Desde un primer momento se vieron las intenciones del equipo. Nada de pereza, nada de mirarse el ombligo. Presión y actividad desde el minuto cero. Así que en pocos minutos ya habíamos conseguido un dos cero que ponía las cosas en un terreno propicio, porque a partir de ahí el equipo pudo hacer el juego que más le gusta y que mejor ejecuta; el contragolpe. La única salvedad que hay que hacer es la falta de acierto en el remate. La pólvora está un poco mojada, pero esto ya hace algún tiempo que viene siendo así.
De repente, todas las piezas encajaron y el equipo pudo cuajar un buen partido. ¿Por qué cambió tanto la situación con respecto al anterior encuentro? Dado que no creemos que el Zaragoza sea mejor equipo que el Galatasaray, la variante está en la falta de tensión que pusieron los jugadores y el entrenador en el partido del sábado, y el cambio de algunas piezas fundamentales.
De modo que las claves hay que buscarlas de nuevo en la concentración colectiva y en el estado de ánimo propio de los jugadores y que también transmite el Cuerpo Técnico. Éste manda los mensajes a través de lo que dice (mensaje explícito) y de los jugadores que pone en el terreno de juego (mensaje implícito).
Las claves pues de este partido, comparativamente con el lamentable encuentro de La Romareda, pasan por varias decisiones del entrenador:
En primer lugar, la recolocación de Essién en el lateral. Ya ha demostrado sobradamente que en el centro del campo se pierde absolutamente. En el lateral aporta algo que no tiene Arbeloa, que es el envío de centros aceptables. No es un gran defensor, pero defiende bien en una parcela claramente asignada, sobre todo si cuenta con la ayuda inestimable de Di María.
En segundo lugar, la sustitución de Pepe por Varane. El primero aporta hoy un juego errático y al límite. El francés estuvo impecable anulando al siempre peligroso Drogba. El equipo ya tiene bastante con un jugador en esa posición (Ramos) con muchas papeletas para quedarte con diez, Pepe es un especialista en ello que no viene al caso analizar hoy.
En tercer lugar, la incorporación de Xabi Alonso. Éste es el gran cambio del partido, pues Xabi aporta tal variedad de jugadas en corto y en largo que sólo por eso es imprescindible. Pero además el compromiso defensivo de este jugador es impresionante. Algunos observan cierto cansancio conforme avanza el encuentro, pero hay que valorar el tremendo esfuerzo que le lleva a ese punto allá por las segundas partes avanzadas; eso sí, habiendo dejado el partido resuelto.
Por último, cierta mejora de toda la delantera. No en vano marcaron los tres de arriba. Esta línea sigue un poco espesa debido a la falta de aporte definitivo de sus dos delanteros titulares que siguen siendo insustituibles para su entrenador.
El resultado da para soñar, pero hemos de mejorar arriba bastante. De lo contrario, seguiremos yendo a cada partido a ver si nos vamos a encontrar con la de arena (Zaragoza) o con la de cal (Bernabéu). A estas alturas eso se paga en Europa muy caro.
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