Esta primera fase de la Liga de Campeones parece diseñada para el lucimiento de los equipos grandes. Es más un asunto económico inventado por la UEFA que una verdadera competición. Las diferencias son tan enormes que no sirven ni para saber el estado en que se encuentran los equipos a nivel internacional. Así un Madrid sin ninguna mordiente en Liga ha sido capaz de endosar cuatro en un partido sin grandes diferencias con los anteriores salvo la inferioridad del rival.
Salió de inicio con un equipo raro en lo que respecta al centro del campo. Parece que Ancelotti también tiene claro que piensa jugar con Khedira y diez más. Lo último que nos faltaba por ver que en casa y ante un equipo muy inferior la variante que el entrenador sea hacer que Khedira haga de Isco y éste se quede en el banquillo. Lo cierto es que este nuevo invento no aportó nada nuevo. Ni se creó, ni se defendió mejor en defensa por arriba (quizá sea esta la razón para alinear al jugador alemán, conociendo el carácter timorato de este entrador no es de extrañar).
El paso de los minutos en la primera parte dieron protagonismo a Marcelo, una de las novedades de la alineación, junto a Varane y Carvajal. Ya hemos defendido en otras entradas que Marcelo es el mejor atacante que tiene este equipo, y así ha sido en toda la primera parte. Ojalá no recaiga en una nueva lesión, porque es imprescindible para quebrar y desequilibrar arriba. Sin más que llevarse a la boca que sus incursiones, fruto de las cuáles llegó el primer gol, llegamos a la segunda parte.
Y en los segundo 45 minutos apareció el otro jugador desequilibrante que tenemos. La jugada del segundo gol, con taconazo, rabona y cabezazo es una obra de arte. A partir de este segundo gol todo fue coser y cantar, hasta el punto de que el entrenador se atrevió a terminar jugando con un solo medio centro (Illarramendi) y dos delanteros centro.
Y no hubo más historia en este partido cuasi de trámite que no puede servir para tranquilizar a nadie por el juego desplegado. Sí sirvió para que vayan entrando en juego jugadores que vienen de lesión, como Illarramendi, Varane y Marcelo, sin demasiados riesgos.
Mención aparte merece la alineación de Iker. Un comentario de Cañizares en la Cadena Ser me ratifica en la opinión de que la mejor opción es que se marche. En aquella salida en falso, que a punto estuvo de costarle un gol (el del empate a uno) al equipo, el exportero de la selección aprovechó para "ayudarle" dando una opinión ventajista, cicatera y mezquina, pues según él esta salida es debida a que no está jugando y por tanto Del Bosque tiene que pensárselo. Vamos, como si fuera la primera vez que Casillas no mide bien en la salida, como si los porteros en general no lo hicieran, sean titulares o no. En estas, al final del partido Casillas hizo tres paradones de los suyos. En definitiva, el Casillas de siempre, con sus virtudes y sus defectos.
Lo dicho muchos goles para el juego que ha hecho el equipo. Por cierto, de nuevo dos goles de delantero centro a cargo de Cristiano, especialmente el segundo. Pues eso.
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