miércoles, 27 de abril de 2016

Los dos querían tablas. Manchester City 0 - R. Madrid 0

   Tostón absoluto de partido, especialmente en lo que se  refiere a la primera mitad, en la que no recordamos que se produjera un solo disparo a puerta, intervención o apuro de los guardametas.
    Y es que se jugó andando durante los primeros 45 minutos. El balón circulaba con una lentitud y premiosidad que hacía previsible toda acción de la delantera contraria. Benzema parecía tener una razón, pero si esta era tan importante, ¿porqué saltó al terreno de juego? Si fue para meter miedo, creo que lo consiguió, ya que el Manchester no estaba por la labor de dejar al delantero, ante la falta de Cristiano. Teniendo un delantero tocado, y para jugar como jugó el Madrid, no se entiende que Zidane arriesgara al otro.
   Da la impresión de que Zidane tenía un guion escrito, del que no supo, no quiso, o le dio miedo salir. Solo así se entiende que no hiciera cambios: no los hizo de sistema o forma de juego, no lo hizo a través de la sustitución de algún jugador. Diríamos que fue el miedo el causante de esta actitud. Miedo a que le ocurriera otro fiasco como el de Wolfsburgo, miedo a tener que afrontar una nueva remontada, miedo a quedar apeado del único título cuya consecución puede mantenerle en el banquillo merengue.
   Después de ver el desarrollo del partido nos preguntamos si no se han desperdiciado 90 minutos para poner tierra de por medio. Pues en la segunda parte se evidenció que el conjunto blanco podía crear peligro con cierta facilidad, incluso pudo haberse adelantado en el marcador. No se aprovechó la buena forma que atraviesan jugadores como Bale o Lucas Vázquez. Tampoco entendemos el juego contenido de ataque desarrolló Marcelo, que además no le impidió dejar su banda completamente desguarnecida cuando se le presentó la ocasión. Es decir, Marcelo ni atacó con el descaro que le caracteriza, ni defendió como lateral; está tan tranquilo con las coberturas de sus compañeros que regresaba de sus escarceos sin prisa alguna. 
   Tampoco buscó Zidane darle una vuelta de tuerca al encuentro, en vista del poco empeño que parecía tener el Manchester en arriesgar. Creo que proponer un poco más con la entrada de Isco (bien merecida por su gran partido en Vallecas) habría sido más adecuado. 
   Dos buenísimas noticias por tanto estos días; la recuperación de la mejor versión de Bale y los indicios de que Isco también quiere sumarse a este empuje de final de curso. 
   Este resultado es siempre peligroso, ya que un gol del contrario en tu campo obliga a realizar un encuentro con los nervios de por medio; si bien es verdad que el Bernabéu parece un buen lugar para deshacer las tablas firmadas desde el inicio por ambos equipos ayer. Veremos.
   

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