Zidane no deja de sorprendernos, tanto por sus planteamientos como por sus explicaciones, por más que unos y otras resulten tan elementales. En el partido de este fin de semana, decidió combatir el mayor empuje previsible de los atléticos, dada su posición en la tabla y la eliminación de la Copa, con una superpoblación del centro de campo. No sabemos si para tener el control del juego o para tener contento a todos los jugadores que más le están aportando, y que a nivel jerárquico representan más en el equipo.
Lo cierto es que no consiguió ninguno de sus objetivos; pues ni controló el juego, que estuvo a merced del contrario toda la primera parte, ni contentó a todos sus jugadores al tener que señalar a algunos de ellos durante el descanso.
Que se equivocó lo reconoció con prontitud en las declaraciones posteriores, y que tuvo que rectificar sustituyendo a dos de esos jugadores que pretendía contentar, también.
Los cambios que introdujo a nivel de jugadores y de dibujo del equipo propiciaron un vuelco en el devenir del partido durante la segunda parte, tanto en el juego como en el resultado. Y paradógicamente con menos centrocampistas el equipo logró controlar mejor el juego y crear un mayor número de ocasiones, a la vez que redujo considerablemente las acometidas en los contragolpes del Atlético; favorecidos por que Simeone cambió a su mejor delantero: Morata.
Así que un primer tiempo dominado por el Atlético, merced a un erróneo planteamiento de Zidane, que le venía como anillo al dedo al juego de los de Simeone. Y un segundo tiempo dominado absolutamente por el Madrid, debido a los cambios individuales y tácticos que introdujo el propio Zidane.
Así que fue el protagonista absoluto del partido. Y , como decíamos al comienzo, no deja de sorprendernos también por sus explicaciones, pues a todo este asunto el contesta: "Teníamos que hacer algo, lo hicimos... y ya está". No hay más palabras. Es que eso lo que hizo. Si fue con mayor o menor intención, con más o menos dosis de intuición, no lo sabremos nunca. El caso es que este hombre consigue unos equilibrios increíbles que le dan un excelente resultado. Sustituyó a Kroos y a Isco que estuvieron evidentemente perdidos y cansados, especialmente el alemán; y él les pide perdón por haberlos sustituidos. Este es Zidane.
Además de esto el partido nos trajo un par de noticias excelentes. Por un lado la confirmación de Vinicius no es un jugador vulgar como muchos tertulianos se empeñan en hacernos creer. El sábado revolucionó su banda y contribuyó a abrir la lata que en la primera parte no tenía fisura alguna. Y por otro lado apareció un Mendy desatado tanto en defensa como, sobre todo, en ataque. Ya en la primera parte había sido el jugador más incisivo del equipo; pero la entrada de Vinicius le dio una mayor profundidad que le catapultó a convertirse en protagonista del magnífico gol que firmaron los dos junto a Benzema: una obra maestra.
Partido importante porque dejas a un rival bastante alejado y con dudas en cómo conducirse de ahora en adelante. Pero la mejor noticia es que hoy por hoy Zidane tiene muchas opciones, incluso con varios jugadores importantes fuera del equipo.
Viene la Copa, viene la Real. Veremos.
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