¿Cómo explicar este desorden?
Lo que está claro es que seguimos sin saber a qué jugamos; lo dice el propio entrenador.
Sin prácticamente tiempo el equipo se colocó con tres goles por delante. Las acometidas de Gareth Bale llevaban mucho peligro por la banda derecha, la posición en la que Ancelotti quiere que juegue. A juzgar por lo visto ayer parece una buena opción, ya que tiene salida natural hacia adentro para armar su pierna buena, la izquierda, tal como hiciera en el primero de los goles; y por fuera es capaz de centrar o pasar como hizo en otra ocasión que puso a Benzema en otro de los goles.
Esta fue la cara de la moneda, porque el caos defensivo y el desorden se apoderó del encuentro y en especial del Real Madrid. De tal manera que a punto estuvo de empatar el Sevilla en unos minutos posteriores. El equipo roto, sin coberturas ni ayudas, sin orden ni concierto, y con errores de jugadores que no pueden estar en el equipo a día de hoy, habiendo jugadores mejor preparados que ellos. Se podrá discutir si tienen que estar de vez en cuando, pero no se entiende que se siga un criterio con Casillas y no se haga con jugadores como Ramos, Arbeloa o Khedira que no acaban de estar acertados en ningún partido al completo. El primero porque se despista con frecuencia o no mide bien la repercusión de sus acciones, en una posición que no admite errores; y los otros dos porque ni tienen calidad ni están en su mejor momento. Arbeloa sufrió ayer lo indecible, entre otras cosas porque el Sevilla tenía claro que tenía un filón en su banda y Ancelotti no parecía tener dispuesto una medida para atajar las acometidas por su banda que generaban un peligro constante.
Evidentemente marcar siete goles no es fácil a ningún equipo, pero esto lo que pone de manifiesto es el potencial que tiene este equipo para golpear a sistemas defensivos no muy armados. Así vamos a catalogar a este Sevilla que durante esta temporada creo que no ha ganado ningún encuentro fuera de casa.
La entrada de Xabi fue otra buena noticia en el día de ayer. Como hemos dicho en varias ocasiones este equipo necesita de la presencia suya más de lo que debiera. Salió si no recuerdo mal con un cinco a tres. Al margen de una posible coincidencia en que el Sevilla no volviera a marcar, su sola presencia dio otro aire al equipo y al encuentro. Quizá pudo influir la distancia que posteriormente cobró el Real Madrid, pero su saber estar, sus desplazamientos en largo,sus pases interiores y sus movimientos con y sin balón hicieron que el desorden acabara casi por completo.
En conclusión, un nuevo partido sin dirección, pero con dos grandísimas noticias: la llegada de Bale, que demostró unas cualidades tremendas para desbordar en velocidad y pegar (marcó dos goles) y unas buenas cualidades para dar asistencias (dos terminaron en gol); y por otro lado, el regreso de Xabi que por sí mismo a buen seguro dará otro aire a este equipo. La mala noticia procede del banquillo, pues parece que este entrenador esté más pendiente de cuadrar a los jugadores según el peso específico que tienen en el vestuario, que no en función del estado de forma o cualidades que están demostrando en la actualidad. Sólo así puede entenderse su empecinamiento en no dar minutos a jugadores jóvenes que están demostrando un estado de forma impresionante cada vez que se les ha puesto (véase Morata, Jesé o Carvajal). Aunque Carvajal ha gozado de más minutos, pienso que debería ser el lateral derecho titular.
Fue un festín, pero en medio de un desorden preocupante que hizo deslucir una goleada tan abultada. Ayer vivimos un partido desquiciante; por momentos gratificante y por momentos desesperante. Hay un amplio margen para la mejora. Veremos si en breve.