miércoles, 7 de febrero de 2018

Meter el pie. Levante 2 - R. Madrid 2

    Todo parecía funcionar de nuevo en la primera parte del encuentro. El Madrid tenía el balón de forma abrumadora y logró ponerse temprano por delante en el marcador. Benzema un poco más trabajador que de costumbre, un inconmensurable Modric y la cesión de la pelota y el campo a cargo del Levante, hacía presagiar incluso una goleada. 
    Sin embargo ahí apareció el otro gran problema que lastra al equipo esta temporada: los errores defensivos. Cinco minutos de locura transitoria de Carvajal y la falta de colocación y tensión defensiva del equipo dieron al traste con todo. Porque a partir del primer gol del Levante, el equipo valenciano se transformó, creyó y su fe le llevó al resultado final, que bien pudo haber sido una victoria de no mediar la suerte y el portero que salvó un gol con la cara.
     Y esta fue la película del partido. A partir de ahí, podemos perdernos en polémicas artificiales de origen periodístico:  que si Cristiano mandó al cámara grabar el partido y no su reacción, que si Ramos dijo esto o lo otro, que si el entrenador no se saludó con éste o aquél, que si dejaron de entrenar por el temporal de nieve...
     Lo esencial es que el equipo no resuelve ni cierra los partidos esta temporada, ni siquiera en un día con todo de cara. En los cursos pasados, cuando Modric estaba en forma (como bien demostró el sábado), el equipo doblegaba con facilidad a sus rivales, sin embargo, esta temporada no ocurre así. 
    Y es que la fragilidad defensiva es un problema de primera magnitud. No solo en este equipo, sino en cualquiera. De hecho los entrenadores, salvo excepciones, comienzan a hacer sólidos sus equipos a partir del sistema defensivo. Y la cuestión no se resuelve solo "metiendo el pie" como reclamaba Ramos en mitad de la contienda. Hace falta además que no se dé lugar a que Casemiro tenga que jugarse la permanencia en el campo en cada contragolpe o jugada de ataque del contrario. Hace falta que todo el equipo colabore defensivamente, corra mucho más de lo que lo hace, con y sin balón.  Hace falta una táctica defensiva de equipo, Hace falta que se tenga un sistema defensivo que no haga aguas porque algunos componentes esenciales abdiquen de su función.
    Lo peor de este análisis es que nos lleva otra vez a un punto sin salida. Cambiar de entrenador no se va a hacer porque el crédito de Zidane es casi infinito. El entrenador no parece tener un plan táctico para solucionar los problemas que acabamos de apuntar. 
    Meter el pie está bien como necesidad puntual en un equipo falto de otros recursos; pero no puede ser la solución a un problema  de un equipo que lleva toda la temporada encajando goles con demasiada facilidad: a veces los rivales no necesitan nada más que una ocasión para materializar sus oportunidades.
    Solo nos queda la esperanza de que en estos diez días que nos quedan para enfrentarnos al PSG además de Modric, se pongan todos un poco más a tono y no den opción a los rivales a creer que se puede ganar a este equipo en cualquier momento, solo  con achucharles. Veremos.

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