miércoles, 22 de julio de 2020

La Liga del Coronavirus.

   Antes del parón por el confinamiento, tachamos al equipo de desidioso por su comportamiento y actitud ante el Betis. Considerábamos entonces que el equipo había tirado la Liga en ese partido al que no compareció, probablemente por lo incierto de la situación del país. Recordemos que sólo unos días después se decretó el estado de alarma. "Desidia total" era el titular de la entrada del diez de marzo. Y es que en esa jornada se cedió la iniciativa al equipo rival que no atravesaba su  mejor momento.
   El regreso a la competición ha supuesto un cambio radical, pues de la supuesta desidia hemos pasado al compromiso absoluto de casi la totalidad de la plantilla. Quizás el modelo de competición exigido por las circunstancias haya sido un elemento decisivo a la hora de aunar los esfuerzos de un equipo que ha ido claramente a más después del parón.
   Hay tres personajes claves en esta historia. Por un lado Zidane, porque es el máximo responsable de crear las condiciones y el clima que han desembocado en este triunfo; por otro lado, Sergio Ramos, por su aportación goleadora y de lideradgo;  y por último, Benzema, por su esfuerzo, entrega y aportación goleadora imprescindible y decisiva.
   Zidane volvió a lograr lo que parecía imposible al meter en la competición a un grupo de jugadores de edad no excesivamente avanzada, pero que lo han ganado todo (Kroos, Modric, Ramos, Benzema). Demostró a lo largo de este último tramo que es capaz de ir más allá de la función de gestor y animador de plantilla. Detecta al jugador que está en mejor estado de forma, tiene paciencia suficiente, a veces siendo injusto, para recuperar mediante la confianza en jugadores que no están al cien por cien (Isco, Asensio). Introduce variantes tácticas sorprendentes que suelen funcionarle, como la de jugar con cinco centrocampistas. Los cambios suelen darle resultado como revulsivo del equipo para los minutos finales... Y por supuesto, es un excelente gestor de la plantilla porque logra mantener a casi la totalidad de la misma en disposición de aportar su grano de arena.
   Sergio Ramos ha ganado en ascendencia sobre la plantilla, se le ve ejercer el liderazgo con un compromiso indudable. A ello ha contribuido su aportación goleadora en todos los terrenos, pero también al mítico lanzador de penaltis en que se ha convertido: no recordamos cuándo falló el último.
    Benzema ha venido a resultar el jugador imprescindible que todos esperábamos desde su llegada al equipo blanco. La sombra de Cristiano Ronaldo, y su inmadurez personal le impidieron explotar mucho antes. Hoy ha sabido adaptarse y asumir el rol de delantero que le corresponde; unas veces asistiendo, otras goleando, y otras sacrificándose en defensa hasta la extenuación. Es verdad que no es un delantero centro al uso, es verdad que no es un matador, es verdad que no es agresivo. Pero es verdad que sus goles fueron decisivos en muchos partidos y que esta Liga en buena parte se la debemos a él. 
   Ahora toca recuperar fuerzas y ver qué papel desempeñar en otro final de Liga de Campeones también alterado. Está muy difícil por la desventaja de la derrota en casa; pero también lo estaba la Liga. Veremos.

martes, 30 de junio de 2020

Un entrenamiento con gol para la Historia. Español 0 - R. Madrid 1

    No haríamos una entrada de este partido si no fuera por la trascendencia del resultado, y por el gol que inclinó la balanza a favor. 
   Probablemente el hecho de que se celebren los partidos sin público está en el fondo del titular que hemos elegido, pues viendo el partido en solitario y oyendo las instrucciones de los cuerpos técnicos a voz en grito (sobre todo de Rufete, suponemos que por su condición de debutante) esa sensación de entrenamiento es inevitable. 
    En cualquier caso, el partido resultó bastante tedioso a ratos y con poca profundidad en el juego. A ello contribuyó el planteamiento ultradefensivo del español y la falta de operatividad del Madrid ataque; nadie desbordaba y penetraba por banda, nadie recibía entre líneas, salvo Isco que se movió por todo el campo con soltura y voluntariedad. Prueba de ello fue el escaso trabajo que tuvo Courtois y el dominio del juego, que en los últimos partidos parecía no corresponder al equipo blanco.
   En un partido tan plano, pocos jugadores a destacar, salvo el buen hacer de nuevo de Varane, de Casemiro y de Courtois. Vimos bien a Isco y a Valverde cumpliendo con su cometido; pero no tanto a Hazard porque pareció algo más apagado de lo habitual, con menos generosidad en la movilidad y sin demasiado acierto de cara a portería. La entrada de Vinicius y Rodrigo por Isco y Hazard dio más profundidad al equipo y una mayor continuidad al juego de ataque.
   La historia de este partido pues se puede reducir al golazo que nos brindó Benzema, pero es una historia con mayúscula, de esa a la que alude el himno del equipo "Historia que tú hiciste", porque ese gol vale tres puntos que sitúan al equipo líder en solitario, y porque su belleza y exquisitez lo hacen memorable. Fue un gol solo al alcance de unos pocos (Recordemos a Guti) y Benzema es uno de ellos. Casemiro había tomado ventaja sobre su defensor en la penetración, pero increíble que el francés lo viera y que le pusiera el balón de la única forma que pudo hacerlo; con caño incluido y al sitio de llegada exacto entre portero y goleador. Ojo, tampoco está mal lo de Casemiro con cinco goles esta temporada.
   Y eso fue casi todo, un golazo y liderato. Ahora hay que mantenerse arriba, porque los partidos no dejan respiro, las necesidades de los rivales les hacen más fuertes y los esfuerzos no van a disminuir sino a incrementarse. Zidane parece que lo tiene claro, tiene que dar descanso y refrescar al equipo todo lo que pueda. Ahí está la clave. Veremos 

jueves, 25 de junio de 2020

Vinicius, Vinicius, Vinicius. Zidane defiende con cuatro delanteros. R. Madrid 2 - Mallorca 0

   Zidane está empeñado en demostrar que cuando los jugadores están en forma da igual el dibujo, la geometría, o la posición en que jueguen, porque siempre lo harán bien. Ayer sorprendió con una alineación que a primera vista parecía una barbaridad. Es verdad que el experimento se hizo frente a un rival que está en lo más bajo de la tabla, pero no estaba exento de riesgo; sobre todo si tenemos en cuenta que a la vez que cambió el dibujo contaba con la ausencia de Casemiro, una pieza imprescindible. 
    Desconocemos la motivación última que llevó a Zidane a arriesgar de la forma que lo hizo. Pudo deberse a la necesidad de contentar a todos los jugadores para mantenerlos enganchados, lo que no sería de extrañar dado lo que aún nos espera; pudo ser porque desea experimentar nuevas fórmulas para acometer partidos con necesidades de ataque (véase la vuelta en Manchester)... El caso es que no le salió mal en líneas generales.  
    En el fondo, analizado el juego y el tan traído y llevado dibujo, el esquema de juego fue muy parecido al de otras ocasiones; salvo que los extremos no solían ser tan ofensivos, por ejemplo Lucas Vázquez frente a Bale. Y este fue el punto más débil de la propuesta, ya que el galés no colaboraba con la intensidad requerida en su banda; sobre todo porque Carvajal estaba necesitado de atenciones cuando no sustituciones. No ocurrió lo mismo con la otra banda, donde Vinicius se empleó a fondo en ataque y en defensa, supliendo en esta última faceta sus carencias con un despliegue físico tan generoso que entraban ganas de gritarle que parase un poco.
    Entramos con ello en la gran cuestión, ¿debe Vinicius sacrificarse en defensa de la forma que lo hizo? A nuestro juicio es un error, por más que el chico esté bien físicamente, estos esfuerzos continuados se acaban pagando. Y teniendo en cuenta que ha demostrado ser el jugador más desequilibrante de esta plantilla, bien haría Zidane en darle más libertad para el ataque y limitar sus esfuerzos defensivos a la presión en el ataque. Así tendrá más frescura cuando ataque y mayor recorrido en el tiempo de su magnífico estado de forma. 
    Nada que objetar a los cambios, por más que Asensio tampoco parece jugador para sacrificios defensivos, pero muy bien la entrada de Kroos e Isco, ya que proporcionó un mayor control del juego cuando se necesitaba.
    A destacar la buena actuación de Courtois cuando fue necesario, y ya van unas pocas. El buen oficio de Modric y Valverde para conducir y aguantar el equipo en los medios. El estado de forma de Varane, por contraposición al de Carvajal que parece muy desorientado. No funcionó Hazard en la media punta, pareció algo desubicado. Bale desentona por su falta de ritmo y de constancia en las tareas defensivas, y sin aportación significativa arriba. Ramos que inició el encuentro algo fatigado e incómodo con el buen hacer de Kubo (movilidad, regate, asociación, velocidad), acabó marcando un golazo y dando la tranquilidad a todo el equipo.
    Mención aparte merece Vinicius, ya que su derroche físico fue excesivo y no le mermó sus oportunidades y la claridad con que las resolvió en la línea de ataque. Un gran gol el primero, picando por encima del portero. Con él en el campo ocurren cosas, transmite confianza, inventa, y parece que empieza a definir. Pero necesita alguien que le acompañe en sus incursiones, alguien con velocidad suficiente para llegar junto a él a posiciones de remate, ya que después de ganar una y otra carrera frente al rival, no tiene a quien pasar. Ese hombre puede ser Hazard, pero hay que buscarle acomodo a este tándem que está por explorar y por explotar.
   Y este año no es un tópico; esto no para ni va a parar en el próximo mes, al menos. Salvo que sigamos haciendo tonterías con el Covid. Veremos.
      

viernes, 19 de junio de 2020

Cruz y cara. R. Madrid 3 - Valencia 0

   Después de escuchar a Zidane en rueda de prensa, uno tiene la sensación de que no tiene pensado hacer especulaciones con el posible cansancio reservando a jugadores para futuras batallas más o menos exigentes. Él se siente más cómodo con Casemiro, Kroos y Modric en el campo que con cualquier otra variante que pueda experimentar. Ayer la entrada de Valverde en el centro del campo no dio sus frutos, al menos en la primera parte. Bien es verdad que nadie en el equipo estuvo bien. El equipo se movió voluntarioso al principio, con un Hazard acelerado (debería pensarse regular un poco los esfuerzos de inicio) que poco a poco fue diluyéndose en la espesura de ideas que el equipo acusó. 
   Y es que no sabía muy bien si lanzarse a atacar o hacer un juego más de control, al que el dibujo del equipo parecía invitar.  El caso es que ni una cosa ni la otra, porque el Valencia encontró la debilidad defensiva del equipo y en dos o tres contragolpes, sin demasiado esfuerzo, consiguió sendas oportunidades de gol que sólo la fortuna y el buen hacer de Courtois desbarataron. 
Anotamos un dato significativo; en esta primera parte Mendy no se atrevió a profundizar por su banda ni una sola vez, desconocemos si por indicación de su entrenador o por propia iniciativa.
   La segunda mitad fue otro partido distinto. Bien por la charla que se produjera en el vestuario, bien por la descomposición del contrario en la introducción de demasiados cambios, bien por los cambios propios que introdujo Zidane, o bien por el conjunto de todas estas circunstancias y decisiones; lo cierto es que nada tuvo que ver con esa primera parte anodina e inoperante que nos ofreció el equipo.
   Se vio a un Valverde mucho más activo y pegado a la banda derecha, a un Modric como director de las operaciones, a un Hazard moviéndose entre líneas y por todo el frente de ataque, a un Mendy con profundidad en su banda, y a un equipo en definitiva mucho más activo y decidido que en la primera mitad.
   Así, fruto de ello, llegaron los tres goles. Todos ellos de bella factura, pero especialmente el segundo de Benzema, porque Casemiro estuvo expeditivo cortando y robando el balón, fantástico el cambio de Kroos, exquisito el toque de Asensio, y finalmente Benzema ofreciendo su delicatessen. 
    A destacar, la fulgurante entrada de Asensio marcando en el primer balón que tocaba, y dando la asistencia a Benzema. Así como la segunda parte que hizo Modric, distribuyendo y filtrando pelotas decisivas, como la del primer tanto.
    Queda mucha Liga; sobre todo porque no será un final normal al haber muchos partidos en muy poco tiempo. Tampoco sabemos cómo va a influir en los jugadores el parón al que han estado sometidos. Demasiadas incertidumbres. En cualquier caso será necesario no desaprovechar la mitad del tiempo en aclararse, y solucionar los problemas defensivos del equipo en los contragolpes. Veremos. 

martes, 10 de marzo de 2020

Desidia total. Betis 2 - R. Madrid 1

   Esto no es en realidad una entrada al uso. A menudo otras tareas o la frecuencia con que se disputan las distintas competiciones me impiden seguir puntualmente cada partido. Así que bien podría no haber hecho la presente; sin embargo el nivel de irritación alcanzado me obliga al menos a expresar y dejar alguna constancia de ello en esta especie de seguimiento del estado del equipo a lo largo de la temporada.
   Así pues, solo hay que decir que no recordamos desde cuándo la bajada de brazos colectiva que presenciamos este domingo fuera tan acusada y tan generalizada. Salvo Varane que trabajó a destajo todo el encuentro, el resto de contendientes madridistas brillaron por su ausencia. 
    No merece la pena analizar aspectos de orden táctico, ni de alineación, puesto que con la actitud que pusieron en el terreno de juego casi todos los jugadores es imposible doblegar a ningún equipo, salvo por mala suerte o injusticia. Es verdad que Zidane tampoco anduvo muy fino sacando del equipo a Valverde, su jugador más comprometido y polivalente hoy por hoy; también que anduvo lento en los cambios y en los jugadores a sustituir. Benzema debió ser sustituido por Mariano (que por cierto sabe Zidane que lo da todo) mucho antes. Pero nada ni nadie puede con la falta de ánimo y ganas que mostró todo el equipo.
     Lo irritante e incomprensible de esta actitud se deriva de las circunstancias en que está la Liga y la clasificación de la misma. Viniendo de un resultado muy positivo, habiendo asestado un duro golpe al mayor rival, y estando por delante en la tabla, no se entiende a qué obedece esta desidia.
     El equipo sólo reaccionó cuando el Betis se puso por delante en el marcador. Y tal vez eso sea lo que haya buscado: ponerse por detrás en la tabla clasificatoria para empezar a dar de sí lo que puede.
     En fin, no vamos a añadir nada más. el tiempo nos dirá qué entresijos tuvo este fiasco que bien les puede haber costado la Liga. Si esta especulación terminara por materializarse intuimos que van a rodar muchas cabezas... de jugadores. Veremos

martes, 3 de marzo de 2020

Mucho corazón fue suficiente. R. Madrid 2 - Barcelona 0

    De haber puesto tanto corazón en el partido contra el City, quizá ahora no estaríamos con la soga al cuello. Pero esto nunca se puede saber, sobre todo porque el corazón tiene unos límites que conviene tener en cuenta si no queremos hacerlo explotar. Para eso está la cabeza... pensante. 
    Y decimos pensante porque el verdadero gestor de un uso racional de los esfuerzos es el entrenador. Y el encargado de la formación de los jugadores, especialmente de los niños es el entrenador y el cuerpo técnico. Algo tendrá que hacer con las palizas que se dieron Vinicius y Valverde, porque a ese ritmo acabarán fundidos en no poco tiempo.
     Aunque la alineación de inicio presentaba un par de componentes que no hubiéramos pensado que merecieran estar (Kroos y Marcelo). Tanto uno como el otro se ganaron la confianza de su entrenador. Especialmente el denostado Marcelo que se empleó a fondo en no pocas ocasiones. Pese a que su fondo es más bajo de la cuenta, y sus carencias defensivas son enormes, su calidad sigue estando ahí. Es verdad que ambos, como todo el Madrid, se vieron favorecidos por la parsimonia con que se desenvolvió el Barça a lo largo y ancho del encuentro.
      Creemos que el equipo hizo un gran partido, pero hay que anotar un par de aspectos que conviene corregir con urgencia. 
     Por un lado, los boquetes que los contrarios suelen encontrar en numerosas ocasiones por el centro de la defensa. Estos fueron tan enormes en la primera mitad, que un gran número de comentaristas y aficionados sacaron la conclusión de que el Barça había jugado mejor la primera parte. No es verdad, a nuestro juicio fueron esos errores en defensa los que transmitieron esa impresión. Salvo algún tramo de encogimiento del equipo, el resto del encuentro fue de un claro dominio y a ratos un exquisito trato del balón con combinaciones rápidas y precisas. Eso sí, sin acierto en los metros finales.
     Por otro lado, la necesaria dosificación de los esfuerzos de Vinicius. Alguien debe ser el encargado de guiar la formación de un chico de diecinueve años, cuya generosidad en numerosas ocasiones de modo casi infructuoso, por ser el único en la presión, le lleva a perder energía y claridad en las ocasiones en que ha de encarar y resolver. Es verdad que el domingo tuvo gasolina para todo y todo el tiempo. Pero,  ¿sabemos lo que podría hacer si gozara del privilegio de Cristiano Ronaldo? Poder deambular por todo el frente de ataque, acudir al auxilio de la presión arriba y no en toda la banda que le obligan a carreras de velocidad demás de cien metros, encarar a los defensas no sólo en banda sino por el centro. 
     Poco más que añadir, salvo que las mejorías de Casemiro y Carvajal y la mayor generosidad en el esfuerzo bastó para derrotar a un Barça lento y sin patrón de juego definido. Parafraseando a Piqué (ya le vale, dando siempre la nota desagradable); el peor Barça en mucho tiempo. Es difícil de comprender esta mejoría del Madrid en tan solo tres días, pero el fútbol es así. Son muchos los factores que influyen y el control de todos ellos resulta a veces imposible.  Por cierto el domingo no retiró del campo a Vinicius, tal como había hecho en encuentros anteriores; y ahí apareció la oportunidad que se trabajó una y mil veces a lo largo del partido.
     Bien haría el equipo en centrarse en esta Liga, que, aunque con una ventaja exigua, se ha puesto de cara. Es cuestión de mentalización, porque el estado de forma física no parece que sea el problema después de lo visto el domingo. Espera el Betis. Veremos.     

jueves, 27 de febrero de 2020

Los únicos "tíos" fueron los "niños". R. Madrid 1 - Manchester City 2

  Viendo al equipo conducirse en estos últimos partidos (ya desde la eliminatoria de Copa con la R. Sociedad) uno tiene la sensación de que el traje que Zidane le ha preparado no estuviera bien rematado, como si estuviera hilvanado. De manera que a la hora de moverse en el partido debe andar con mucho tiento, porque a la mínima flexión salta una costura, al mínimo estiramiento se descompone.
   Ayer no se puede decir que no nos gustara la alineación. A priori, la inclusión de Vinicius como titular lo habíamos demandado desde estas páginas. El reforzamiento del centro de campo también era buena idea, dado que eso era lo previsible que hiciera Guardiola fuera de casa, buscando un buen resultado para la vuelta. La vuelta de Mendy era imprescindible teniendo en cuenta las actuaciones de Marcelo esta temporada. Y la inclusión de Valverde en lugar de Kroos también era una decisión lógica ante las actuaciones del alemán en los últimos partidos. 
   Dicho esto, uno se pregunta cómo se llega a perder un partido que comienzas ganando. Para empezar, Zidane puso a sus jugadores a guardar la ropa y se olvidó de nadar. Y terminó por no hacer ni una cosa ni la otra, a pesar de que el partido se le puso de cara. Ya había puesto en evidencia el City este sistema; pues, a pesar de la lentitud y extremo cuidado que el Madrid ponía en sus evoluciones, acumulando jugadores tras el balón para evitar los contragolpes del contrario; en varias ocasiones la línea de tres cuartos del ataque inglés no tenía dueño. Allí campaba a sus anchas cualquiera que apareciese, sobre todo Kevin De Bruyne. 
    Para continuar, Zidane dudó si lo que quería hacer era obtener un buen resultado en la ida o machacar. Primero quiso un buen resultado, pero después del gol vio al contrario "tocado" y se obcecó tanto con golear que no se percató de que el entrenador contrario había hecho algún movimiento (Sacó a Sterling) que sería el responsable de hacer saltar las costuras del traje por los aires. 
     Con todo, la razón de que este traje se deshilvanara tan fácilmente tiene una explicación en los errores de algunos jugadores, que por otra parte no son nuevos. Los "niños" a los que Sergio Ramos apelaba en la previa para que dieran el paso a ser unos "tíos" fueron los que más ganas y acierto pusieron en el encuentro. Valverde y Vinicius cuajaron un gran partido, especialmente el brasileño, incluso ayudando a Mendy en defensa o presionando con decisión. Y los supuestos "tíos" no parece que se sintieran aludidos por el discurso del capitán. Vimos a un Carvajal alocado, impreciso y descolocado en numerosas ocasiones. Qué decir del partido de Casemiro, con su falta de tensión, su lentitud y el recital de entregas al contrario que nos brindó. O el propio Ramos dejándose comer el espacio por un delantero más bajo y menos potente que él en el empate del City.
    Pero lo peor fue la falta de reacción del entrenador, la incapacidad para leer el partido y los movimientos del contrario. Todos sabíamos que Carvajal estaba sufriendo por su banda lo indecible, todos veíamos que era esa banda la que había que reforzar. Pero el entrenador contrario fue el primero en mover ficha, colocó a Sterling por esa banda, De Bruyne siguió percutiendo por ese costado hasta que llegaron el primer gol y el penalti: ambos por dicha banda. 
     Y es que, si no antes, al movimiento de Guardiola le correspondía la entrada de Lucas Vázquez; pero Zidane decidió forzar la situación entrando a Bale y sacando a su jugador más incisivo, Vinicius. Ahí saltaron las costuras por los aires. El traje quedó descompuesto.
     La vuelta queda así muy complicada. Al resultado hay que añadirle la eliminación del "tío" más representativo. Zidane tendrá que echar mano de algunos "niños", que los tiene en la plantilla. Pero la deficiencia de la plantilla en el puesto de Casemiro, y su sobreutilización era de esperar que tuviera unas consecuencias, y llegan en el momento más decisivo. Y no digamos nada del hecho de que las  dos "estrellas" llamadas a marcar la diferencia (Hazard y Bale) estén fuera del equipo; uno, por su mala fortuna; el otro, porque... nadie sabe el porqué.
    En estas, recibimos al Barça en la Liga. Aunque ellos no están para tirar cohetes, la facilidad con que se descompone el equipo en defensa no invita al optimismo. Veremos.

miércoles, 19 de febrero de 2020

Vuelven las dudas en defensa. R. Madrid 2 - Celta de Vigo 2

     Después de un larguísimo período de buenos resultados en el aspecto defensivo, durante el cual Zidane pareció haber encontrado la fórmula adecuada; en solo encuentro volvieron a aparecer dudas importantes. Y ello en un partido en el que no se puede decir que el equipo no estuviera comprometido. Si exceptuamos a Bale, el resto de jugadores se entregaron con generosidad a un esfuerzo poco fructífero en términos de llegadas y ocasiones. 
      Lo desesperante vino de los tremendos despistes defensivos en sendas jugadas protagonizadas en primerísima persona por Varane, ya que fue su marca la que terminó materializando los dos goles célticos. Si el primer gol vino en una jugada filtrada desde una larga distancia habiendo dejado un amplio espacio al delantero para maniobrar; el segundo fue un despropósito de todo el sistema defensivo, empezando por el absurdo descoloque de Ramos saliendo a presionar por delante de la defensa y dejando a Casemiro incrustado en su posición, y de nuevo a Varane persiguiendo tarde a la sombra del contrario.
     Sabida es obsesión de Zidane por meter a Bale en el equipo, a pesar de que éste se lo agradezca con actuaciones ignominiosas como la que tuvo el domingo durante toda la primera parte en especial. Quizá pretenda recuperarlo para la causa en Champions, consciente de las buenas actuaciones del galés en los momentos puntuales y claves de esta competición; pero esto se contradice con el objetivo prioritario del entrenador en esta temporada, cual es el de la consecución del título de Liga. 
    Nunca sabremos si con otro jugador en su lugar el resultado hubiera sido otro, pero no parece que hoy por hoy se merezca estar en el equipo titular. Con la consiguiente debilidad del discurso del entrenador por el carácter injusto de esta decisión.
     Dicho esto, alguna vuelta ha de darle Zidane a la forma en que prepara los partidos. Nos referimos al conocimiento del rival, pues en el caso del Celta claro era la necesidad de no dejar maniobrar con la comodidad que pudieron hacerlo Aspas, Rafinha, Suárez. Quizá alguna pieza más en el centro de campo en lugar de un inoperante Bale, hubiera dado un mejor resultado.
     En partidos como este es donde realmente se ganan o se pierden las Ligas. Esperemos que el equipo haya aprendido la lección, y particularmente el cuerpo técnico. Veremos porque se aproxima una cuesta bien empinada. Suerte que hemos recuperado para la causa de nuevo a un gran Hazard.

lunes, 10 de febrero de 2020

Sonó la flauta y apareció la orquesta. Osasuna 1 - R. Madrid 4

   Tras una penosa media hora por parte del Madrid, y en la que pareció serle indiferente ir por detrás en el marcador; el gol de Isco en el treinta y dos, sin méritos para ello, despertó de repente a los blancos, que a partir de ese momento se transformó como por arte de magia.
     La acumulación de jugadores en el centro de campo no trajo ninguna mejoría en el juego de inicio. Más bien al contrario, se vieron desbordados por el Osasuna en varias ocasiones antes y después del gol tempranero que los rojillos lograron sin demasiada presión. Y es que todo el equipo salvo Benzema parecía adormecido, como en siesta. La alineación de Bale de inicio tampoco ayudó a despertar los ánimos en la parte delantera. El galés no está, aunque parece que Zidane le espera: lentísimo, impreciso, poco trabajador y colaborador. Aún no acabamos de entender su alineación.
    Pero todo cambió, como hemos dicho, a partir del primer gol. Allí comenzó a desatarse Isco, con un juego menos especulativo y más incisivo de lo habitual; apareció Modric, con sus arrancadas que clarifican enormemente el frente de ataque; y el mejor Benzema, con una movilidad y una capacidad de asociación extraordinarias, su seña de identidad. No es de extrañar que se enfadara por el cambio por Jovic hacia el final del partido. Quería marcar. Sabía que en los minutos finales el Osasuna se había lanzado arriba y el momento era propicio para ello. Así lo certificó Jovic con un golazo; el que Benzema ansiaba.
    Las entradas de Lucas Vázquez y Vinicius dieron un nuevo aire al equipo, al permitir transiciones mucho más rápidas y una mayor capacidad de desborde. 
    Un partido cuya historia se enmarca dentro del fútbol actual. Sólo trabajando mucho se puede doblegar a equipos de inferior calidad técnica. Sin ese esfuerzo, resulta casi imposible alcanzar el objetivo. Ayer se jugó con fuego durante media hora; pues, de haber materializado alguna más el Osasuna, quizá la fiesta habría terminado de otra manera.
    Bien haría Zidane en poner a los que realmente tienen ganas de trabajar. Bale no está en condiciones, y eso puede crear malestar en la plantilla. Por otro lado, es menester que busque el equilibrio del equipo por el lado de tapar los laterales y no por el de acumular centrocampistas. Es verdad que tiene un problema en esa zona (ayer dejó a Kroos en el banquillo), pero quizá sea mejor alternarlos que hacer un dibujo para meterlos con calzador. La pérdida de la Copa pudo haber dado más salidas a algunos de ellos, pero el carrusel de cambios que introdujo no fue acertado. A estas alturas Zidane debe saberlo mejor que nadie. 
  En fin, en todo es el entrenador quien tiene todos los datos. Pero en la Copa no parece que los manejara muy bien. Veremos.

miércoles, 5 de febrero de 2020

Zidane, protagonista absoluto. R. Madrid 1 - A. Madrid 0

 Zidane no deja de sorprendernos, tanto por sus planteamientos como por sus explicaciones, por más que unos y otras resulten tan elementales. En el partido de este fin de semana, decidió combatir el mayor empuje previsible de los atléticos, dada su posición en la tabla y la eliminación de la Copa, con una superpoblación del centro de campo. No sabemos si para tener el control del juego o para tener contento a todos los jugadores que más le están aportando, y que a nivel jerárquico representan más en el equipo.
   Lo cierto es que no consiguió ninguno de sus objetivos; pues ni controló el juego, que estuvo a merced del contrario toda la primera parte, ni contentó a todos sus jugadores al tener que señalar a algunos de ellos durante el descanso.
    Que se equivocó lo reconoció con prontitud en las declaraciones posteriores, y que tuvo que rectificar sustituyendo a dos de esos jugadores que pretendía contentar, también. 
    Los cambios que introdujo a nivel de jugadores y de dibujo del equipo propiciaron un vuelco en el devenir del partido durante la segunda parte, tanto en el juego como en el resultado. Y paradógicamente con menos centrocampistas el equipo logró controlar mejor el juego y crear un mayor número de ocasiones, a la vez que redujo considerablemente las acometidas en los contragolpes del Atlético; favorecidos por que Simeone cambió a su mejor delantero: Morata. 
    Así que un primer tiempo dominado por el Atlético, merced a un erróneo planteamiento de Zidane, que le venía como anillo al dedo al juego de los de Simeone. Y un segundo tiempo dominado absolutamente por el Madrid, debido a los cambios individuales y tácticos que introdujo el propio Zidane.
    Así que fue el protagonista absoluto del partido. Y , como decíamos al comienzo, no deja de sorprendernos también por sus explicaciones, pues a todo este asunto el contesta: "Teníamos que hacer algo, lo hicimos... y ya está". No hay más palabras. Es que eso lo que hizo. Si fue con mayor o menor intención, con más o menos dosis de intuición, no lo sabremos nunca. El caso es que este hombre consigue unos equilibrios increíbles que le dan un excelente resultado. Sustituyó a Kroos y a Isco que estuvieron evidentemente perdidos y cansados, especialmente el alemán; y él les pide perdón por haberlos sustituidos. Este es Zidane.
     Además de esto el partido nos trajo un par de noticias excelentes. Por un lado la confirmación de Vinicius no es un jugador vulgar como muchos tertulianos se empeñan en hacernos creer. El sábado revolucionó su banda y contribuyó a abrir la lata que en la primera parte no tenía fisura alguna. Y por otro lado apareció un Mendy desatado tanto en defensa como, sobre todo, en ataque. Ya en la primera parte había sido el jugador más incisivo del equipo; pero la entrada de Vinicius le dio una mayor profundidad que le catapultó a convertirse en protagonista del magnífico gol que firmaron los dos junto a Benzema: una obra maestra.
     Partido importante porque dejas a un rival bastante alejado y con dudas en cómo conducirse de ahora en adelante. Pero la mejor noticia es que hoy por hoy Zidane tiene muchas opciones, incluso con varios jugadores importantes fuera del equipo.
     Viene la Copa, viene la Real. Veremos.

viernes, 31 de enero de 2020

Todos enchufados. Zaragoza 0 - R. Madrid 4

   ¿Cómo lo logra? Es un misterio. Pero es indudable que de nuevo ha conseguido llegar al momento crucial de la temporada con todos los jugadores en condiciones de ser titulares. De modo que el problema más difícil de resolver para muchos técnicos (tener dispuestos a todos para entrar con garantías), Zidane lo resuelve de un modo tan natural y sencillo que parece increíble; sobre todo si uno intenta extraer ese secreto de las declaraciones y ruedas de prensa que proporciona: siempre planas, siempre elementales, siempre anodinas. 
    En este partido logró un excelente resultado con casi todos los no habituales en el equipo titular, y ante un rival que no le perdió la cara al partido hasta el último tanto. 
    Y es que ha conseguido recuperar al mejor Courtois, sin perder a Areola para la causa (en este partido tuvo tres intervenciones muy meritorias). Varane muestra su mejor versión desde hace mucho tiempo. Nacho está de vuelta, tras la desaparición de más de una temporada. Estamos viendo al mejor Kroos probablemente desde su llegada al equipo. Qué decir de Valverde..., quizá el culpable de que Kroos tenga las pilas a tope. De nuevo empieza a aparecer Lucas Vázquez como ese jugador talismán para Zidane, aportando en defensa y en ataque elementos importantes del juego. Y vemos sonreir de nuevo a Vinicius, mostrando su profundidad por la banda y sus apariciones por el centro, fruto de la cual marcó un extraordinario gol. Y finalmente, aparece Brahim, nos deleita con unos pases filtrados que son una delicia, y que se muestra con una vitalidad espectacular en los pocos minutos de que dispone.
     Como todo no puede ser positivo, nos queda Marcelo que sigue mostrando su peor cara. Ya no va a aprender a defender, pero sus aportaciones en ataque fueron irrelevantes en general, cuando  no fueron acompañadas de numerosas pérdidas de balón que no acostumbra a hacer. Está lejos del deslumbrante atacante que ha sido. Tampoco Carvajal atraviesa su mejor momento, pero así lleva toda la temporada, alternando pérdidas de pelota, atascos en la salida del balón, con genialidades como la del desmarque que le tira a Brahim en el gol de Benzema. 
    En conclusión, Zidane ha logrado tener a todos enchufados en el momento clave de la temporada, lo que le permite aspirar a todo en la misma; incluso la Copa, que tanto se le resiste al equipo en los últimos años. 
    Pero esto no para, y el sábado tenemos de nuevo un partido muy complicado y decisivo para la Liga, el gran objetivo de Zidane desde el inicio de temporada. Veremos qué Atlético se presenta en el Bernabéu; aunque si el Madrid sigue jugando así será difícil que se le escape la victoria. Eso es lo que esperamos.

sábado, 18 de enero de 2020

Gigante Casemiro. R. Madrid 2 - Sevilla 1

   En un partido tremendamente complicado por el buen hacer del rival, apareció el omnipresente Casemiro para resolver todos los problemas que el equipo mostró: defensivos, de control y salida del balón y finalmente de remate. 
   No hubo fluidez en el juego ante la presión agobiante de los jugadores sevillistas. Lopetegui lanzó a sus jugadores a una presión fuerte desde arriba, consciente de que la ausencia de Ramos complicaría la salida del balón, como así fue. En no pocas ocasiones el Madrid estuvo en dificultades a la hora de dar sacar la pelota. Y en el tramo final de la primera parte el dominio y la pelota fueron del Sevilla.   
   Algo más suelta la segunda parte en la que el gran gol de Casemiro a pase extraordinario de Jovic, animó a Zidane a realizar un doble cambio, que hizo inclinar definitivamente la balanza en el juego a favor del Madrid con la verticalidad de Vinicius y el mayor control y búsqueda de recepción de Banzema. No sin antes poner las tablas en una jugada por la banda izquierda. Mendy no estuvo especialmente acertado en su sustitución de Marcelo que empezaba a notar su falta de actividad en los últimos meses. A Varane le faltó contundencia en esa jugada un tanto embarullada tras la caída de Munir, y en la que De Jong logró un gran gol.
  En cualquier caso, un partido muy disputado, muy trabajado, pero resuelto positivamente gracias a la aparición como hemos dicho de Casemiro. Allí donde había una clara ventaja de ataque del equipo andaluz aparecía Casemiro rebañando y distribuyendo con criterio, allí donde hizo falta infiltrarse para dar más opciones de ataque apareció Casemiro. Fruto de ello llegaron sus dos goles de auténtico delantero centro. Imposible pedirle más. Fue el hombre del partido sin duda. 
   En el terreno individual también merece destacar el regreso de Vinicius. Necesitó solo media hora para demostrar que es el jugador más desequilibrante que tiene el equipo, y que es del tipo de jugador que obliga al contrario a estar ocupado de él y no al revés. Ni Lucas Vázquez ni Rodrigo tuvieron su tarde, si bien es verdad que el rival se mostró muy exigente. Lucas estuvo algo impreciso pero enganchó un centro que propició el segundo y definitivo gol de Casemiro; y Rodrigo jugó con criterio lo que le llegó pero sigue sin crear apenas inquietud en el contrario, sin encarar. Parece haber perdido el descaro y la chispa con que se manifestó meses atrás.
   En definitiva, un partido sacado adelante con esfuerzo, lo que no está mal después de este trajín de la Supercopa y las ausencias que presentaba hoy el equipo: Valverde, Ramos, Isco, Hazard, y el omniausente Bale.
   Continúa la cuesta de Enero con buen tono del equipo. Veremos qué nos depara la Copa. Muy importante que Zidane haya logrado incorporar, de nuevo como antaño, a un buen número de suplentes que se comporten con motivación y ganas.