Empezar con un gol a los escasos dos minutos de juego puede inducir a error. Ir ganando por tres a uno al término de la primera mitad, también podría hacer persistir en el error. Terminar el partido ganando por cuatro a dos y pensar que debió ser fácil, es un error.
Y es que el partido no fue nada fácil. Incluso diríamos que fue complicado, y que solo la fortuna en los momentos clave hicieron encarrilar el partido proporcionando una tranquilidad en el resultado que no hubo en el juego.
Así que más vale tomar nota y analizar bien las razones por las que con todo de cara, el equipo sufrió tanto en defensa. sólo la falta de puntería o la mala fortuna inclinó la balanza del lado blanco.
De nuevo fue la defensa la que no estuvo a la altura. Es verdad que el sistema defensivo se construye desde arriba, y que ahí seguimos teniendo problemas; pero también lo es que la zaga no anda bien. Hasta ahora nos habíamos centrado en la insolvencia de los dos laterales, ayer además la ausencia de Marcelo trajo una colocación contranatura de Carvajal que no facilitaba las cosas, Pero ayer los dos centrales evidenciaron su inseguridad. Varane cometió un error grave, pero basado en una cuestión técnica en un central, cual es la contundencia (recurrente y trasversal en el tiempo, e independiente de los entrenadores), y estuvo inseguro toda la tarde. Ramos estuvo muy despistado en los balones aéreos, fruto de ello llegó el segundo gol de los vascos. Pero además les costó mucho sujetar a Aduriz, haciendo emplearse a fondo a Keylor.
El problema de los centrales no fue lo único, aunque sí puede ser lo más preocupante. El Athétic tuvo numerosas ocasiones. Llegaban con mucha facilidad y esto siempre se fragua en posiciones más avanzadas. ¿Qué fallaba entonces además? El equipo no presiona desde arriba y se ve obligado a recuperar en posiciones de repliegue, al tiempo que no siempre interpreta la partitura de toque y toque rápido que nos ha ofrecido en algunos partidos. Eso facilita la presión del contrario en la salida del balón y el ataque se hace más previsible. Además hay que anotar la ausencia de Modric en gran parte del partido, debido a la presión que Valverde (conocedor de que se trata del jugador más influyente en el juego) puso sobre él.
Así que, un lateral desubicado que ni defendió bien, ni hizo una sola penetración por su banda en todo el encuentro (en el banquillo estaba Nacho); dos centrales poco concentrados, la falta de presión coordinada desde el inicio de la pérdida, unido a un exceso de lentitud en la circulación del balón, fueron las claves de este partido. Algo parecido vino a ocurrir en Granada. Allí, solo una genialidad de Modric impidió la debacle liguera.
Las declaraciones de Zidane ayer al tachar de errores inevitables lo ocurrido con los goles creo que tranquiliza muy poco. Esperemos que solo fuera una postura ante la prensa y que tome nota de todos los "errores" que hemos señalado.
Pronto llegan los platos fuertes, los supuestos entrantes casi se indigestan. Veremos.
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