Unos veinte minutos iniciales primorosos fueron suficientes para dejar al equipo en clara ventaja sobre un rival, el Dormud, francamente diezmado por las circunstancias, por más que su entrenador nos dijera que están tan bien como en la pasada edición.
Sin embargo, la satisfacción no es completa. Tal como nos preguntamos en este titular, no sabemos si esta importante renta bastará para el partido de vuelta. Y las dudas nos asaltan al mirar el comportamiento del equipo en la segunda parte, especialmente a partir del minuto quince de la misma.
Tuvo el equipo oportunidades de rematar definitivamente la eliminatoria como hizo con el Schalke 04, pero se desaprovecharon por diversas razones que ahora analizaremos, y apareció la fragilidad defensiva de un modo alarmante en los minutos centrales de la segunda mitad. En ellos, de no haber sido por Pepe y la fortuna, el resultado habría quedado mucho más en el aire.
Todos pensamos que era necesario realizar cambios, pero cuando el entrenador se dispuso a introducir dos centrocampistas que tendrían que haberle dado más consistencia al sistema defensivo, la seguridad brilló por su ausencia. Y es que cuando los jugadores no quieren poner toda la intensidad necesaria en su juego cualquier equipo puede crearte problemas. No podemos cargar las tintas sobre Casemiro, pero sí algo más sobre un jugador como Illarramendi que de una u otra manera está disponiendo de minutos como para haberse acoplado y darle la necesaria seguridad en la zaga al equipo.
Pero tampoco podemos responsabilizar a dos jugadores noveles de lo que pudo haber sido un desastre. Jugadores como Modric que se pasó casi todo el partido sesteando, sin movilidad, pero que luego empezó a ponerle ganas al finalizar el partido cuando el entrenador le liberó de tareas defensivas, o las alegres galopadas de Sergio Ramos que no conducen más que a crear desbarajuste defensivo; por no hablar de la aparición del egoísmo entre los delanteros que impidieron un resultado más abultado, especialmente por parte de Bale que parece haber estado esperando a estar un poco más en condiciones para empezar a reivindicarse y pedir protagonismo exclusivista. Mal síntoma para hacer equipo que sus jugadores jueguen a hurtarse la pelota en vez de asociarse como regla primordial, tal como hace Benzema.
Tampoco es una buena política la seguida por Cristiano, de querer jugar todos los minutos. El equipo se juega todo en muy poco tiempo y debe sacrificar la consecución de retos personales en bien del club que es quien le paga. Ayer se pudo haber ahorrado al menos media hora de juego y de riesgos.
Desde el minuto uno se pudo ver la actitud de algunos jugadores con peso en este equipo, me estoy refiriendo a Xabi Alonso, que en los dos partidos claves de la Liga estuvo desaparecido. Sus ganas, su concentración unidas a las de Pepe e Isco posibilitaron este gran resultado que esperamos sea suficiente, pues los alemanes recuperan algunos jugadores para la vuelta que quizá no perdonen tanto en ataque.
No tardaremos en saber qué ocurrirá; este final de temporada es vertiginoso.
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