Hubo algo de juego hasta que el Villarreal tuvo fuerzas. Todo lo puso el equipo de Marcelino. Suyas fueron las ocasiones en la primera parte (no menos de cinco bien claras) y numerosas llegadas al área y sus inmediaciones. El Madrid era un coladero defensivo. Tanto en la primera línea de contención, como la segunda, y finalmente en la defensa propiamente dicha.
Pero la fortuna estuvo del lado blanco. Sin ofrecer nada, con una parsimonia en el desplazamiento del balón y una falta de movilidad de sus jugadores indignante, en un par de jugadas de mucha calidad por parte de Modric, Benzema y Cristiano se llegó al descanso con un cero a dos que terminaría por no moverse.
Veo a Marcelino con la cabeza gacha y movimientos de negación hacia el final de la primera parte. Imagino lo que debe estar pensando. Su equipo ha hecho un gran derroche, han generado oportunidades, se han defendido con orden, pero no han logrado materializarlas. El contrario sin derroche, sin oportunidades y sin orden defensivo va ganando en el marcador: Desesperante.
No hay sistema que funcione cuando los jugadores se emplean sin esfuerzo y con desgano. El cuatro-tres-tres propuesto hoy por Ancelotti ha dado resultado, pero un resultado engañoso, pues como hemos comentado, de haber tenido algo de acierto, el Villarreal se podría haber ido al descanso con un dos a cero; nadie que lo haya visto se hubiera sorprendido. Este sistema obedece más al empeño de este entrenador por no molestar a ninguno de los jugadores importantes que a un convencimiento. Con este sistema quizá se gane a casi todos los equipos de la Liga y parte de la Liga de Campeones, pero no servirá cuando el contrario achuche y tenga la calidad para definir arriba que hoy le faltó al Villarreal. No se puede tener un jugador como Bale paseándose por el campo, y otros dos (Cristiano y Benzema) que tampoco presionan ni ofrecen nada defensivamente. Así, llegaban por las bandas centrando a placer y cogían los rechaces en segunda línea los jugadores amarillos.
Con un Marcelo impreciso, un Bale apático, un James haciendo de Marcelo en no pocas ocasiones, un Ramos con tarjeta bien pronto, y un par de delanteros que no colaboran defensivamente, es muy difícil, por no decir imposible, que esto funcione. A eso se añade la inacción del entrenador para corregir y mandar mensajes a sus jugadores de que tienen que trabajar: sustituyó a James por Illarra y a Benzema por Isco. Nada que objetar a la entrada, pero la salida suena de nuevo a que hagas lo que hagas y hagan lo que hagan otros, el sustituido vas a ser tú, porque ese es el orden jerárquico establecido. Aplaudimos la sustitución de Marcelo por Nacho. Sirvió para serenar las aguas en la banda izquierda que con Marcelo no dejaban de estar agitadas. El brasileño es un caos defensivo y sigue estando lento.
A partir del minuto 15 de la segunda mitad en que las energías del submarino se agotaron, el Madrid condujo andando, pasando el balón con desgana y sin profundidad. Así, el encuentro se convirtió en un tostón mayúsculo que duró cerca de media hora.