La irrelevancia no viene porque no sea meritorio sumar otros tres puntos fuera de casa marcando cinco goles; sino por la imposibilidad de extraer una sola conclusión importante del partido; toda vez que cualquier análisis ha de partir de la premisa de que el equipo contrario viene convirtiendo sus partidos en un auténtico correcalles, donde el sistema defensivo sale perjudicado en sendas goleadas escandalosas.
Así pues, todo lo que podamos decir de aquí en adelante carece de relevancia, desde nuestro punto de vista. Si bien hemos de hacer una pequeña salvedad: la tardanza del equipo (sobre todo del Cuerpo Técnico) en rectificar una deficiencia que todos veíamos en el sistema defensivo del R. Madrid. Cuesta creerlo, pero así sucedió. Desde los primeros minutos de la primera parte el Betis campaba a sus anchas por el lateral derecho nuestro; Carvajal se iba casi al centro de penalti y el lateral izquierdo bético se quedaba solo con medio ancho de campo una y otra vez. Solo la llegada del descanso pareció la manera de comunicar y rectificar esta deficiencia.
Al principio, los repliegues de Carvajal hacia el centro de la defensa eran solventados por la aparición una y otra vez de Lucas Vázquez; pero dio la impresión que este se cansó de hacer esta función de lateral, replegándose a su vez hacia el centro. De este modo, llegamos a ocupar solo la mitad del ancho del terreno de juego. Por esa banda llegaron casi todas las jugadas de peligro.
Quizá podamos extraer otra pequeña conclusión, o mejor dicho, corroborar algunas ya manifiestas deficiencias del equipo esta temporada: se puso por delante en el marcador temprano y el sesteo derivó en desidia hasta la remontada bética. Solo la llegada del descanso (mérito de Zidane) puso otro aire en el juego al corregirse lo expuesto anteriormente y la actitud. De nuevo, pues, pareció manifestarse esa sensación de que esta competición, este año, no motiva en absoluto al equipo.
Desde luego, con estos mimbres no pensarán que van a ganar el partido atrasado contra el Leganés. El equipo madrileño ya nos ha pintado la cara este curso, y volverá a hacerlo si no ponemos más ganas y más orden a la hora de defender.
Resulta indignante el tratamiento que los medios hacen de la supuesta actitud de "desencanto y desmotivación" que embarga a Bale, por el hecho de que no fuera titular ante el PSG. No sé si se corresponde con lo que piensa o siente el jugador, pero desde luego ha de comprender que su juego no da para ser titular. El domingo jugó, pero su aportación fue irrelevante. Si se debía a un supuesto enfado por lo que hemos dicho, la cuestión es todavía más grave. Este jugador y otros muchos debieran mirarse en el espejo de Nacho; siempre disponible al máximo nivel y, al paso que va, terminará jugando más que ninguno en el equipo.
Quizá la mejor noticia de este encuentro es la constatación de que Asensio ha vuelto por sus fueros. De nuevo está con muchas ganas, participativo y con la chispa que nos mostró a comienzos de la temporada. Aquí tiene Bale otro espejo en el que mirarse. Esperemos que siga sus pasos y no haga caso de los cantos de sirena que alguna parte de la prensa le hace llegar en forma de quejas porque el entrenador no le da continuidad. La continuidad debe ganársela con su juego. Lo demás es una injusticia para todos los demás jugadores; sobre todo porque el nivel del banquillo de este equipo está muy alto y todos no pueden jugar. Además, hay tiempo para todos: miércoles y sábado dos nuevos partidos importantes para dejar la clasificación para la Liga de Campeones del próximo año encarrilada. Veremos.
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