No comenzó mal el encuentro, para variar con respecto a los anteriores
partidos. Salieron atentos y
concentrados desde el primer minuto.
Se consiguieron algunas ocasiones, de nuevo sin materializar.
De este modo se cuajó una buena primera
parte. Pero todo fue diluyéndose
poco a poco. De modo que durante la segunda parte las ocasiones casi
desaparecieron, el Alavés cogió un posicionamiento que dificultaba sobre manera
incluso las tareas de deambulación de la pelota de uno a otro lado, que
caracteriza al equipo.
Y es que el Alavés no se limitó a encerrarse atrás posicionalmente, sino que
desde esa posición presionó sobre cada
jugador del Madrid de una forma asfixiante. Sobre todo debido a que los merengues vienen
jugando constantemente al pie. Salvo algunas entradas de Odriozola por su
banda a la espalda de la defensa del equipo vasco, el juego restante es tan elemental, por más que se haga con
rapidez, que resulta muy previsible,
sobre todo con los espacios tan achicados como le plantean los equipos en
defensa.
Si el
único recurso que le muestras al contrario es la movilidad de la pelota pie a
pie; sin delantero centro que
aproveche los centros que se hacen desde la banda, sin juego entre líneas, sin
nadie que desborde o lo intente; resulta muy difícil doblegar a cualquier rival bien organizado como es el
Alavés a día de hoy.
Lo malo de todo ello es que son síntomas de una deficiente
planificación de la plantilla, y de la falta de cumplimiento de las
expectativas puestas en algunos jugadores de la misma.
Nos preguntamos qué ha pasado para que
Asensio, que pareció dar un paso adelante al comienzo de temporada, que declaró
que con este entrenador sabían lo que tenían que hacer; de repente deambule por
el campo como alma en pena, sin intentar un desborde, sin recursos… Qué ha
pasado para que Lopetegui, que a principio de temporada dijo que tenía la mejor
plantilla del mundo (aunque por lo bajo, dijo que precisaba un lateral
izquierdo y un delantero) ahora no confíe en los suplentes y se queje de la
mala suerte de las lesiones. Sobre todo si piensas que el único que podía haber
hecho algo distinto es Marcelo; pero también corres el riesgo de dejar una
banda muy desprotegida.
No nos vamos a sumar a aquellos que empiezan
a hablar de sustituir al entrenador.
A falta de que afloren problemas
internos de los que no tenemos noticias, o enfrentamientos importantes con
el entrenador; esto deben sacarlo
adelante los jugadores que hasta hace unos meses eran los mejores en sus
respectivos puestos a nivel mundial.
¿Tiene solución esto más allá de la
destitución del entrenador?
Nosotros creemos que sí. Pero han de corregirse algunas cosas. Por un lado, es necesaria la incorporación al ataque de alguien
por el centro de la delantera que conecte con Benzema y Bale. Al comienzo
de temporada el galés aparecía por ahí con frecuencia. Ahora lo ha abandonado,
no sabemos si por indicaciones del entrenador o por qué. Así que es imprescindible que alguien aparezca en
esas posiciones. Si ha de ser un centrocampista (véase Asensio), que sea.
Que la solución es Mariano, aplíquese; aunque ello comporte una carga de los
delanteros en tareas defensivas.
Pero la
verdadera solución pasa por que
todos los jugadores aporten un poco más de lo que hasta la fecha están
dando. Ayer el único jugador que estuvo
a la altura de lo que se jugaban fue Odriozola. El resto, entre fallos
puntuales (Courtois, Ramos), falta de ideas (Asensio), obsesiones (lo de Bale
ayer con la faltita es para hacérselo mirar), falta de forma (Modric) y de
generosidad en el esfuerzo (el resto, salvo Odriozola); configuran la explicación
de lo ocurrido.
Pues eso:
¡Todos a trabajar!, incluida la dirección técnica del club.
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