domingo, 1 de febrero de 2015

Es el equipo, Bale. R. Madrid 4 - R.Sociedad 1

   De nuevo arrancó el equipo con la “caraja” a que nos tiene acostumbrado en los últimos partidos. En esto también vamos camino de batir un record, si no lo hemos hecho ya. Y parece que nadie hace nada, de manera que comienza a aceptarse como un fenómeno meteorológico.
Suerte que se tardó muy poco en igualar la contienda, favorecidos por las lesiones de la casi única artillería de que disponía el equipo de San Sebastián.
   Con el mejicano y Canales fuera de combate, el Madrid pasó al control total del encuentro y vino a recordar por momentos al equipo de comienzos de temporada. No es casual que esta recuperación coincida con la baja de Cristiano. No porque el portugués esté de más, sino porque de nuevo, como ya sucediera con la ausencia de Bale al comienzo de temporada, permite la alineación de un centrocampista más y logra un equilibrio que con los tres puntas natos no acaba de tener; dado que el galés no está por hacer labores defensivas.
   Ayer vimos a un James que defendía cuando había que defender y aparecía por cualquier parte de la delantera, incluso en la posición de delantero centro, como ocurrió en el primer gol que firmó él mismo, o en la pelota que le arrebató Bale cuando el colombiano se disponía a disparar.
Con ello entramos en el terreno del análisis del comportamiento individual. De nuevo hemos de señalar a Isco como el jugador desequilibrante del que hemos carecido durante tanto tiempo. Aunque para mi gusto pegado a la banda como jugó ayer no demuestra todas sus potencialidades, he de reconocer que hizo un partidazo en esa posición, dando de nuevo un recital de recursos efectivos y efectistas. Pletórico Benzema, estando en todas las jugadas de ataque y materializando dos goles, el segundo para quitarse el sombrero. Muy bien James, quizá la posición en que jugó ayer es la que le permite desarrollar su mejor fútbol; marcó y dio pases magníficos y certeros. La otra cara de la moneda volvió a ofrecerla Bale. Estuvo errático en su juego, falló una ocasión en mano a mano con el portero, y tiró de su egoísmo de nuevo en la pelota que quitó a James. También dio una asistencia magnífica en el primer gol de Benzema, todo hay que decirlo; quizá le llamaron la atención en el descanso.
   El equipo recupera sensaciones perdidas que esperamos se confirmen en la decisiva semana que se avecina. Para ello habría que recordar las palabras dirigidas a George Bush con que Bill Clinton llegó a la Casa Blanca; “Es la economía, idiota”.
   Pues eso: “es el equipo, Bale”.

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