campeones esta temporada. Es necesario recordar que este equipo nos pudo ganar en casa. Veremos qué cara presenta el enfermo.
      

lunes, 29 de octubre de 2018

El enfermo no mejora, veamos a otro médico. Barcelona 5 - R. Madrid 1

   A  nadie le puede haber sorprendido el resultado, dadas las condiciones anímicas con que se afrontaba este encuentro. Por más que en esta ocasión en el equipo contrario no estuviera su jugador más determinante. 
    Podemos convenir que el resultado fue más abultado de la cuenta por lo que vimos a lo largo del partido. Incluso, como dijo Lopetigui, el Madrid tuvo opciones de empatar en esos quince minutos de la segunda parte en los que se logró dar la vuelta a la tortilla. Pero de nuevo la falta de acierto de cara al gol devino en la llegada del tercero, y el regreso de la "depresión" a un grupo de jugadores abatidos y sin espíritu de lucha.  
    El equipo sigue con los mismos problemas de desgana, de solidaridad entre líneas (véase el primer gol por la banda derecha, ampliamente avisado), de aparición en zona de remate y acierto en el mismo. 
    La lesión de Varane (horrible de nuevo) dio pie al entrenador a reestructurar el equipo con una defensa de tres centrales y la incorporación de Lucas Vázquez como carrilero por la derecha, mientras Marcelo lo hacía por la izquierda. Esta reestructuración y, sobre todo, un poco más de empuje de todos los jugadores propiciaron el gol, el palo y alguna ocasión más para haberse puesto por delante en el marcador. A partir de ahí  (15 minutos), de nuevo regresamos a los errores, la apatía... 
    Así que el entrenador hizo lo que tenía que hacer: proponer soluciones a la situación; pero los jugadores no parecen estar para esfuerzos prolongados y remontadas ni épicas ni minúsculas. Quizá podamos echar en falta algunos jugadores (Odriozola, Vinicius, Ceballos), quizá nos sobran algunos (todos); por eso creemos que hoy por hoy no se trata de la inclusión de este o aquel jugador. La enfermedad es más grave, y afecta a todo el equipo.
     Si no fuera por las declaraciones de algunos de los jugadores apoyando al entrenador, se diría que están forzando la situación para que sea sustituido. Esto no parece muy lógico, pocos de los titulares con Lopetegui van a mejorar con otro entrenador en el aspecto personal. Más, si se tiene en cuenta de los nombres que se barajan para sustituirle.
     Ahora sí, llegados a este punto tenemos algunas cosas claras. Hay un problema grave como hemos señalado que el más directo responsable, el entrenador, no es capaz de solucionar. Ahora no se puede arreglar el problema de plantilla que ha ocasionado el Presidente, por tanto hay que tirar con lo que se tiene; por lo tanto solo queda una solución: cambiar al entrenador. A fin de que pueda eventualmente pueda producirse un revulsivo y pueda enderezarse la situación.
    Por otro lado, la sustitución del entrenador lleva parejo un problema no menor, que es el tiempo. Es decir, para cuánto tiempo se contrata a un entrenador que conduzca al equipo hasta final de temporada en condiciones de que salve la temporada y aborde la imprescindible renovación de la plantilla. ¿Querrá ese entrenador hacer de salvador para a renglón seguido marcharse? Lo más lógico es que firme esta temporada y la renovación automática según objetivo. Y aquí viene la madre del cordero: ¿Cuál será el objetivo a alcanzar esta temporada, visto lo visto? No es nada fácil determinar este aspecto. Por eso no es de extrañar que Conte haya dicho que eso de firmar tiene sus condiciones.
     En cualquier caso, el tiempo de Lopetegui ha concluido muy a pesar nuestro, pues seguimos considerando que es un buen entrenador que no ha tenido suerte, y al que le han entregado un equipo agotado mentalmente por las cuestiones que ya hemos expuesto en nuestra entrada anterior. El no ha sabido o no ha podido transmitir la energía necesaria para abordar la temporada con más solvencia. Los medios de comunicación desde el principio han maniobrado en su contra de forma muy nítida. Y , a falta de que luego puedan salir revelaciones del interior del vestuario, esto es lo que hay.
      Esperemos ahora que el nuevo entrenador entre con buen pie y pueda levantar esta situación, que esperemos haya tocado fondo, porque el pasado año recordemos que esta misma situación duró hasta el mes de febrero, cuando caímos eliminados de la Copa del Rey. La Liga la entregaron los jugadores, igual que ahora, y La Copa Zidane; pero jugadores y entrenador nos dieron la decimotercera. Pero Lopetegui no tiene el crédito de Zidane, Así que vamos a ver qué nos trae el siguiente.
     El miércoles el Melilla, y el sábado el Valladolid  nos van a dar las primeras muestras de la evolución de la enfermedad. El nuevo médico aún no habrá podido aplicar su medicina, pero a veces los enfermos mejoran misteriosamente. Veremos   

martes, 23 de octubre de 2018

Cansancio mental R. Madrid 1 - Levante 2

   Que el equipo está aquejado de alguna enfermedad es evidente por las críticas que desde todos los frentes se le hacen, incluidos al parecer el propio club. Pocos aciertan a hacer un diagnóstico claro de la "enfermedad" que aqueja este equipo. Sin embargo casi todos se han lanzado a la petición de la cabeza del entrenador. Unos mostrándose a las claras partidarios de ello, otros amparándose en esa supuesta olla de grillos que se pasa el día al parecer largando confidencias acerca de las decisiones que toma el club (fuentes del club dicen que...), incluso con varias semanas de antelación.
    Nosotros nos inclinamos a pensar que hay una conjunción de factores que están conduciendo al equipo a una grave crisis. Muchos de esos factores hemos venido apuntándolos desde el comienzo de la temporada.
     En primerísimo lugar situaríamos la gran cantidad de errores individuales que llevan al equipo a remar contracorriente en muchas jornadas (véase el fallo de Varane en el primer gol).
     En segundo lugar, casi empatado con el anterior, y  desde luego ligado a él, situamos el estado de forma en que se encuentran todos los jugadores de la defensa. No en vano la Selección adolece de un mal parecido ya que sus centrales son los del Madrid. De esta línea salvaríamos a Carvajal, pero con varias bajas en la temporada.
     En tercer lugar, el estado de forma o la falta de compromiso de la línea de centrocampistas. Vemos las ganas y la generosidad de Kroos con su selección y apreciamos una actitud muy distinta. El caso de Modric es distinto, porque también le encontramos tieso con su Selección. 
     En cuarto lugar, el baile que se traen los delanteros: hoy doy un paso adelante, mañana lo doy hacia atrás. El caso más significativo de ellos es el de Asensio, porque pareció otro jugador al comienzo de la temporada. Está perdido, no sabe qué tiene que hacer. Se le ha olvidado la verticalidad... Nada nuevo que decir del caso Bale, porque él solo se basta para darle la razón a sus detractores.
     En quinto lugar, tenemos el caso de Mariano sobre quien no podemos cargar la responsabilidad de hacer olvidar a Cristiano; sobre todo teniendo en cuenta los cuatro puntos anteriores. El jugador está ansioso por hacer cosas y casi llega a todas, pero no llega a ninguna.
     Enlazando con el anterior, y fuera de esta categoría se encuentran las decisiones tomadas por el club en esta temporada en materia de plantilla. Es absurdo hablar de Cristiano porque ya no está, y en esto apoyamos la decisión del club. Pero no ha sido acertado confiar una temporada al hipotético crecimiento de Bale y Benzema, dos jugadores con sobrados antecedentes de irregularidad en el juego, lesiones e indolencias; en espera de la llegada de un crac que esta temporada no estaba dispuesto a venir. Tampoco ha sido muy acertado dejar marchar a Kovacic.
   Y hay un intangible del que no hemos oído hablar a nadie, que es la puesta en marcha de esta competición de Liga de las Naciones, sobre todo porque viene de un mundial que hace dos días que se ha disputado. El equipo tiene a la mayoría de sus jugadores siendo fundamentales en sus respectivas selecciones, y esta nueva competición no permite concentraciones muy relajadas, sino que representan una carga de partidos completos y con alta concentración. Por eso no es de extrañar que tampoco estén bien con sus selecciones. Para poder ir a la selección es necesario jugar con el equipo, pero esto supone una sobrecarga de partidos que en términos de máxima concentración es imposible de mantener en el tiempo. Así están Ramos, Varane, Modric, Kroos, Asensio, Isco, Bale. En definitiva, prácticamente todo el equipo.
     Nuestro diagnóstico es que el equipo sufre una fatiga mental ocasionada por la falta de descanso. Son muchos los jugadores que apenas han descansado de la temporada pasada y del Mundial, y de nuevo han de solventar problemas en la Liga de las Naciones que se ha inventado la UEFA. Además de afrontar una nueva máxima exigencia en el club, debido al cambio de entrenador, la ausencia de jugadores importantes y la llegada de otros nuevos. En definitiva, cansancio sobre todo de tipo mental. Eso es lo que lleva a cometer errores de concentración, bloqueos a la hora de saber por dónde atacar al rival, desconfianza en las propias posibilidades para sacar adelante los partidos porque son muchos los jugadores que no pueden o no quieren dar todo lo que se les exige.
    ¿Solución?: Paciencia. Lo ideal sería la renuncia de algunos de estos jugadores (Modric, Ramos, Marcelo) en la participación de sus selecciones, al menos en las competiciones menores. Por supuesto, descansos en las competiciones en que participa el equipo.  Aunque entendemos que es muy difícil dado que el entrenador de la selección también es nuevo y quiere marcar diferencias y máxima exigencia. Esto por centrarnos en los jugadores españoles, por no extendernos; pero fijémonos en la presión a que está sometida Alemania (Kroos).  
    Y no, no somos partidarios de la destitución del entrenador, sobre todo porque está haciendo lo que le demandamos en cuanto a la búsqueda de variables y soluciones para encauzar al equipo a la senda de la victoria. Podemos entender que se pida su sustitución por la mala racha de resultados, pese a que esto no siempre ha sido una solución, pero no podemos compartir la crítica por la crítica: se ha llegado a decir que es que es un entrenador triste. ¿Hasta dónde pensamos llegar con estos niveles de análisis? 
    Por tanto, paciencia. Y hacer comprender a algunos jugadores que es necesario que descansen de vez en cuando. Sergio Ramos no puede ser el capitán, el que tire las faltas, el que las remate, el que salga en la rueda de prensa a dar la cara en su equipo, en la Selección... 
    Llega la Liga de Campeones. Otra vez máxima concentración porque se perdió en Moscú. Otra vez que no se puede fallar. Otra vez, no poder relajarse con un decisivo Barça a la vista en tres o cuatro días.
    Da fatiga mental solo de pensarlo. Veremos.

domingo, 7 de octubre de 2018

Malos síntomas. Alavés 1 – R. Madrid 0


   No comenzó mal el encuentro,  para variar con respecto a los anteriores partidos. Salieron atentos y concentrados  desde el primer minuto. Se consiguieron algunas ocasiones, de nuevo sin materializar. De este modo se cuajó una buena primera parte. Pero todo fue diluyéndose poco a poco. De modo que durante la segunda parte las ocasiones casi desaparecieron, el Alavés cogió un posicionamiento que dificultaba sobre manera incluso las tareas de deambulación de la pelota de uno a otro lado, que caracteriza al equipo.
   Y es que el Alavés no se limitó a encerrarse atrás posicionalmente, sino que desde esa posición presionó sobre cada jugador del Madrid de una forma asfixiante. Sobre todo debido a que los merengues vienen jugando constantemente al pie. Salvo algunas entradas de Odriozola por su banda a la espalda de la defensa del equipo vasco, el juego restante es tan elemental, por más que se haga con rapidez, que resulta muy previsible, sobre todo con los espacios tan achicados como le plantean los equipos en defensa.
   Si el único recurso que le muestras al contrario es la movilidad de la pelota pie a pie; sin delantero centro que aproveche los centros que se hacen desde la banda, sin juego entre líneas, sin nadie que desborde o lo intente; resulta muy difícil doblegar a cualquier rival bien organizado como es el Alavés a día de hoy.
   Lo malo de todo ello es que son síntomas de una deficiente planificación de la plantilla, y de la falta de cumplimiento de las expectativas puestas en algunos jugadores de la misma.
   Nos preguntamos qué ha pasado para que Asensio, que pareció dar un paso adelante al comienzo de temporada, que declaró que con este entrenador sabían lo que tenían que hacer; de repente deambule por el campo como alma en pena, sin intentar un desborde, sin recursos… Qué ha pasado para que Lopetegui, que a principio de temporada dijo que tenía la mejor plantilla del mundo (aunque por lo bajo, dijo que precisaba un lateral izquierdo y un delantero) ahora no confíe en los suplentes y se queje de la mala suerte de las lesiones. Sobre todo si piensas que el único que podía haber hecho algo distinto es Marcelo; pero también corres el riesgo de dejar una banda muy desprotegida.  
   No nos vamos a sumar a aquellos que empiezan a hablar de sustituir al entrenador. A falta de que afloren problemas internos de los que no tenemos noticias, o enfrentamientos importantes con el entrenador; esto deben sacarlo adelante los jugadores que hasta hace unos meses eran los mejores en sus respectivos puestos a nivel mundial.
   ¿Tiene solución esto más allá de la destitución del entrenador? Nosotros creemos que sí. Pero han de corregirse algunas cosas. Por un lado, es necesaria la incorporación al ataque de alguien por el centro de la delantera que conecte con Benzema y Bale. Al comienzo de temporada el galés aparecía por ahí con frecuencia. Ahora lo ha abandonado, no sabemos si por indicaciones del entrenador o por qué. Así que es imprescindible que alguien aparezca en esas posiciones. Si ha de ser un centrocampista (véase Asensio), que sea. Que la solución es Mariano, aplíquese; aunque ello comporte una carga de los delanteros en tareas defensivas.
   Pero la verdadera solución pasa por que todos los jugadores aporten un poco más de lo que hasta la fecha están dando. Ayer el único jugador que estuvo a la altura de lo que se jugaban fue Odriozola. El resto, entre fallos puntuales (Courtois, Ramos), falta de ideas (Asensio), obsesiones (lo de Bale ayer con la faltita es para hacérselo mirar), falta de forma (Modric) y de generosidad en el esfuerzo (el resto, salvo Odriozola); configuran la explicación de lo ocurrido.
   Pues eso: ¡Todos a trabajar!, incluida la dirección técnica del club.

miércoles, 3 de octubre de 2018

Pólvora mojada. CSK Moscú 1 – R. Madrid 0


   Iniciar el partido en un lugar gélido como suele ser Moscú debe ser muy difícil para personas que proceden de latitudes con temperaturas por encima de los 30 grados; pero resulta más difícil si lo inicias con un gol en contra en el primer minuto de juego. 
   Hay quien opina que fue un error y punto. Nosotros lo vemos como un síntoma de lo que le sucede al equipo y a los jugadores concretos que intervienen en la jugada. Por lado, Kroos que es un jugador que no suele emplearse a fondo más que en los momentos y partidos que él considera importantes. Varane ya viene demostrando a lo largo de esta temporada que ha llegado saturado mentalmente y sigue estándolo. Decimos mentalmente, porque los errores que comete no son por falta de físico, sino por falta de concentración y claridad en las jugadas. Lopetegui que se ha empeñado en que el balón siempre hay que sacarlo jugado desde atrás. Los equipos contrarios (conocedores de ese empeño) presionan ahí, y se crea un problema porque sacarla (lo cual se hace bien la mayor parte de las veces) cuesta una gran concentración de todo el equipo. En el momento en que alguno de sus componentes no esté totalmente en la jugada, el riesgo que se corre es enorme.
   Al margen de esa jugada, el equipo se rehízo y generó juego y ocasiones suficientes para haberse llevado el partido; pero no hubo suerte. Tirar tres palos, se mire como se mire, es mala fortuna.
   No entendimos algunas decisiones de Lopetegui ayer. La primera fue la alineación de Carvajal que proviene de una lesión, que salió en pañales contra el Atlético y que terminó siendo sustituido. Quizá le dio miedo introducir una defensa inédita con dos laterales nuevos a la vez.  No entendimos la entrada de Modric, porque al igual que Varane está agotado mentalmente. No entendimos el cambio Lucas Vázquez para terminar poniendo a Odriozola en su posición, máxime cuando se dio entrada a Mariano que necesitaba balones desde la banda. Y tampoco entendimos la permanencia de Asensio que se manifestó inoperante toda la noche, especialmente en el lado derecho, donde se limitaba a pasar la pelota. Creemos que es el momento de Mariano, ante la ausencia forzosa de Bale. Ante defensas tan cerradas como la de los rusos, es necesario tener opciones por dentro y por fuera. El Madrid se empeñó una y otra vez en jugar por fuera casi como única opción. Quizá no tengamos jugadores para generar ruido en esa posición, pero siquiera por su ímpetu, con Mariano debieran intentarlo. Por cierto, de momento no veo conexión Benzema-Mariano.  Es una conexión natural que debiera dar sus frutos, pero hace falta que Benzema juegue de Benzema y Mariano haga de Cristiano. Lo primero es más difícil a día de hoy que lo segundo. No es fácil que Benzema acepte jugar para otro, con lo harto que debe estar de hacerlo durante años para Cristiano.
    No sé si es que no hay pólvora o es que está mojada, o es que la poca pólvora que hay está mojada. El caso es que ya van tres partidos sin marcar y en el de ayer no fue por oportunidades o por llegadas.
   Lo mejor, que todavía todo esto tiene remedio. Lo peor, que aparecieron las lesiones y Lopetegui aún no parece tener confianza suficiente en los suplentes. Veremos, porque viene otro partido importante en la Liga dada la entidad del rival esta temporada.

jueves, 27 de septiembre de 2018

Un paso atrás. Sevilla 3 – R. Madrid 0


   En un principio pensamos cargar las tintas sobre la celebración de los premios The Best. Después de reflexionar un poco, hemos llegado a la conclusión de que en la debacle de anoche hay jugadores que asistieron a dichos premios y jugadores que no lo hicieron. Siendo verdad que todos jugaron bastante mal, también lo es que no pueden diferenciarse por esta circunstancia. Es por eso que la cuestión nos parece más profunda. Y en cualquier caso, nada podría hacerse, pues opinamos que la asistencia a los mismos es algo que el R. Madrid no puede prescindir o renunciar a hacer. Sobre todo porque perjudicaría la imagen del club, de la que también se alimenta.
   Lo vivido ayer contrasta tanto con lo vivido hace tan solo una semana, que cuesta mucho creerlo y darle una explicación más allá de la lanzada por Casemiro al término del partido: le regalamos la primera parte del encuentro.
   Volveríamos pues al tan traído y llevado tema de la actitud. Según esta explicación, los jugadores habrían salido relajados, con pereza, falta de ritmo; mientras el contrario estaba concentrado, acelerado y con un ritmo endiablado.
   Y con esto habríamos encontrado una explicación razonable a lo ocurrido. Pero, sin ser incierto este análisis, a nuestro entender existieron más razones para que finalmente el Sevilla goleara a un equipo que llegó con la vitola de ser el menos goleado, merced a la mejoría en su sistema defensivo. Aunque no hemos participado de este análisis, pues no creemos que haya mejorado el sistema defensivo sustancialmente, sí es verdad que hasta ayer el equipo parecía sufrir menos que en otras temporadas. Pero nosotros creemos que eso tiene “un culpable”: la posesión. El equipo de Lopetegui, hasta ayer, tomaba el mando de la pelota en todos los partidos de forma abrumadora, y eso, por sí mismo, disminuye las posibilidades del contrario (mientras tú la tienes, el contrario no puede hacerte daño). Pero ayer no tuvo la pelota, o al menos no la tuvo como días atrás. Se vio atosigado desde el minuto cero por la presión que le hizo el Sevilla. La pelota no fluía con la facilidad de otros partidos, la movilidad de los jugadores sin balón se resintió; y finalmente, la disposición táctica del Sevilla no permitió mover y madurar las jugadas.
   Aún así, este relato no explica la enorme ventaja que cobró el Sevilla en tan poco tiempo. Y es que los errores defensivos lastraron al equipo de un modo definitivo, especialmente en los contragolpes para los que no contaba con la velocidad y oportunidad de Carvajal, cuya ausencia fue esencial. De nuevo estuvieron muy por debajo de su nivel Varane y Sergio Ramos, quedó muy señalado Marcelo, y de nuevo no estuvieron a la altura Asensio y Benzema.
   En definitiva, un paso atrás como equipo, pues seguimos teniendo un problema defensivo secular que tampoco Lopetegui acaba de solucionar. Un paso atrás de algunas individualidades que volvieron a comportamientos pasados: Asensio, Bale, Benzema. Un paso atrás del centro del campo que es el verdadero sostén del equipo de Lopetegui para poder mantener la pelota: Kroos y Modric tardaron mucho en entrar en el juego. Un paso atrás en la aportación de los suplentes (Lucas Vázquez, Mariano) que a pesar de que dispusieron de media hora, tampoco aportaron nada nuevo.
   Una oportunidad perdida para haber distanciado al máximo rival, que previamente había perdido contra el colista de la Liga. Ojalá fuera un problema de actitud, porque eso es muy fácil de remediar. Si fuera un problema de estructura o plantilla, tendríamos más dificultades.
   Viene otra prueba de fuego enseguida. Veremos.

jueves, 20 de septiembre de 2018

Un espectáculo total. R. Madrid 3 - Roma 0


    Para quienes no pudieran ver el encuentro, baste decir que hacía muchos años (como que no recordamos) que no se hacía un partido tan completo. Teniendo en cuenta la categoría del rival, que viene de ser semifinalista de la anterior edición de esta competición, y el equipo que cercenó las posibilidades del Barcelona en dicha edición.
   El dominio fue abrumador a favor de los blancos, que gozaron de infinitas posibilidades de anotar mucho antes de la magnífica falta que transformó Isco; pero de nuevo el acierto del portero rival frustró las ansias por ponerse delante en el marcador.
   El Madrid tocaba y desplazaba el balón con rapidez, tiraba desmarques arriba a los que se llegaba con relativa facilidad, o se hacían desplazamientos a larga distancia (los de Ramos a Carvajal empiezan a ser míticos por su trascendencia) que descolocaban el sistema defensivo de la Roma.
   El gol tenía que llegar y, aunque se resistió, mereció la pena esperar por el juego desplegado y por la bella factura del saque de falta que nos regaló Isco.
  El segundo tiempo, con la Roma más diezmada físicamente, vino a ser un recital de Modric e Isco. Uno, manejando la batuta en el centro del campo, metiendo unos pases interiores precisos y de tiralíneas, como el que dio lugar al segundo gol de Bale. Otro, con detalles de una calidad y preciosismo dignos del mejor de los  espectáculos, al que posteriormente vino a sumarse un Asensio que a punto estuvo de hacer uno de los goles del campeonato en un control y vuelta completa en un palmo de terreno, que de nuevo el portero de la Roma desbarató.
   A esta orquesta maravillosa que fue ayer el equipo, solo podemos poner un pero; cierta tendencia a desafinar de alguno de los componentes en defensa. Como ya hemos hablado de ello en otras ocasiones, no vamos a insistir. Pero sí decir que persisten los problemas, pese a que apreciamos que se está trabajando con Marcelo.
   Varias buenas noticias. La mejor, la irrupción de Mariano, que si bien es verdad que entró con el rival entregado físicamente, desde el primer instante supo buscar su hueco en los 20 min. que le dieron. Peleó y encontró su recompensa en un golazo de fuerza y potencia. Esto permitirá un recambio de garantías, si Benzema empieza a coquetear con su melancolía. Tampoco está mal que Isco haya decidido apretar el acelerador y que Asensio demostrase que hoy por hoy es el jugador más en forma del equipo, junto a Carvajal que acudió a apagar fuegos allá donde aparecían (lo vimos hasta en la banda izquierda). Y qué decir de Modric. Si en Bilbao lo vimos flojo (incluso reclamamos su sustitución), ayer cogió la batuta y condujo al grupo a un concierto extraordinario: juego, ocasiones, goles… un espectáculo total.
   Esperanzador comienzo en esta competición, aunque hay que recordar que esto no es cómo comienza, sino cómo termina.
   Espera el Español. Veremos.
  

lunes, 17 de septiembre de 2018

Físicos de noventa minutos; un problema. Atlétic 1 – R. Madrid 1



   Hemos de recordar una vez más las palabras escritas en la entrada anterior, referidas a la respuesta que se podría dar ante equipos que aguantasen el desgaste físico que supone presionar al límite todo el tiempo, tal como ocurrió con el Getafe. La respuesta no se ha hecho esperar. El planteamiento del Atlétic fue bastante parecido al del equipo madrileño, salvo que mientras estos no pudieron aguantar todo el tiempo, el Atlétic sí lo hizo. Bueno, para ser justos, también el portero vasco tuvo bastante que ver en este empate, que a ellos les sabe a victoria.
   Y eso que el Madrid movió el balón, con una rapidez impresionante en la primera parte, bajo la batuta de un Ceballos omnipresente. Quizá en exceso, porque convertirse en el iniciador de la presión, cuando los demás no están en ello, aparte de agotador es inútil.
   Como decimos, el toque rápido debería haber sido el recurso ante un equipo que no dejaba de presionar con faltas tácticas y la acostumbrada permisividad arbitral. Pese a lo cual, el Atlétic terminó con 20 faltas y seis amarillas, debieron ser más y algún jugador debió terminar en la caseta: véase, Raúl. Con esto y la mencionada buena actuación del portero les bastó para frenar, e incluso ponerse en ventaja en el marcador, en una jugada que causó mucho daño al equipo, que se desorientó en lo que quedó de primer tiempo. Como esperando instrucciones de su entrenador.
 Y así fue. En la segunda parte, los cambios de Casemiro e Isco dieron algo más de profundidad y colocación en el campo. Ahí llegó el gol de Isco, y las numerosas oportunidades desbaratadas por Unai, el portero atlético.
   Desde el no conocimiento del comportamiento del día a día en los entrenamientos, nos permitimos opinar acerca de la alineación y cambios efectuados por Lopetegui. No sin antes señalar los errores cometidos por Marcelo y Ramos en el gol encajado. No entendimos las excursiones de Ramos hacia adelante; sobre todo porque no estaba en el terreno Casemiro que puede cubrir esa posición. Lo de Marcelo y su espalda en defensa ya es sabido. Ahí estuvo el error más grave. Falta determinar si eran indicaciones de Lopetegui u obedece a una licencia que se concede el capitán, que a nuestro juicio está tomando demasiadas competencias en el juego: Defiende, lanza balones en largo como nadie, lanza los penaltis, saca las faltas, protesta como capitán ante el árbitro,… Demasiadas funciones para un solo jugador. Nos hemos “librado” de Cristiano, pensarán los demás jugadores, y ahora viene este a hacer lo mismo, pero ampliado.
   Además, no entendimos el cambio final de Lucas Vázquez. Esperábamos la entrada de un delantero centro, ante la floja actuación de los dos de arriba (Bale y Benzema), que viniera a rematar las previsibles acometidas del equipo en los minutos finales. Lucas no aportó nada, y se llegó al empate final que sabe a poco.
   En conclusión, que los equipos con físico de 90 minutos y bien ordenados se nos van a atragantar como lo hacían la pasada temporada. A menos que los Bale, Modric, Benzema, Kroos den un paso adelante, y Ramos lo dé hacia atrás en sus omnímodas tareas. ¡¿Pero qué haremos cuando no esté él?!
   Viene la Champions, viene la Roma. Veremos.



lunes, 27 de agosto de 2018

De ilusiones, paparruchas y zarandajas. Gerona 1 - Real Madrid 4

  Dicen que uno es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. Sin embargo, esto no sirve para el mundo informativo actual en el que hasta el silencio se interpreta; a veces más que las propias palabras o declaraciones. Esto es lo que le sucede al Madrid para bien o para mal. Así, ha venido a suceder con todo este verano pleno de rumores y “noticias” mezcladas con informaciones confidenciales que sin citar fuentes concretas llegan a desestabilizar la institución más sólida o a la persona más segura y  cabal que se precie. 
  Todo esto viene a colación de las traídas y llevadas ilusiones de los aficionados. De modo que ahora resulta que si no tenemos a un jugador de talla mundial como el que los medios llevan inventándose que íbamos a traer (véase Mbape o Neymar), entonces entramos en una especie de depresión colectiva de la que no nos sacará ni la consecución de títulos. 
  El comienzo de temporada con la pérdida de la Supercopa (un título del que no se pueden extraer conclusiones si se gana o se pierde, por la fecha en que llega) ha alimentado toda esta vorágine de seudo noticias que solo los resultados y la llegada del cierre del mercado de fichajes logrará acallar. El mejor antídoto contra toda esta serie de creadores de opinión (ahora creadores de estados de ánimo) que nos dicen cuándo debemos y cuándo no ilusionarnos, es la realización de partidos como el de ayer en Gerona. Con partidos así a los seguidores nos brota la ilusión sin necesidad de tener a un megacrack que acapare todas las portadas y se lleve el esfuerzo de todos. Ayer nos ilusionaron los Asensio, Benzema, Bale, Nacho… Esto no impide ni elimina el debate de si necesita el equipo un delantero centro, o sería bueno contar con un medio centro defensivo que haga competencia a Casemiro. Al contrario, lo ocurrido ayer durante la primer media hora, en la que el ataque estático a penas daba resultados, debe invitar a la reflexión; ya que ayer el equipo supo madurar al contrario, supo manejar el partido cuajando una segunda parte primorosa. Pero vendrán equipos cerrados a los que no será fácil doblegar físicamente cuando la temporada avance, tal como ocurrió el año pasado precisamente en este terreno de juego.
  Dos grandes noticias recibimos ayer. Una, el paso adelante dado por Asensio en cuanto a peso en el equipo y la calidad de sus acciones. Continuidad es lo que le pedíamos. Dos, la sensación de que en el banquillo hay alguien que sabe leer los partidos. La sustitución de Marcelo atajó la enorme vía de agua que suponía su falta de atención a las tareas defensivas. Esperemos que Marcelo se apunte a trabajar más en defensa, o habrá que reconvertirlo en extremo, donde realmente destaca. Casi siempre el delantero que más desequilibra las defensas contrarias.
  Y todo esto con Modric, Varane y   Courtois en el banquillo. Es decir, que aún hay posibilidades de mejorar en tres líneas muy importantes en el equipo. También estamos a la espera de versiones mejoradas de varios jugadores, especialmente Isco, por más que nos dejara ayer una joya de pase en el gol de Bale.
  En definitiva, todo este tipo de paparruchas y zarandajas han dejado al descubierto y desenmascarado a más de un seudo periodista que esperemos que vayan desapareciendo de la parrilla de audiencias a base de dejar de leerlos, escucharlos o verlos. Y bienvenidos sean los debates sobre si el equipo precisa un lateral izquierdo, un central, un medio centro, un delantero, o ninguno de ellos como parece que se perfila. Nosotros ya hemos dejado apuntado que es necesario un competidor para Casemiro y un delantero centro puro experimentado que en determinados partidos puedan aportar algo de luz.
Que quede claro pues, la ilusión intacta como cada año y con cada proyecto. Demos margen a Lopetegui. Tiempo habrá para criticarle, pero hasta ahora va por buen camino.
  Espera el Leganés, otro que nos lo puso difícil el año pasado. Veremos.

lunes, 18 de junio de 2018

Lopetegui, apuntes de un linchamiento.


   Lo hecho por Lopetegui, además  de contar con infinidad de precedentes similares (Kubala, Luis Aragonés, Van Gaal, Conte...), es lo que hacen a diario los propios periodistas-estrella y demás farándula que dominan los medios de comunicación (solo hace falta revisar algunos titulares de periódicos hablando de “fichajes” de periodistas para esta o aquella cadena, para este o aquel programa).
   Me creo la versión del Presidente y del entrenador del Real Madrid, no porque sea madridista, ya que en estos días he leído a muchos madridistas atacar y poner en tela de juicio la actuación de ambos en este asunto con calificativos como desleal, traidor, chulo, prepotente; sino porque no acabo de ver qué podía ganar ni uno ni otro actuando con ocultismo o esperando a falta de cinco minutos antes de sacar el comunicado del fichaje, para comunicárselo al Presidente de la federación.
   Sospecho que aún no conocemos los entresijos de este asunto en lo relativo  a los detalles y a las motivaciones que llevaron a Rubiales a tomar una decisión inédita en el mundo. Sí tenemos conciencia y constatación de los trazos gruesos que se han ido marcando desde el mismo momento en que saltó a los medios este asunto.
   Probablemente uno de los errores cometidos por Presidente y Entrenador es no haberse buscado el apoyo de algunos grupos mediáticos a través de algunas exclusivas, a fin de romper esa unanimidad en el linchamiento. Ese ha sido el error, motivado por la idea de que no se produjeran filtraciones que enturbiaran la concentración.
   En estas, guiado por el efecto de unanimidad que habían tomado los acontecimientos, irrumpe el otro gran actor de este esperpento: el Presidente de la Federación. Rubiales se pone al frente de la manifestación y decide entrar cual elefante en cacharrería. Tirando por la calle de en medio, y sin tener en cuenta los intereses de la Selección, expulsa al entrenador.
   ¿Es que hay alguien que pueda apoyar semejante dislate, que ha asombrado y dejado patidifuso a medio mundo? Pues sí, ahí están un montón de medios apoyando la decisión demencial. Como no creo que el Presidente de la Federación se tire de cabeza a una piscina vacía, vengo a concluir que Rubiales contaba al menos con la aquiescencia de “significados” periodistas que automáticamente respaldan la decisión y atacan despiadadamente a Lopetegui.
   No se preguntan si la versión dada por el Presidente de la Federación es la cierta, antes al contrario la dan por incuestionable y a partir de ahí descargan todo su argumentario que lleva al linchamiento. Lo paradójico en clave de discurso patriótico es que entre los más fervientes apoyos que recoge el señor Rubiales se encuentran las redacciones de los distintos periódicos catalanes (Sport y El Mundo Deportivo) y no catalanes que cuentan con periodistas culés al mando de las mismas (Véase El País); así como los de las principales radios nacionales SER (Véase Carreño).
   Unos "llaman"a modo de predicción a todos los pueblos de España a pitar al Madrid por antipatriota, otros frivolizan y demandan que al Madrid se le aplique el 155, alguno incluso trata de poco adulto a Lopetegui por haber llorado en la rueda de prensa (véase el twit del actor Latorre). En fin, una especie de barra libre para insultar y desvariar.
   Y esta es la historia inacabada de un linchamiento a una persona honesta y profesional, que nos había logrado clasificar para el Mundial y que no ha cosechado una sola derrota desde que se hizo cargo de un equipo desnortado.
   La realidad es tozuda. El Madrid necesitaba un entrenador, Lopetegui es el elegido porque está en el mercado al tener cláusula de rescisión. Al entrenador le parece que es la oportunidad de su vida, llega a un acuerdo con el club, se lo comunica a su “empresa”, deciden hacerlo público en aras a no enturbiar con especulaciones y filtraciones la participación en el campeonato. El Presidente de la Federación lo acepta en principio, pero después cambia de opinión (esta es la parte oscura y no aclarada de la historia) y decide echar al entrenador por encima de toda lógica.
    Es verdad  que hacía unos días que había renovado su contrato, pero también lo es que en él se incluía una cláusula de rescisión que el propio Rubiales rubrica. Lopetegui no deja tirada a la Selección puesto que el próximo campeonato está a dos años vista. Tiempo más que suficiente para que el nuevo entrenador pueda desarrollar su trabajo.
    Todavía hay quien habla de la influencia del trabajo de Luis Aragonés en esta Selección. En el partido  contra Portugal ya había algunos periodistas que hablaban de la impronta de Hierro en el equipo. Nadie (unanimidad de nuevo) se acordó de Lopetegui para nada bueno. Al día siguiente en letra pequeña divisé en un periódico un apunte que había alusión a que el gol de Costa a pase de cabeza de Busquets era una estrategia preparada por Lopetigui. En fin, el discurso único y la parcialidad en una profesión que debiera ser  todo lo contrario.
   Algunos dicen que deberían haberlo anunciado al final del Mundial. ¿Pero es que alguien puede imaginarse que este asunto se podía ocultar a los medios hoy en día? ¿Y si estalla en cuartos o en semifinales, pongamos por caso?
   Particularmente he de decir que me gustaba el hacer de Lopetegui desde que estuvo en el Oporto. Creo que imprime un sello competitivo a sus equipos y les dota de recursos para afrontar con variantes los encuentros y la competición. Por eso creo que puede ser un buen entrenador para el Madrid. Esto no garantiza nada cuando se trata de un deporte cuyo éxito depende de multitud de factores; sobre todo de que entre la pelota o no en la portería. Para muestra, ahí está el partido frente a Portugal: jugamos mejor, Portugal tiró tres veces y las marcó…
   Para concluir, no creo que Lopetegui merezca lo que le ha sucedido. Sobre todo porque estamos convencidos de que su único pecado ha sido fichar por el Real Madrid. De haberlo hecho por cualquier otro equipo no habría habido este linchamiento.
   Esperamos por ello que los éxitos le acompañen en esta andadura que afronta, y que le compensen los sinsabores y amarguras de este esperpento nacional.

martes, 5 de junio de 2018

Zidane, el caballero champion

   Zidane ha anunciado por sorpresa para muchos la salida del Real Madrid. Muchos son los que dicen que de este club nadie se va, se le echa. 
   Pues bien, ahí está este hombre para demostrar que este tipo de afirmaciones tan rotundas están para ser desmentidas. Sin aspavientos, sin inmutarse aparentemente, como es su estilo de comportamiento; anuncia que se va cuando casi nadie se lo esperaba.
   Y decimos casi nadie, porque ya habíamos oído a Ramos decir medio en broma, unas semanas antes de la terminación de la temporada, que lo mismo ganaba la Champions y se marchaba; referido a su entrenador. ¿Es que el capitán, que ha sido uno de los pocos que conocía la noticia a través del propio Zinedin, sabía ya algo entonces? No lo creemos. Pero sí creemos que el de Camas lo intuía porque él ha vivido de primera mano la evolución del vestuario y el equipo en estos años. 
  Cuando en enero (véase entrada del jueves 25 de enero: Zidana, game over) criticábamos a este entrenador y pedíamos su salida (ahora nos tenemos que tragar con mucho gusto gran parte de aquellas palabras), porque se notaba la falta de control y capacidad de motivación del grupo humano que tan bien había manejado hasta entonces. La verdad es que no sabíamos hasta qué punto estábamos en lo cierto, ya que esa era la conclusión a la que había llegado el propio entrenador. Y eso es lo que ha precipitado su salida, según sus propias declaraciones. 
   Luego, este equipo le ha respondido en la competición más importante para el club y para la afición (nada hay que motive más a los aficionados que ganar la Liga de Campeones: reinar en Europa); pero para esa fecha creemos que su decisión ya estaba tomada. En su peor año (y en esto nos equivocamos rotundamente) ha logrado sacar de estos jugadores que le dejaron tirada la temporada lo más preciado: la Decimotercera.
   Y nos parece una forma elegante y sabia de marcharse. De todos es sabido que, salvo excepciones, la gestión de grupos humanos produce un desgaste en las relaciones que Zidane no ha querido afrontar, con buen criterio a nuestro entender. Porque, como él mismo dice, sentía que no podía ofrecer soluciones a los problemas que ha tenido esta temporada para disputar todas las competiciones hasta el final como exige esta entidad. 
   Llegó de una forma sorprendente a hacerse con las riendas del equipo. Su nombramiento fue cuestionado desde el primer día. Solo los triunfos permanentes e impresionantes acallaron las críticas a su falta de preparación para dirigir a este equipo. Llevó el nombre de este Club a lo más alto. Y se marcha con una generosidad y humildad impropias del mundo actual. 
  Se marcha un caballero en toda la regla. Un hombre tranquilo y discreto que logró apaciguar este convulso y difícil club, y por añadidura, con una sonrisa permanente. El modelo de entrenador que parece triunfar en este club, pese a las opiniones de mano dura y caras largas que otros se empeñan en demandar.
   ¿Quién nos vendrá ahora? Ojalá podamos decir de él cuando se vaya lo mismo que ahora decimos de Zidane: 
   Gracias, infinitas gracias. Te deseamos lo mejor.

domingo, 27 de mayo de 2018

Y van trece: To be continue. R. Madrid 3 - Liverpool 1

    Muchas veces me he preguntado cómo debe ser jugar una Final de Liga de Campeones para cualquier jugador. Uno debe llegar al día clave, y animado por las arengas propias de los grupos humanos y de las dinámicas internas de los equipos, con sus líderes y jerarquías, puede que te presentes en el partido envuelto en una nube. Pero también puede que una vez en tu cama, te quedes esperando conciliar ese sueño que no llega porque tu cabeza comienza a darle vueltas a los aspectos personales e individuales de la actuación que vivirás al día siguiente.
  Y quizás te presentes en el encuentro, después de una noche poco reparadora, con unos nervios que te dominan desde el inicio. En este caso imagino que será el juego y el contacto  con la pelota el que consigue el milagro de que todo vuelva a su sitio, o aquello  se convierta en una pesadilla en función del acierto en los primeros lances del juego.
   Todo esto viene a cuento de que el partido de ayer bien podía haberse recordado como el partido de los nervios. Todo el mundo estaba especialmente nervioso desde el principio. A los jugadores del Madrid, les dio por jugar la pelota a cámara lenta, con la consiguiente inoperancia ofensiva y las facilidades defensivas del contrario. A los jugadores del Liverpool, les dio por tomárselo con calma, transformando su estilo eléctrico de juego; si bien estos probablemente obedecían a las instrucciones de su entrenador.
   Muchos jugadores del Madrid no encontraron su sitio en el partido. Especialmente significativo fue el caso de Carvajal. No sabía si atacar o defender; pero no hacía ninguna de las dos cosas bien como él acostumbra a hacer. Casemiro, además de ralentizar y telegrafiar los pases, tampoco sabía si quedarse cerca de sus defensas o dar un paso más adelante para poder desmarcarse y recibir. Isco, le dio por gambetear, pero tan lento y previsible que el contrario solo tenía que rodearle para asfixiarlo. Y el rey de los nervios, Kroos, que no se  sacudió los nervios en todo el partido; pero fue un alma en pena, sin chispa en ataque, y sin ánimo en defensa.
   El Liverpool pareció un equipo incisivo mientras Salah estuvo en el terreno de juego. A partir de su salida, reculó, se reagrupó atrás y permitió un dominio mayor del Real Madrid. Pero además no fue capaz de montar ese contragolpe mortal que le llevó a la Final.
   El partido fue soso en toda la primera parte. Sin apenas llegadas por parte del Madrid, y algunas peligrosas del Liverpool que Keylor se encargó de atajar. Sin embargo, en la segunda parte los blancos se decidieron a poner un poco más de chispa. Comenzó Modric a hacer su  juego. Nacho revitalizó su banda (algún día habrá que hacer justicia a este jugador) en ataque y terminó con las acometidas del contrario. Marcelo destapó el tarro de las esencias y vivió en ataque, gracias a la generosidad y buen hacer de Ramos que le cubrió las espaldas. Benzema, que fue el mejor jugador durante la primera mitad, nos mostró una cara desconocida en él, propiciando el primer gol en una jugada de concentración y astucia; se mostró por todo el frente de ataque como nunca, cuajando un gran partido. Y Bale salió, trabajó y marcó; dejando un gol para la historia.
   Ganar una final de Champions es algo extraordinario, pero coleccionarlas como está haciendo este Club desde tiempos remotos, y este Equipo en particular con cuatro Copas en cinco años, es algo legendario.
   Hemos criticado duramente a lo largo de la temporada tanto al entrenador como a los jugadores, por eso hoy toca reconocer que uno y otros han estado a la altura de lo que con el tiempo será considerado un equipo de leyenda.
   Para más abundancia, habíamos dudado del crédito de Zidane para con este equipo, de la necesidad de la salida de un Bale indolente y pasota, de la falta de compromiso de un Benzema que además no veía portería. Pues bien, los tres han venido a mostrar su mejor versión en el momento clave. El primero, a partir de la eliminación de las otras dos competiciones, preparando a estos jugadores para llegar a la Final de la Champions y ganarla; el segundo, haciendo un último mes que culmina con el gol soñado; y el tercero, destapando a un incisivo, trabajador, despierto y desconocido que parece que lleva dentro.
   Solo cabe preguntarse por qué estos dos jugadores no se esfuerzan por ganarse su puesto en el equipo, en lugar de esperar que se lo regalen rompiendo las normas de cualquier equipo que quiera funcionar como tal.
   No podemos dejar de comentar la inoportunidad de las declaraciones de Cristiano y Bale. Carnaza para los medios que desviaron el punto de interés hasta tal punto que eclipsó la consecución de La Decimotercera. Lamentable, muy lamentable.
   Con todo, y para la historia, ahí está volando esa Copa ya hacia Cibeles, camino de las vitrinas para disfrute de todos los que amamos a este club que este año reina en Europa en fútbol y baloncesto.
Felicidades a todos los madridistas en general y a los que seguís este blog en particular. Ahora toca disfrutarla.
¡Hala Madrid!

jueves, 3 de mayo de 2018

Demasiado sufrimiento... R. Madrid 2 - Bayern 2

   Asustaba ver la alineación del equipo de inicio, con Lucas Vázquez de lateral derecho y Kovacic de mediocentro. Casi nunca salen bien este tipo de experimentos. Sobre todo en un equipo que construye su fortaleza en los automatismos generados en los partidos más que en los entrenamientos. Y en el que el estado de forma de los jugadores más titulares se completan jugando. Saltando muchos de ellos, después de largas lesiones, en un estado aún muy precario. 
   Como en no pocas ocasiones durante el presente curso, casi de inicio (minuto tres de juego) se le concede al rival una ventaja que viene a entrar en el terreno del sufrimiento para los restantes casi noventa minutos. El gol de Kimmich hizo un daño terrible dado que ya cualquier victoria del Bayern les daba como mínimo la prórroga. El gol de Benzema en el minuto 11 vino a calmar algo los ánimos.
    A pesar de ello durante todo el encuentro se permitió un bombardeo constante sobre la portería de Keylor, que tuvo su gran noche. De no haber sido por su espectacular actuación y por la suerte que nos acompañó, el equipo clasificado hubiera sido otro.
    Pero veamos por qué se produce este tremendo desaguisado. No es novedad la mala temporada que viene haciendo el equipo. Tampoco lo son las deficiencias estructurales que el equipo tiene. Pero ayer se volvieron a poner de manifiesto ambos problemas.
    Por un lado, la baja forma en que se encuentra Casemiro llevó al entrenador a buscar una solución a nuestro juicio poco estudiada, ya que Kovacic, es verdad que  aporta rapidez a la hora de montar el contragolpe, también lo es que tiene un despliegue físico impresionante; pero no es un jugador ordenado. De ahí que viéramos constantemente recibir entre líneas a los jugadores alemanes con una comodidad pasmosa.
    Por otro lado, y ligado con el anterior, la deficiencia estructural de plantilla de carecer de recambio de garantías (Achraf no lo es ni para el entrenador que lo colocó) en  el lateral derecho, hizo que Zidane pensara en los dos Lucas para solucionar el problema grave que tuvo en Munich con ese lateral. Esta solución no sirvió para taponar el peligro de esa banda, donde Ribery y Alaba penetraban con relativa facilidad. Vimos en numerosas ocasiones a Modric de lateral derecho, mucho más pendiente de defender esa parcela que de construir el juego blanco. 
    El largo recorrido que se vio obligado a soportar el croata condicionó la construcción del juego del Madrid que  apenas llegó a inquietar a su rival, pues Kroos tampoco tuvo su mejor noche.
   En estas circunstancias, Thiago y James camparon a sus anchas a lo largo de todo el partido, distribuyendo y filtrando entre líneas como querían. Solo la poca fortuna y la falta de acierto del equipo alemán, junto a la soberbia actuación de Navas y la aparición del mejor Benzema pudieron dar una clasificación que todos veíamos imposible de conseguir: basta mirar las estadísticas del encuentro en posesión de balón (60% contra 40 %) y en remates en el área (22 remates contra 9) a favor del Bayern.
   Visto lo visto, de cara a la Final, es urgente el acondicionamiento físico de Casemiro, imprescindible la recuperación de Carvajal y/o de Nacho y, dar descanso a Modric y Kroos. 
   Lo que le esperamos que le haya quedado claro a Zidane es que reforzar a tus laterales porque son fundamentalmente atacantes, para que no pasen del medio del campo en todo el partido, no es nada rentable. Es más bien un suicidio. Para eso sería mejor tener un plan B que incluya laterales que sepan defender (ni Achraf ni Theo lo son, ni lo eran a comienzos de temporada).
   Con todo, hay esperanzas. No todo está perdido. Ayer vimos la vulnerabilidad defensiva del Liverpool que a punto estuvo de costarle la eliminatoria.
    Por tanto, toca preparar bien una final más apasionante que nunca, como siempre. Veremos.

viernes, 13 de abril de 2018

De penalti, justo en el último minuto. R. Madrid 1 - Juventus 3

    Miro el resultado, después de todo lo que se ha dicho y escrito acerca del partido, y aún me resulta extraño, sorprendente e inverosímil. Han pasado casi dos días y no sé si he logrado la serenidad necesaria con que casi siempre me propongo escribir estas notas. Pero la verdad es que conforme más leo y escucho acerca del partido y de la jugada del penalti, más convencido estoy de que vivimos en una vorágine informativa que se lleva por delante cualquier análisis medido y sosegado de cualquier realidad. Vamos a ello.
    Para comenzar diremos que no fue el mejor partido del Real Madrid, pero tampoco fue un mal partido. Si uno repasa las ocasiones de uno y otro equipo, lo increíble es que el resultado arrojase un cero a tres al término de los noventa minutos. 
    A continuación diremos que el gran error fue llegar a estas alturas de la temporada sin dar soluciones a todas las carencias que tiene el equipo desde el comienzo de la misma, porque todas ellas se evidenciaron en la noche del miércoles.
     En primer lugar, salimos dormidos. Nada nuevo en el horizonte de esta y otras temporadas en las que ya nos ocurrió con mucha frecuencia. 
   En segundo lugar, y como consecuencia del anterior, vino el primer gol. La jugada pone en evidencia otro mal que arrastramos: los desajustes defensivos. De manera que vemos al jugador más alto, más fuerte y más peligroso en balones aéreos emparejado con el más pequeño de la zaga. 
     En tercer lugar, aparecen las carencias de nuestra banda izquierda a nivel defensivo. Eso lo sabe la Juventus que coloca a su jugador más habilidoso, Costa, entrando por la misma y centrando con total comidad en cada oportunidad. Esta circunstancia hace que el juego de ataque se encoja, dado que Marcelo tiene que guardar la espalda. No le vimos llegar al fondo en todo el partido. 
    En cuarto lugar, al no rectificarse en nada lo ocurrido en el primer gol, la Juventus vuelve a repetir jugada y prácticamente sucede lo mismo. Ahora podemos decir que tanto Carvajal (estorbando un poco) como Navas (buscando ese centro que le rematan en el área chica) pudieron hacer algo más. Pero la verdad es que no Carvajal se hubiera jugado una tarjeta, a saber de qué color, y a Keylor no se le pude pedir lo que no sabe hacer: salir bien por arriba.
    En quinto lugar, la rectificación de la alineación en el descanso nos pareció necesaria, pero quizá precipitada. Siempre achacamos la lentitud de Zidane a la hora de hacer los cambios, pero este  no era el día para hacer algo que le salió bien, pero que de haber llegado a la prórroga sin relevos posibles quizá fue temerario. La entrada de Lucas y Asensio dio un poco más de seguridad, si bien el primero estuvo muy precipitado y acelerado; y el segundo con falta de profundidad en su juego. A  ello se unió la soledad de Cristiano y la orfandad del equipo en el centro de la delantera. De forma que solo la consecución del tercer gol por parte de la Juventus en una jugada desgraciada de Navas, trajo el empuje necesarios para que al fin llegara la jugada soñada. 
    Bueno, soñada para una Final, no para unos cuartos que estaban finiquitados de no haber mediado las circunstancias comentadas y otras como la ausencia de Ramos (no sabemos qué hacía en el túnel de vestuarios, arriesgando otra ausencia más), la de Nacho, la baja forma de Casemiro, la ¿lesión? de Modric, la intrascendencia de Bale, ...
     No entraremos a analizar una jugada que ha dado demasiado de sí. Pero nos parece lamentable la reacción desmesurada e impropia de Buffon y de Chiellini; aunque entendemos su desesperación. 
     Por cierto, la coma del titular está puesta por ser descriptivos; pero una vez dentro no podemos decir otra cosa que cuanto más veo la jugada más penalti me parece: le empuja y le arrolla con la pierna izquierda. Y además, nadie menciona que con el 0-1, Isco marca un gol que es anulado por fuera de juego inexistente. Quizá nos podíamos haber ahorrado la coma en esta entrada.
    Suerte en el sorteo que está a punto de comenzar. Veremos.