Sin demasiado brillo, pero logró ponerse por delante en el marcador relativamente temprano. Ponerse por delante hacia el minuto viente es una ventaja que el equipo o su entrenador no supo aprovechar.
Nunca se puede saber cómo habría resultado si en lugar de dejar transcurrir el tiempo con relativa calma, el equipo se hubiera decidido por ir a por el segundo gol. Pero la verdad es que esta estrategia nos llevó a un final de partido con demasiada incertidumbre.
Cierto que el Madrid controló en todo momento el encuentro. No recordamos un encuentro más lucido en esta temporada por parte de la defensa del equipo. Se manejó bien el centro de campo sin Casemiro, y arriba los tres estuvieron bien, especialmente Bale.
Pero hay que anotar que todo ello tiene un factor importante a tener en cuenta. La falta de energía y competitividad del equipo inglés creemos que provocó todo el panorama descrito. Hoy el fútbol es muy distinto sin poner actitud física durante todo el encuentro. El Manchester jugó andando, y por eso era un equipo previsible y fácil de sujetar en las pocas ocasiones que podían llegar a las inmediaciones del área.
Zidane optó por no precipitarse y no lanzarse a por una mayor amplitud en el marcador. Y aunque es verdad que hubo ocasiones para haber aumentado la ventaja, ésta no se buscó con suficiente ahínco. Confió en que lo esencial era mantener la portería a cero, antes que correr el riesgo de que algún contragolpe lo llevara a tener que hacer un mayor e incierto esfuerzo.
Le salió bien, en la medida que consiguió su propósito; pero de haber materializado Agüero la ocasión que creó a falta de unos minutos para el final, lo más probable es que a estas horas Milán sería cosa de otros.
Creemos que cuando en el minuto veinte estás por delante, juegas en casa, y el equipo contrario no ha mostrado un espíritu luchador excesivo, todo indica que es el momento de presionar para ir a por la ampliación en el marcador que te permita no pasar apuros. Si en esas se produjera el empate tienes mucho tiempo para intentar solucionarlo.
En fin, todas estas especulaciones no tendrían mucho sentido a estas alturas si no fuera porque puedan indicar el carácter y la estrategia de Zidane como entrenador. Desde luego, esperamos que lo de ceder terreno al contrario y ponerse a defender, como en algunos momentos del encuentro se le ocurrió hacer, no sea un anticipo de lo que pudiera ocurrir ante el Atlético. Defender no es algo que este equipo sepa hacer en condiciones.
En cualquier caso, para sorpresa de propios y extraños, ahí está este equipo plantado en la final de la Liga de Campeones y a solo un punto de la cabeza en la Liga. Falta rematar la faena, pero para poder hacerlo, lo primero es estar ahí. Veremos.
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