lunes, 16 de febrero de 2015

Sin espíritu. Real Madrid 2 - Deportivo 0

  El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española dice sobre la entrada de la palabra ESPÍRITU en su acepción número seis: “ánimo, valor, aliento, brío, esfuerzo”.
  Pues no hay mucha más historia en el partido disputado ayer en el Bernabéu. Es verdad que puede que el haberlo presenciado en el campo me haya influido para hacer este juicio sobre lo que ayer sucedió, sobre todo porque estoy acostumbrado a ver los partidos por la televisión; pero la sensación que extraje del encuentro es que vi un equipo sin ánimo, sin aliento, sin brío, sin esfuerzo. Apenas se movían, apenas se tiraban desmarques, apenas se presionaba al rival cuando éste tenía la pelota...
  No pueden quejarse los jugadores, pues en contra de lo que algunos medios dicen que sucedió, no hubo pitada generalizada al equipo, y salvo que un sector mínimo, aunque ruidoso, la tomó con Casillas cada vez que tocaba la pelota, allí no hubo más. Bueno, sí, los aplausos fueron mucho más numerosos.  Pero a pesar de eso el equipo salió al campo sin espíritu. De nuevo unos minutos iniciales en los que el contrario mete el miedo en el cuerpo, se echan atrás y cunde el desconcierto general. Luego, muy poco que llevarse a la boca, salvo acciones puntuales de mucha calidad pero muy inconexas, sin continuidad, sin ritmo.
  El estado de forma (quizá no física pero sí mental) de algunos jugadores es posible que esté en el fondo de lo mal que está el equipo. A destacar Cristiano porque se nota mucho su “ausencia” y el caso de Illarramendi que encarna lo que estamos insistiendo en esta entrada acerca del espíritu. Llegando tarde a todas las pelotas que disputaba, y sin profundidad alguna en su juego.
  Vi mejor que de costumbre a Bale, porque no solo se movió y percutió más de lo habitual sino porque en algunas ocasiones defendió las entradas del Deportivo por su banda.
  Caso aparte es el de Isco  que sigue siendo el jugador más influyente del equipo hoy por hoy. Grandísimo e importante su gol. Dice él que el partido contra el Atlético ha sido una “cura de humildad”. Es una buena reflexión que de ser cierta alguien (véase psicólogo) les tenía que haber puesto sobre aviso. Pero la verdad es que a uno le cuesta creer que gente de la edad de Isco pueda sustraerse a las alabanzas constantes y tengan la sapiencia necesarias para conocer o intuir que tal como te advierten los bancos: “rentabilidades pasadas no garantizas rentabilidades futuras”. Así  que ganar en medio de las tres competiciones un trofeo que no sirve para nada si no ganas ninguno de los tres que disputas en la temporada, puede hacer confundir a más de uno; tanto por la importancia del mismo, como porque no garantiza nada en dichas competiciones.
  Así, este equipo ha vuelto otro tras la disputa del Mundialito y el jaleo montado por la prensa acerca de que  era un equipo que hacía historia por la cantidad de victorias consecutivas. Todos estos cuentos y zarandajas de records individuales (véase bolón de oro) y colectivos que no tienen ninguna utilidad pueden despistar a más de uno, cuando no a todo un equipo, si no hay alguien que les saque del tremendo error que supone.

  Más adelante, en una de las locuciones adverbiales, dice el diccionario “cobrar ánimo y vigor para ejecutar algo”. Buena falta le hace a este equipo “levantar el espíritu”, que es la locución aludida, porque de lo contrario el batacazo será de campeonato.

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