miércoles, 28 de febrero de 2018

Vergonzoso. Español 1 - R. Madrid 0

   Hemos dudado entre titular "tomadura de pelo" o el que finalmente figura. Quizá porque he pensado que la vergüenza que muchos sentimos se deriva de la confirmación de unas sospechas que ya expusimos a comienzos de temporada (está escrito). Efectivamente esta Liga no les interesó desde el principio. Lo que no esperábamos es que lo sostuvieran una vez recuperado el tono. Y es que ayer todos los jugadores, salvo el portero, salieron a no esforzarse lo más mínimo.
     Es una tomadura de pelo, porque los aficionados vamos a ver jugar a nuestro equipo pensando que al menos darán todo lo que puedan para ganar. Pero cuando ves la actitud de todos los jugadores, la cantidad de errores no forzados en los pases (campeón Sergio Ramos, una vez más) y la falta de movilidad... todo va produciendo sonrojo.
     Vergonzosa la actuación del técnico, que a pesar de ver que el equipo no jugaba a nada, esperó al minuto 80 para meter a un jugador y casi al 90 para meter a otro. 
      Y vergonzosa la actitud de Isco en el cambio. Esa forma de salir como si estuviera perdiendo el tiempo... En realidad fue una metáfora de su propia actuación y la del equipo al completo.
    No sabemos qué ocurrirá con la Liga de Campeones, tampoco lo que un buen resultado en ella pueda tapar; pero lo de ayer tiene un adjetivo : "vergonzoso". 
     Algo no huele bien en este vestuario, cuando no salimos de un lío y nos metemos en otro. ¿Qué razones puede tener un jugador para quejarse cuando es sustituido en un partido en el que nadie está brillando? Cualquiera podría haber sido sustituido y casi agradecerlo; porque menos tiempo habrás participado de una auténtica farsa.
      Nos preguntamos para qué están guardando fuerzas, para qué se estarán reservando. 
      Creemos que nos han obligado a entrar en el terreno de la especulación... Cabe la posibilidad de que veamos a más de uno brillando en el mundial y trabajando como jamás lo hizo en el Madrid. (véase el europeo de Bale).
     En fin, nos agarraremos a la Liga de Campeones, si es que sus señorías tienen a bien esforzarse un poquito. Veremos.
       

domingo, 25 de febrero de 2018

Algunas buenas noticias. R. Madrid 4 - Alavés 0

   Si hacemos el balance de los dos últimos encuentros podemos concluir que han aparecido algunas buenas noticias que hacen albergar algunas esperanzas de cara a lo que queda de temporada.
    De un buen resultado y juego desplegado ante el Leganés; a un juego más aburrido, especialmente en la primera parte, pero un resultado contundente frente al Alavés. En medio nos hemos entretenido con asuntos de gestión del vestuario que hasta ahora ha sido el punto más fuerte de Zidane. 
    Nos quedamos con la actitud y el juego ante el Leganés, un equipo que en la Copa nos había pintado la cara; pero al que pudo doblegarse con un mejor estado de forma generalizado de la plantilla: el segundo gol de tiralíneas es para enmarcarlo. Ayer se volvió a las andadas en la primera parte. Una impresión de que les sobraba tiempo y pereza para llevar el partido al segundo tiempo, y con la ayuda de un rival poco convencido de sus posibilidades, resolver el partido en solo diez minutos.
    Yendo a las buenas noticias; en primer lugar, hemos de señalar la importancia de encadenar otras dos victorias más consecutivas y sin apuros ante rivales que nos habrían puesto las cosas complicadas hace tan solo un mes; en segundo lugar, la efectividad goleadora ha subido un punto de nivel por parte de todos; en tercer lugar, el apaciguamiento de los problemas con Bale y Ceballos, aunque de naturalezas bien distintos; en cuarto lugar, el mejor tono mostrado por todos los suplentes o recuperados que han dispuesto de minutos: Kovacic, Lucas, Bale, incluso Theo que mejoró sus prestaciones, sin alcanzar nivel para jugar en el Madrid; en quinto lugar, el increíble detalle de Cristiano cediendo el lanzamiento del penalti a Benzema que tuvo una buena actuación cimentada en la mejora de su actitud trabajadora.
    Todo ello lleva al equipo a una zona más tranquila de cara a abordar el final de temporada, que es lo que pedíamos días atrás. Y a la vez da moral para viajar a París.
   No quisiéramos dejar pasar la oportunidad de comentar lo ocurrido con Ceballos y Bale. Creemos que con Ceballos se ha cometido una injusticia habiéndole hecho culpable de en no sabemos qué momento de los males del equipo. Quizá no tuviera alguna actuación muy ortodoxa, pero siempre que ha salido le hemos visto con muchas ganas y con un trabajo encomiable. Pero si a la injusticia de su apartamiento se le une el feo detalle de hacerlo entrar durante 30 segundos en un partido resuelto, la cuestión coge tonos de ensañamiento. La rectificación posterior del entrenador pidiendo perdón, creemos que aunque tarde, muy tarde, al menos apaciguará los ánimos de un dolido Ceballos. 
   Otro problema bien distinto es el planteado por Bale. Aquí podríamos decir que no hay caso Bale, sino que el propio Bale es un Caso. En parte, el comportamiento de Bale obedece a  las formas de conducir el grupo de Zidane. Pues desde aquel "mientras Garet, Cristiano y Benzema estén bien, jugarán siempre" que después ha llevado a cabo durante estos dos años al frente del equipo; hasta la suplencia ante el Leganés estando disponible, hay un cambio de actitud por parte del entrenador, obligado por las circunstancias y los resultados. Zidane no podía soportar un nuevo tropiezo ante el Leganés, el equipo que le apeó de la Copa. Esa es la razón por la que no quiso arriesgar con la BBC, y eso es lo que no entendió Bale, que como buen niño mimado, se rebela contra su máximo defensor.
   En un caso faltó delicadeza; en el otro, algo de explicación. Pero en esto no vamos a dar lecciones a este entrenador que se tiene bien ganado el crédito y la fama de que dispone.
   En resumen, que parece que el equipo tiene otra cara con todos en un mejor tono físico, anímico y en consecuencia de juego. Ahora, tres partidos en una semana: el poder Ser o el no Ser de esta temporada. Veremos.

martes, 20 de febrero de 2018

Correcalles irrelevante: Betis 3 - R. Madrid 5

   La irrelevancia no viene porque no sea meritorio sumar otros tres puntos fuera de casa marcando cinco goles; sino por la imposibilidad de extraer una sola conclusión importante del partido; toda vez que cualquier análisis ha de partir de la premisa de que el equipo contrario viene convirtiendo sus partidos en un auténtico correcalles, donde el sistema defensivo sale perjudicado en sendas goleadas escandalosas.
   Así pues, todo lo que podamos decir de aquí en adelante carece de relevancia, desde nuestro punto de vista. Si bien hemos de hacer una pequeña salvedad: la tardanza del equipo (sobre todo del Cuerpo Técnico) en rectificar una deficiencia que todos veíamos en el sistema defensivo del R. Madrid. Cuesta creerlo, pero así sucedió. Desde los primeros minutos de la primera parte el Betis campaba a sus anchas por el lateral derecho nuestro; Carvajal se iba casi al centro de penalti y el lateral izquierdo bético se quedaba solo con medio ancho de campo una y otra vez. Solo la llegada del descanso pareció la manera de comunicar y rectificar esta deficiencia.
   Al principio, los repliegues de Carvajal hacia el centro de la defensa eran solventados por la aparición una y otra vez de Lucas Vázquez; pero dio la impresión que este se cansó de hacer esta función de lateral, replegándose a su vez hacia el centro. De este modo, llegamos a ocupar solo la mitad del ancho del terreno de juego. Por esa banda llegaron casi todas las jugadas de peligro.
    Quizá podamos extraer otra pequeña conclusión, o mejor dicho, corroborar algunas ya manifiestas deficiencias del equipo esta temporada: se puso por delante en el marcador temprano y el sesteo derivó en desidia hasta la remontada bética. Solo la llegada del descanso (mérito de Zidane) puso otro aire en el juego al corregirse lo expuesto anteriormente y la actitud. De nuevo, pues, pareció manifestarse esa sensación de que esta competición, este año, no motiva en absoluto al equipo.
    Desde luego, con estos mimbres no pensarán que van  a ganar el partido atrasado contra el Leganés. El equipo madrileño ya nos ha pintado la cara este curso, y volverá a hacerlo si no ponemos más ganas y más orden a la hora de defender.
    Resulta indignante el tratamiento que los medios hacen de la supuesta actitud de "desencanto y desmotivación" que embarga a Bale, por el hecho de que no fuera titular ante el PSG. No sé si se corresponde con lo que piensa o siente el jugador, pero desde luego ha de comprender que su juego no da para ser titular. El domingo jugó, pero su aportación fue irrelevante. Si se debía a un supuesto enfado por lo que hemos dicho, la cuestión es todavía más grave. Este jugador y otros muchos debieran mirarse en el espejo de Nacho; siempre disponible al máximo nivel y, al paso que va, terminará jugando más que ninguno en el equipo.
    Quizá la mejor noticia de este encuentro es la constatación de que Asensio ha vuelto por sus fueros. De nuevo está con muchas ganas, participativo y con la chispa que nos mostró a comienzos de la temporada. Aquí tiene Bale otro espejo en el que mirarse. Esperemos que siga sus pasos y no haga caso de los cantos de sirena que alguna parte de la prensa le hace llegar en forma de quejas porque el entrenador no le da continuidad. La continuidad debe ganársela con su juego. Lo demás es una injusticia para todos los demás jugadores; sobre todo porque el nivel del banquillo de este equipo está muy alto y  todos no pueden jugar. Además, hay tiempo para todos: miércoles y sábado dos nuevos partidos importantes para dejar la clasificación para la Liga de Campeones del próximo año encarrilada. Veremos.

jueves, 15 de febrero de 2018

Transformer. R. Madrid 3 - PSG 1

   Salió el Madrid con una presión y agitación colectiva inusitada esta temporada. Es verdad que duró poquito. Quizá no llegó a los cinco minutos, pero quiso meter el miedo en el cuerpo al rival con la esperanza de tener un partido tranquilo en la zaga. Sin embargo, esta situación duró lo que tardó Neymar en poner de manifiesto que el equipo iba a tener un problema en la banda izquierda durante todo el partido.
   Es sorprendente cómo los equipos se arrugan colectivamente ante una jugada de peligro evidente llevada a cabo por el contrario. Y esta es una regla que se cumple inexorablemente con independencia de los contendientes, se volvió a repetir en varias ocasiones a lo largo del encuentro en uno y otro bando.
    Así, una vez hecha la demostración de fuerza de ambas escuadras, el partido se calmó en la agitación colectiva, y se permitió que cada uno llevara a cabo su sistema de juego previsto. El PSG con una defensa muy adelantada en ocasiones, conseguía asfixiar la salida del balón de los blancos, pero a la vez la presión de estos y los errores en la entrega de los parisinos ocasionaron problemas graves en la portería gala. 
     El Madrid siguió con sus terribles problemas defensivos que viene arrastrando toda la temporada, y las subidas de Marcelo eran cubiertas por los centrales con cierta solvencia. No así las cabalgadas de Neymar por la banda izquierda, donde se acumulaba el trabajo por las frecuentas subidas del lateral izquierdo del PSG. La ayuda de Modric o de Isco no eran suficientes para tapar esta vía de agua, que sin embargo no cuajó en ningún gol. Este vino por la banda derecha, en un centro de Mbapé que fue a tapar Ramos, y que dejó la defensa en manos de Modric e Isco. Ambos en actitud contemplativa ante la llegada de Rabiot. 
    Con un gol en contra todo apuntaba a una catástrofe, sobre todo porque el mando del partido pareció en manos del PSG durante varias fases del partido. Pero en los minutos finales de la primera parte el Madrid logró empatar y todo tomó otro cariz. 
     La segunda parte puso el cansancio sobre el tapete; en primer lugar del R. Madrid que se vio desbordado en no pocas ocasiones, y posteriormente, con la entrada de Bale, Asensio y Lucas, hizo mella en el PSG. La fortuna acompañó esta vez al equipo blanco que anotó otros dos goles.
     Hemos de poner de manifiesto que ayer Zidane estuvo acertadísimo en lo que planteó y en los cambios que introdujo, aunque quizá un poco tardíos los de Asensio y Lucas. Acertó al alinear a Isco, ya que ayer se precisó de mucho control del balón en numerosas ocasiones. Acertó al cambiar a Bale por Benzema (no está), acertó al cambiar a Casemiro porque está superlento. 
     Ayer, Zidane estuvo bien, pero la clave del partido no estuvo solo en sus decisiones, sino en la transformación que experimentaron todos los jugadores subiendo un punto su motivación y modificando su actitud. El paradigma de todo esto lo representó perfectamente Marcelo, el jugador más vilipendiado hace solo un par de semanas, que ayer se convirtió como en tantas ocasiones en el mejor delantero del equipo. 
     Los jugadores tiraron la Liga, el entrenador la Copa; uno y otros parecen haberse confabulado para sacar la Liga de Campeones adelante. No obstante es necesario tener los pies en el suelo. El resultado es algo engañoso, dadas las numerosas fases del partido en que los franceses dominaron y crearon ocasiones. París será un infierno que habrá que calmar a base de algo más que una confabulación: hay que solucionar los problemas defensivos
       Hay tiempo, faltan veinte días para el choque que pueden venir muy bien para poner en forma a más de uno que ahora no está: Benzema, Bale, Casemiro... En cualquier caso, la transformación experimentada por el equipo en esta competición será motivo de análisis en una próxima entrega. Veremos.
      

miércoles, 7 de febrero de 2018

Meter el pie. Levante 2 - R. Madrid 2

    Todo parecía funcionar de nuevo en la primera parte del encuentro. El Madrid tenía el balón de forma abrumadora y logró ponerse temprano por delante en el marcador. Benzema un poco más trabajador que de costumbre, un inconmensurable Modric y la cesión de la pelota y el campo a cargo del Levante, hacía presagiar incluso una goleada. 
    Sin embargo ahí apareció el otro gran problema que lastra al equipo esta temporada: los errores defensivos. Cinco minutos de locura transitoria de Carvajal y la falta de colocación y tensión defensiva del equipo dieron al traste con todo. Porque a partir del primer gol del Levante, el equipo valenciano se transformó, creyó y su fe le llevó al resultado final, que bien pudo haber sido una victoria de no mediar la suerte y el portero que salvó un gol con la cara.
     Y esta fue la película del partido. A partir de ahí, podemos perdernos en polémicas artificiales de origen periodístico:  que si Cristiano mandó al cámara grabar el partido y no su reacción, que si Ramos dijo esto o lo otro, que si el entrenador no se saludó con éste o aquél, que si dejaron de entrenar por el temporal de nieve...
     Lo esencial es que el equipo no resuelve ni cierra los partidos esta temporada, ni siquiera en un día con todo de cara. En los cursos pasados, cuando Modric estaba en forma (como bien demostró el sábado), el equipo doblegaba con facilidad a sus rivales, sin embargo, esta temporada no ocurre así. 
    Y es que la fragilidad defensiva es un problema de primera magnitud. No solo en este equipo, sino en cualquiera. De hecho los entrenadores, salvo excepciones, comienzan a hacer sólidos sus equipos a partir del sistema defensivo. Y la cuestión no se resuelve solo "metiendo el pie" como reclamaba Ramos en mitad de la contienda. Hace falta además que no se dé lugar a que Casemiro tenga que jugarse la permanencia en el campo en cada contragolpe o jugada de ataque del contrario. Hace falta que todo el equipo colabore defensivamente, corra mucho más de lo que lo hace, con y sin balón.  Hace falta una táctica defensiva de equipo, Hace falta que se tenga un sistema defensivo que no haga aguas porque algunos componentes esenciales abdiquen de su función.
    Lo peor de este análisis es que nos lleva otra vez a un punto sin salida. Cambiar de entrenador no se va a hacer porque el crédito de Zidane es casi infinito. El entrenador no parece tener un plan táctico para solucionar los problemas que acabamos de apuntar. 
    Meter el pie está bien como necesidad puntual en un equipo falto de otros recursos; pero no puede ser la solución a un problema  de un equipo que lleva toda la temporada encajando goles con demasiada facilidad: a veces los rivales no necesitan nada más que una ocasión para materializar sus oportunidades.
    Solo nos queda la esperanza de que en estos diez días que nos quedan para enfrentarnos al PSG además de Modric, se pongan todos un poco más a tono y no den opción a los rivales a creer que se puede ganar a este equipo en cualquier momento, solo  con achucharles. Veremos.