lunes, 29 de octubre de 2018

El enfermo no mejora, veamos a otro médico. Barcelona 5 - R. Madrid 1

   A  nadie le puede haber sorprendido el resultado, dadas las condiciones anímicas con que se afrontaba este encuentro. Por más que en esta ocasión en el equipo contrario no estuviera su jugador más determinante. 
    Podemos convenir que el resultado fue más abultado de la cuenta por lo que vimos a lo largo del partido. Incluso, como dijo Lopetigui, el Madrid tuvo opciones de empatar en esos quince minutos de la segunda parte en los que se logró dar la vuelta a la tortilla. Pero de nuevo la falta de acierto de cara al gol devino en la llegada del tercero, y el regreso de la "depresión" a un grupo de jugadores abatidos y sin espíritu de lucha.  
    El equipo sigue con los mismos problemas de desgana, de solidaridad entre líneas (véase el primer gol por la banda derecha, ampliamente avisado), de aparición en zona de remate y acierto en el mismo. 
    La lesión de Varane (horrible de nuevo) dio pie al entrenador a reestructurar el equipo con una defensa de tres centrales y la incorporación de Lucas Vázquez como carrilero por la derecha, mientras Marcelo lo hacía por la izquierda. Esta reestructuración y, sobre todo, un poco más de empuje de todos los jugadores propiciaron el gol, el palo y alguna ocasión más para haberse puesto por delante en el marcador. A partir de ahí  (15 minutos), de nuevo regresamos a los errores, la apatía... 
    Así que el entrenador hizo lo que tenía que hacer: proponer soluciones a la situación; pero los jugadores no parecen estar para esfuerzos prolongados y remontadas ni épicas ni minúsculas. Quizá podamos echar en falta algunos jugadores (Odriozola, Vinicius, Ceballos), quizá nos sobran algunos (todos); por eso creemos que hoy por hoy no se trata de la inclusión de este o aquel jugador. La enfermedad es más grave, y afecta a todo el equipo.
     Si no fuera por las declaraciones de algunos de los jugadores apoyando al entrenador, se diría que están forzando la situación para que sea sustituido. Esto no parece muy lógico, pocos de los titulares con Lopetegui van a mejorar con otro entrenador en el aspecto personal. Más, si se tiene en cuenta de los nombres que se barajan para sustituirle.
     Ahora sí, llegados a este punto tenemos algunas cosas claras. Hay un problema grave como hemos señalado que el más directo responsable, el entrenador, no es capaz de solucionar. Ahora no se puede arreglar el problema de plantilla que ha ocasionado el Presidente, por tanto hay que tirar con lo que se tiene; por lo tanto solo queda una solución: cambiar al entrenador. A fin de que pueda eventualmente pueda producirse un revulsivo y pueda enderezarse la situación.
    Por otro lado, la sustitución del entrenador lleva parejo un problema no menor, que es el tiempo. Es decir, para cuánto tiempo se contrata a un entrenador que conduzca al equipo hasta final de temporada en condiciones de que salve la temporada y aborde la imprescindible renovación de la plantilla. ¿Querrá ese entrenador hacer de salvador para a renglón seguido marcharse? Lo más lógico es que firme esta temporada y la renovación automática según objetivo. Y aquí viene la madre del cordero: ¿Cuál será el objetivo a alcanzar esta temporada, visto lo visto? No es nada fácil determinar este aspecto. Por eso no es de extrañar que Conte haya dicho que eso de firmar tiene sus condiciones.
     En cualquier caso, el tiempo de Lopetegui ha concluido muy a pesar nuestro, pues seguimos considerando que es un buen entrenador que no ha tenido suerte, y al que le han entregado un equipo agotado mentalmente por las cuestiones que ya hemos expuesto en nuestra entrada anterior. El no ha sabido o no ha podido transmitir la energía necesaria para abordar la temporada con más solvencia. Los medios de comunicación desde el principio han maniobrado en su contra de forma muy nítida. Y , a falta de que luego puedan salir revelaciones del interior del vestuario, esto es lo que hay.
      Esperemos ahora que el nuevo entrenador entre con buen pie y pueda levantar esta situación, que esperemos haya tocado fondo, porque el pasado año recordemos que esta misma situación duró hasta el mes de febrero, cuando caímos eliminados de la Copa del Rey. La Liga la entregaron los jugadores, igual que ahora, y La Copa Zidane; pero jugadores y entrenador nos dieron la decimotercera. Pero Lopetegui no tiene el crédito de Zidane, Así que vamos a ver qué nos trae el siguiente.
     El miércoles el Melilla, y el sábado el Valladolid  nos van a dar las primeras muestras de la evolución de la enfermedad. El nuevo médico aún no habrá podido aplicar su medicina, pero a veces los enfermos mejoran misteriosamente. Veremos   

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe con letra minúscula. Los comentarios con insultos serán eliminados.