Empezar un partido con un gol en contra no suele ser fácil para ningún equipo; sobre todo cuando esta circunstancia da alas al equipo que se pone en ventaja. Esto fue lo que ocurrió ayer en el partido contra el Córdoba.
Pero un equipo que aspira a ganar la Liga y que no puede alegar distracción por competir en la Copa, resulta increíble que no encuentre la motivación necesaria para poner toda la carne el asador en cualquier encuentro. Estas son las circunstancias que vive el equipo en la actualidad. Sigo pensando que el problema no es físico.
La ausencia de Isco obligó a Ancelotti a alinear de inicio a Khedira; el resto de la alineación, salvo la sustitución de Pepe por Varane, fue la que habitualmente venía poniendo. Pero mientras el francés cumplió a la perfección su cometido, el alemán dejó bastante que desear, al menos en cuanto a la generación de juego. Aunque esta no fuera la intención del entrenador, lo cierto es que tampoco tuvo influencia sobre Kroos o James que no tomaron la manija del equipo.
Así las cosas, se vino a demostrar lo que ya veníamos diciendo desde hace tiempo; y es que en ausencia de Modric, el equipo estaba siendo sostenido por Isco, único jugador capaz de aguantar la pelota y de generar algún problema en los sistemas defensivos contrarios.
Ya suponíamos que la ausencia de Isco era imposible de suplir puesto que no hay ningún jugador con sus características en la plantilla, pero el entrenador debería tener una alternativa que hiciera funcionar al equipo. La que puso ayer en juego no funcionó de inicio, pero tampoco en los cambios que efectuó posteriormente: la entrada de Illarra pareció darle algo más de claridad en la salida del balón, pero la inmediata retirada de James, que era el único jugador que parecía algo más enchufado, después de una nefasta primera parte, acabó con las posibilidades de generar algo de juego.
Como suele ocurrir, no hay mal que por bien no venga, y la expulsión de Ronaldo dio la oportunidad a Bale de deambular por el centro de ataque. Esto le permitió realizar la jugada que a la postre terminaría por inclinar la balanza.
Un equipo sin sus dos centrocampistas creadores, y con sus dos máximas estrellas completamente apagadas pero que han de estar en el terreno sí o sí no es fácil que consiga objetivos importantes. Cristiano cuajó su peor partido en mucho tiempo, y ya van varios; y Bale volvió a estar ausente durante casi todo el partido. Menos mal que Benzema está en su mejor versión.
Así que en ausencia de Cristiano (es previsible que le caigan al menos dos partidos), con el regreso de Isco, y haga lo que haga Ancelotti, creo que ha llegado la hora de que Bale demuestre lo que valió. Desde que se fichó pensamos que era un jugador de características parecidas a las de Cristiano, y que eso haría difícil su alineación simultánea. Dado que este jugador renuncia a trabajar para el equipo a nivel defensivo, esperamos que imite al portugués y se haga más presente en el ataque.
En el anterior titular creímos intuir el despertar del inglés, ahora se lo exigimos. Tiene una oportunidad inmejorable porque insistimos que está muy bien físicamente. Veremos.