domingo, 8 de febrero de 2015

Para no olvidar. Atlético 4 – Real Madrid 0

  Un poco más centrado en los minutos iniciales que en los últimos partidos, pero parece que eso era demasiado esfuerzo para este equipo que es bastante reacio a ser generoso en el esfuerzo. Así que en veinte minutos el Atlético tenía el partido de cara, y sin ejercicio de violencia por ningún lado.
  Esta es la parte que más duele de la derrota, puesto que ha sido el argumento recurrente de todos los madridistas, entre los que me incluyo, para justificar las sucesivas derrotas contra el equipo colchonero. Ellos jugaban al límite amparados en la impunidad que determinados árbitros le concedían.
  Ayer esto no pasó, y la superación fue total. El equipo de Simeone se dejó el alma en cada balón disputado, presionó con varios efectivos en cada balón que llegaba a los de arriba, y aprovechó las numerosas oportunidades que el Madrid le proporcionó. Porque este atlético presiona y plantea los partidos en el terreno físico, pero ha ganado en capacidad de ataque con el correr del tiempo y la temporada. La llegada de Griezmann  le da unas opciones que antes no tenía.
  Frente a un equipo que atosiga hasta la extenuación, se presentó un equipo, ciertamente diezmado, pero que se vio deslavazado, sin cohesión. La diferencia de velocidad de uno y otro dejaba bien a las claras lo que todos nos temíamos que pasaría. Eran jugadores “diésel” como Khedira contra jugadores “turbo” como Saúl. Era un equipo que se apoya, da opciones y se desmarca, contra un equipo sin alma, con mucha calidad individual, pero con varios puntos menos de velocidad en su juego.
   En este partido el gran damnificado es el entrenador, ya que es responsabilidad suya el sistema de juego y los jugadores que salen al campo para ejecutarlo. Es responsabilidad suya que juegue con tres delanteros estrella pero que no trabajan para el equipo, y es responsabilidad suya que lleve seis enfrentamientos consecutivos y no encuentre una fórmula para ganar a este equipo; antes al contrario, cada vez va a peor. Por cierto, también los Ronaldo, Bale y compañía salieron algo tocados y con la cara pintada anoche.

   Por eso, este es un partido para no olvidar por parte del Madrid, al margen de las guasas que durante mucho tiempo se arrastrarán. Haría bien en este sentido el entrenador en preparar a su equipo para ganar  en la próxima ocasión que se les presente. Aún queda la Liga de Campeones, y no estaría mal volver a la senda de la victoria en un hipotético enfrentamiento; cosa no tan difícil por otro lado. 

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