domingo, 30 de abril de 2017

De excitante a irritante. R. Madrid 2 - Valencia 1

   Excitante, este es el adjetivo empleado por Zidane para definir lo ocurrido ayer con los minutos finales, que con frecuencia se han repetido esta temporada. Según el periodista que formulaba la pregunta, hasta en seis ocasiones ha remontado el Madrid en los minutos finales.
    De nuevo jugó el equipo con fuego hasta alcanzar esos minutos con el marcador abierto: un exiguo gol de ventaja. Todos nos temíamos lo peor: un gol del Valencia sin posibilidad de reacción. Y llegó el gol del Valencia en una jugada cantada e ideal para consumar el presagio, una falta a la medida de un ex; Parejo. Por encima de la barrera y a la escuadra, y Keylor no pudo atajar a pesar de que sabía que iría a ese punto. Inmediatamente tocó a rebato y la falta de espíritu, de ganas, de...¿ excitación? mostrada hasta ese momento, se despertaron hasta alcanzar la remontada.
    Esto de la excitación está bien; pero a muchos nos gustaría que el equipo, entrenador en primer lugar y fundamentalmente,  se agitara mucho antes y así evitarnos a los seguidores una excitación poco saludable. 
     Porque llegamos a los minutos finales en esas condiciones porque el entrenador no reaccionó a tiempo, y además no estuvo demasiado afortunado. Bien está lo que bien acaba, pero no entendimos el cambio de James, el mejor jugador del equipo hasta ese momento. Todos veíamos que el hombre a cambiar era Benzema (de nuevo poco "excitado" a lo largo del encuentro). Todos veíamos que se precisaban incorporaciones de jugadores con capacidad para agitar el juego amuermado del equipo: Kovacic, Lucas Vázquez. Pero el punto de excitación de Zidane está algo retrasado en el tiempo.
     Un partido que pudo haber quedado resuelto mucho antes, si Cristiano no hubiera fallado un penalti allá por el minuto diez de la segunda mitad. Pero rebobinando más hacia atrás, hay que decir que el equipo se vio bastante atascado ante un Valencia ordenado en defensa, que ejerció bien la presión donde quiera que se dispuso a hacerlo y que salió con criterio y rapidez al contragolpe. El Madrid sigue sin saber ejercer presión sobre el rival porque no actúan a la vez. Así es imposible ejercerla. El camino es el de La Coruña. Zidane debe preguntarse el porqué.
      El regreso de los titulares fue el regreso a la inoperancia, la falta de movilidad arriba, el pase lento de un lado a otro y sin profundidad. Ni siquiera la leve mejoría advertida en Modric solucionaron el problema. Volvieron a confirmarse los despistes mayúsculos de Sergio Ramos, o los coqueteos de Casemiro con la expulsión innecesaria. 
    Lo dicho; no podemos negar que es excitante ganar de esta manera los partidos. Incluso hemos concluido que esto es fútbol con letras mayúsculas, pero lo que vale para una ocasión, no es válido cuando se convierte en costumbre. Digamos que... deja de ser excitante y pasa a ser "irritante".
     En dos días nos espera otro partido apasionante. Ya veremos si será excitante.

miércoles, 26 de abril de 2017

Como motos. Deportivo 2 - R. Madrid 6

   Nos perdimos el primero, fue tan rápido... Pero por lo visto después, solo se trataba de una muestra de lo que nos esperaba esta noche.
   Es verdad que faltó en algún  momento solidez defensiva, pero con este ímpetu y ganas de TODOS los jugadores a la vez era muy difícil que peligrara la victoria en el día de hoy.
    Como siempre en las victorias tan abultadas suelen brillar todos los jugadores. Como muestra de ello, hasta el tantas veces denostado Danilo fue un prodigio de anticipación y desborde una y otra vez con una potencia tremenda. 
    Para quienes reclamamos al entrenador que ponga a los jugadores que están verdaderamente en forma y con ganas de tirar del carro, la verdad es que hoy resulta más incomprensible el empecinamiento de Zidane en mantener en la alineación a determinados jugadores que distan mucho del dicho estado mostrado por casi todos los jugadores que hoy han estado en el césped de Riazor. No estamos demandando que quite a todos los que no están en condiciones a la vez, o sí;  sino que al menos pueda haber una rotación de dichos jugadores: Bale, Benzema, Kroos, Modric, Casemiro. Hoy uno o dos, mañana otros tantos...
    Ver hoy las arrancadas en conducción de Kovacic ha sido una delicia. Pocos jugadores pueden dejar tirados a sus contrarios en carrera como lo ha viene haciendo este chico. Es verdad que en el partido contra el Barcelona pecó de indolencia en el último gol, sobre todo porque acababa de entrar y no puede alegar cansancio. Pero hoy ha hecho innumerables salidas que han puesto al equipo en superioridad numérica brutal en varias ocasiones. Que le falta por pulir algunos conceptos está claro, pero para eso hay un cuerpo técnico y unos entrenamientos.
   Tampoco está mal el partido que ha hecho Isco. A veces abusa de la conducción, pero hoy ha dado una demostración de la visión del juego de equipo que tiene, mandando en corto y en largo, a izquierda y derecha, arriba y abajo, amén de las delicadezas que de cuando en cuando nos regala.
   Y para ajustar la presión hacen falta once Lucas Vázquez, Lo que sorprende de él es que lleve así toda la temporada. Lucas es el exponente máximo de la moto en que hoy se ha subido el Real Madrid y de la que esperemos que no se baje. Ya pueden espabilar los mencionados más arriba porque estos vienen pisando fuerte el acelerador y dan la cara cada vez que se les pide. Veremos. 

lunes, 24 de abril de 2017

Zidane cotiza a la baja. R. Madrid 2 - Barcelona 3

   Verdad es que solo se trata de un partido, pero también lo es que llegados hasta aquí con una ventaja como la acumulada por el R. Madrid tenía un carácter decisorio. De haber ganado el partido, el Madrid habría dado la puntilla a un Barça poco reconocible. Lo sucedido dará alas a los culés, y sin competición que les distraiga obligarán al Madrid a no ceder prácticamente nada en lo que queda de competición. No es una tarea imposible, pero sí muy complicada.
   El partido de ayer resultó una gran decepción desde el principio. Ver en la alineación a Bale nos pareció a casi todo el mundo, excepto el entrenador y el jugador, un despropósito. Era una crónica de una recaída anunciada. 
  Con esta premisa, el equipo quedaba bastante condicionado. La capacidad de reacción se encomendaba a un solo jugador, al menos hasta los minutos finales, puesto que no se puede arriesgar haciendo los tres cambios demasiado temprano. 
   En cualquier caso, desde el inicio del partido se vislumbró la fragilidad defensiva de ambas escuadras; de ahí la abultada cantidad de ocasiones que ambos equipos disfrutaron. Algunos sostienen que vimos un gran encuentro debido a esto. Diferimos sustancialmente de esta visión. Creo que los dos equipos tuvieron una actitud y disposición defensiva poco rigurosa, lo que falsea la realidad. El exponente máximo de lo que señalamos se vino a poner de manifiesto cuando el Madrid pretendió ganar el encuentro con diez jugadores, sin guardarse las espaldas. Ahí vino el tercero del Barça que muchos han ensalzado como el de un extraterrestre Messi, cuando entra en la frontal completamente solo para rematar ante la mirada contemplativa del recién salido al terreno Kovacic.
    Pero Zidane cometió algún error más que justifica nuestro titular. Colocó a Casemiro persiguiendo a Messi por todo el campo. Una decisión desacertada a nuestro juicio porque, además de descolocar a Casemiro, y por tanto al equipo, también involucró al brasileño en una pelea desigual: en pocos minutos se colgó el cartel de situación delicada. Después Zidane siguió jugando con fuego al insistir en este marcaje. Por si fuera poco, se mostró inoperante porque no evitó el primer gol que llega debido a un repliegue excesivo de la defensa y el centro del campo que permitió al argentino pasearse por el área en su jugada más apreciada.
   Ya hemos comentado el otro gran error, lanzar al equipo a la desesperada con diez jugadores a por la victoria. Siendo verdad que los azulgrana estaban muy tocados físicamente, también es imprudente mandar un ataque con tantos riesgos ante un robo, como así pasó; por más que Marcelo debió parar ese contragolpe fácilmente en el inicio de la jugada.
   Así las cosas, Zidane suspendió ayer en tres aspectos esenciales para un entrenador. En primer lugar, no gestionó bien la plantilla al alinear a Bale; en segundo lugar, modificó la disposición de su jugador más insustituible hoy por hoy arriesgando una expulsión prematura que por fortuna no se produjo; por último, gestionó tácticamente mal los minutos finales del partido. 
    Todo ello, sin comentar las diferencias entre Bale y Asensio a día de hoy, o lo que significa que el jugador que nos salvó en Gijón hace solo unos días, echándose el equipo a la espalda, ni siquiera pisara el terreno de juego. 
    La única ventaja es que aquí no hay tiempo para devanarse mucho los sesos, ni regodearse con la derrota o la victoria. La Liga vuelve y revuelve y la Champions bota y rebota.  Esto es fútbol. Zidane está a tiempo aún de subir su cotización. Veremos.
   

jueves, 13 de abril de 2017

Asensio se doctora. Bayern 1 - R. Madrid 2

  Quizá sea por la desconfianza que el equipo venía transmitiendo en las últimas semanas, unido a la escasez de centrales, y a la fortaleza con que a priori se presentaba este Bayern, o también a nuestro natural pesimismo. Lo cierto es que todas las amistades me transmitían un temor a la debacle al estilo azulgrana, incluso después de iniciado el encuentro y una vez visto que el Bayern no estaba enplan arrollador.
   Pudo haber sido muy diferente, de haber materializado Vidal el injusto penalti que le señalaron a Carvajal. O no, porque este equipo suele crecerse en la adversidad. Como quiera que sea el fallo y la fulgurante reanudación de la mano de los dos mejores jugadores del encuentro: Carvajal y Cristiano; dieron otro cariz al encuentro.
   La defensa del Bayern puso de manifiesto sus carencias, y el Madrid se asentó mejor en el terreno de juego, en espera de la sustitución de Bale por Asensio que vino a ajustar todo el juego defensivo, y, sobre todo atacante, del equipo blanco. Si bien es verdad que la expulsión de Javi Martínez facilitó las cosas sobremanera, también es verdad que el estado de forma de Asensio y de Cristiano (tenemos que volver a autocitarnos, porque lo anticipamos aquí en las dos entradas anteriores) estaba abocado al entendimiento. Fruto del cual llegó el segundo tanto.
   No queremos pasar sin comentar este tanto de Cristiano. No porque sea el número cien de la Champions, sino por la forma en que lo ejecutó el luso. Hemos reiterado en numerosas ocasiones la necesidad de que Cristiano se convirtiera en el verdadero delantero centro del equipo, y este gol muestra las dotes que tiene para ello. Ayer dio muestras de que esa posición es lo que más conviene a él y al equipo. Ayer no solo marcó este gol de auténtico rematador, también el primero tuvo el sello de un delantero centro; y otro disparo en la primera parte ajustado al palo que llevaba marchamo de gol, sirve de ejemplo por la velocidad con que cargó y ejecutó la acción. Solo evitó la entrada en la red, la estirada del descomunal portero alemán.
   Seguimos pensando que se juega con fuego constantemente con un jugador como Marcelo. Ayer tuvieron que auxiliarle sucesivamente Kroos, Casemiro y Ramos. Demasiado esfuerzo por más que por allí entraba el jugador más peligroso del equipo alemán.
   Definitivamente Benzema está recuperado para la causa, pero Bale es incomprensible que esté un minuto en el terreno de juego, teniendo a varios jugadores (Isco, Lucas Vázquez, kovacic, Morata) más en forma y más versátiles que él. Esperemos que este empecinamiento no le cueste al equipo un disgusto.
   Una mala noticia: la actitud de James al salir al terreno de juego fue bastante penosa; esperemos que no sea síntoma de rebeldía definitiva.
   Un par de entradas atrás dijimos que “Asensio presentaba sus credenciales”. Hoy nos volvemos a reiterar en la necesidad de que el entrenador le busque un hueco en el equipo titular. Con lo que tiene el equipo, deben jugar los jugadores más en forma si no se quiere tirar piedras contra el tejado propio.
  Oportunidades hay de enmendar sin que nadie se enfade demasiado: el sábado está encima, y luego el miércoles, y luego el domingo, y luego… Veremos.

domingo, 9 de abril de 2017

La flor vino de Barcelona. R. Madrid 1 - Atlético 1

    Un partido soso y aburrido, pero con muchas conclusiones que extraer. 
   Con un Madrid dominador durante casi todo el tiempo hasta la consecución del gol, transcurrió un encuentro en el que los de Simeone nos dieron la peor versión en mucho tiempo que le hayamos visto. El repliegue de los colchoneros permitió mantener alejado el juego del área de los blancos, cuestión crucial a nuestro entender; ya que sabido es las dificultades que atraviesa la zaga merengue. 
    Aunque hubo alguna oportunidad clara por ambas partes, el equilibrio en el marcador invalida cualquier análisis que pretenda hacer vaticinios sobre lo que hubiera pasado, puesto que nunca sabes qué habría hecho el equipo rival y el propio de haberse materializado alguna de esas oportunidades.
    Sí sabemos que los cambios esta vez no le funcionaron a Zidane, que a punto estuvo de conducirnos a la derrota final en un partido que se había puesto de cara por méritos propios; pero como en varias ocasiones esta temporada, no se supo sostener.
    Desde nuestro punto de vista, dos claves estuvieron en el origen de este partido soso y de la pérdida de dos puntos. Por un lado, la apuesta de Simeone por el empate; por otro, la alineación de la BBC y la falta de reacción de Zidane. 
   Sobre el primer punto basta ver cómo celebraba el empate el entrenador argentino (cada vez más esperpéntico) al final del encuentro; por más que luego justificara en rueda de prensa sus cambios defensivos como una apuesta por llevarse el partido. Todo el mundo sabe cómo sufre el Madrid cuando le presionan arriba y la falta de seguridad de la zaga blanca; sin embargo, los rojiblancos se limitaron  a esperar y salir al contragolpe.
   Sobre el segundo ya dijimos en la entrada anterior que la confianza depositada por el entrenador  precisa de una respuesta urgente de los jugadores que no están a la altura, pero esta no llegó. Y Zidane, tan acertado otras veces con los cambios, ayer no lo estuvo. Quizá fuera la cuestión diplomática la que le tiene atrapado, quizá la falta de ajustes en los cambios. Lo cierto es que la entrada de Isco y la salida de Kroos (coincido en que el alemán no estuvo bien) dejó un boquete en el centro del campo que se evidenció clamorosamente en el gol del empate. 
   Ayer creímos ver un par de detalles que ojalá solo sean fruto de nuestra torcida visión de las cosas. Pero en más de una ocasión las cesiones al portero no quisieron hacerse por parte de distintos jugadores; y la cobertura a la banda de Marcelo pareció una obsesión de Ramos y Casemiro. Estos dos elementos son signos de dos debilidades que pudieron ser cruciales. La primera, para el devenir del resto de la temporada, por la desconfianza en la portería de los defensas propios; la segunda, porque en el gol de Griezman tanto Ramos como Casemiro han acudido a intentar minimizar riesgos en esa banda, dejando desatendido el centro del campo. Con Kroos en el campo, él ocupaba esa posición, sin demasiado acierto, esa es la verdad; pero la incognita es saber qué instrucciones tenía Isco cuando salió al terreno de juego: ¿quedarse con el espacio del alemán o con el de Modric?, ¿atacar o defender? El sustituido debió haber sido Bale.
   El partido deja dos malísimas noticias. Una, la lesión de Pepe; porque nos deja casi sin centrales para lo que resta de temporada. Dos, porque el jugador que se salió hace tres días vio el partido en la grada y mientras tanto Bale sigue sumido en la intrascendencia más absoluta pero titularísimo. 
   Solo podemos anotar un dato positivo, la recuperación definitiva de la letra C. Ayer se le vio muy activo y en una buena forma física; solo la mala fortuna le privó de conseguir algún gol.
 En cualquier caso, mal partido. Ayer la catástrofe pudo consumarse de no haber mediado el Barça. Los que tantos se quejaban de la flor de Zidane han venido a ser su mejor proveedor. 
   Ahora espera el Bayern que ayer goleó a su mayor rival. A ver qué nos depara este duelo de diplomáticos en los respectivos banquillos. Veremos.

sábado, 8 de abril de 2017

Asensio presenta sus credenciales. Leganés 2 - R. Madrid 4

   Pese a la facilidad con que el Madrid se puso por delante en el marcador endosando un tres cero en poco más de diez minutos; el caso es que también fue fulgurante la caída en picado encajando dos goles en muy poco tiempo. 
  No sabemos si esta inestabilidad en el equilibrio del equipo es achacable al sistema que puso Zidane, a los jugadores presentes en el terreno de juego, o es una manifestación más de las señas de identidad de este equipo. Pues con frecuencia cede goles que tienen como causa despistes defensivos increíbles en un equipo que esté bien trabajado.
  Como quiera que sea, estos jugadores y este esquema permitieron un nuevo despegue que tranquilizó  los ánimos. Zidane puede alegar que la alineación de numerosos suplentes fue capaz de imponerse con relativa facilidad a un equipo que está coqueteando con el descenso. Así que tiene coartada para seguir alineando a la BBC y el esquema de juego a que la misma obliga. Al menos él lo entiende así, de modo que parece que seguirá insistiendo en sus titulares para cada partido. 
Podemos abrir innumerables debates (James, Isco, Kroos, Bale...) podemos opinar que el equipo está más equilibrado con cuatro centrocampistas, podemos decir que varios jugadores de los que entraron el pasado miércoles merecen más minutos; pero nada de eso parece importar al entrenador. Sólo esperamos que esos jugadores por los que Zidane ha decidido "morir", respondan a la confianza depositada en ellos. 
   En nuestra opinión, es necesario ponderar bien el partido que nos brindó Asensio. La fuerza y seguridad con que conduce y pasa la pelota no es frecuente verlas. Su trabajo en el centro del campo fue extraordinario, y lejos del Asensio intermitente de principio de temporada, el miércoles no paró de querer la pelota y de manejarla siempre con criterio. 
   Por eso habría que probarlo en partidos vitales como el de esta tarde. Aunque nos tememos que eso no va a pasar.
  Hoy es una de las citas más importante de lo que queda de campeonato liguero, por cuanto un tropiezo podría colocar al Barcelona por delante; y a la espera del partido que enfrentaría a ambos en el Bernabéu. Demasiado en juego para un partido que de por sí despierta tantas pasiones.
   Queda poco. Veremos.