En un partido tremendamente complicado por el buen hacer del rival, apareció el omnipresente Casemiro para resolver todos los problemas que el equipo mostró: defensivos, de control y salida del balón y finalmente de remate.
No hubo fluidez en el juego ante la presión agobiante de los jugadores sevillistas. Lopetegui lanzó a sus jugadores a una presión fuerte desde arriba, consciente de que la ausencia de Ramos complicaría la salida del balón, como así fue. En no pocas ocasiones el Madrid estuvo en dificultades a la hora de dar sacar la pelota. Y en el tramo final de la primera parte el dominio y la pelota fueron del Sevilla.
Algo más suelta la segunda parte en la que el gran gol de Casemiro a pase extraordinario de Jovic, animó a Zidane a realizar un doble cambio, que hizo inclinar definitivamente la balanza en el juego a favor del Madrid con la verticalidad de Vinicius y el mayor control y búsqueda de recepción de Banzema. No sin antes poner las tablas en una jugada por la banda izquierda. Mendy no estuvo especialmente acertado en su sustitución de Marcelo que empezaba a notar su falta de actividad en los últimos meses. A Varane le faltó contundencia en esa jugada un tanto embarullada tras la caída de Munir, y en la que De Jong logró un gran gol.
En cualquier caso, un partido muy disputado, muy trabajado, pero resuelto positivamente gracias a la aparición como hemos dicho de Casemiro. Allí donde había una clara ventaja de ataque del equipo andaluz aparecía Casemiro rebañando y distribuyendo con criterio, allí donde hizo falta infiltrarse para dar más opciones de ataque apareció Casemiro. Fruto de ello llegaron sus dos goles de auténtico delantero centro. Imposible pedirle más. Fue el hombre del partido sin duda.
En el terreno individual también merece destacar el regreso de Vinicius. Necesitó solo media hora para demostrar que es el jugador más desequilibrante que tiene el equipo, y que es del tipo de jugador que obliga al contrario a estar ocupado de él y no al revés. Ni Lucas Vázquez ni Rodrigo tuvieron su tarde, si bien es verdad que el rival se mostró muy exigente. Lucas estuvo algo impreciso pero enganchó un centro que propició el segundo y definitivo gol de Casemiro; y Rodrigo jugó con criterio lo que le llegó pero sigue sin crear apenas inquietud en el contrario, sin encarar. Parece haber perdido el descaro y la chispa con que se manifestó meses atrás.
En definitiva, un partido sacado adelante con esfuerzo, lo que no está mal después de este trajín de la Supercopa y las ausencias que presentaba hoy el equipo: Valverde, Ramos, Isco, Hazard, y el omniausente Bale.
Continúa la cuesta de Enero con buen tono del equipo. Veremos qué nos depara la Copa. Muy importante que Zidane haya logrado incorporar, de nuevo como antaño, a un buen número de suplentes que se comporten con motivación y ganas.
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