Y eso que el Madrid movió el balón, con una
rapidez impresionante en la primera parte, bajo la batuta de un Ceballos
omnipresente. Quizá en exceso, porque convertirse en el iniciador de la
presión, cuando los demás no están en ello, aparte de agotador es inútil.
Como decimos, el toque rápido debería haber
sido el recurso ante un equipo que no dejaba de presionar con faltas tácticas y
la acostumbrada permisividad arbitral. Pese a lo cual, el Atlétic terminó con
20 faltas y seis amarillas, debieron ser más y algún jugador debió terminar en
la caseta: véase, Raúl. Con esto y la mencionada buena actuación del portero
les bastó para frenar, e incluso ponerse en ventaja en el marcador, en una
jugada que causó mucho daño al equipo, que se desorientó en lo que quedó de
primer tiempo. Como esperando instrucciones de su entrenador.
Y así fue. En la segunda parte, los cambios de
Casemiro e Isco dieron algo más de profundidad y colocación en el campo. Ahí
llegó el gol de Isco, y las numerosas oportunidades desbaratadas por Unai, el
portero atlético.
Desde el no conocimiento del comportamiento
del día a día en los entrenamientos, nos permitimos opinar acerca de la
alineación y cambios efectuados por Lopetegui. No sin antes señalar los errores
cometidos por Marcelo y Ramos en el gol encajado. No entendimos las excursiones
de Ramos hacia adelante; sobre todo porque no estaba en el terreno Casemiro que
puede cubrir esa posición. Lo de Marcelo y su espalda en defensa ya es sabido.
Ahí estuvo el error más grave. Falta determinar si eran indicaciones de
Lopetegui u obedece a una licencia que se concede el capitán, que a nuestro
juicio está tomando demasiadas competencias en el juego: Defiende, lanza
balones en largo como nadie, lanza los penaltis, saca las faltas, protesta como
capitán ante el árbitro,… Demasiadas funciones para un solo jugador. Nos hemos “librado”
de Cristiano, pensarán los demás jugadores, y ahora viene este a hacer lo
mismo, pero ampliado.
Además, no entendimos el cambio final de
Lucas Vázquez. Esperábamos la entrada de un delantero centro, ante la floja
actuación de los dos de arriba (Bale y Benzema), que viniera a rematar las
previsibles acometidas del equipo en los minutos finales. Lucas no aportó nada,
y se llegó al empate final que sabe a poco.
En conclusión, que los equipos con físico de
90 minutos y bien ordenados se nos van a atragantar como lo hacían la pasada temporada.
A menos que los Bale, Modric, Benzema, Kroos den un paso adelante, y Ramos lo
dé hacia atrás en sus omnímodas tareas. ¡¿Pero qué haremos cuando no esté él?!
Viene la Champions, viene la Roma. Veremos.
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