Pocas veces he visto un cambio tan radical de comportamiento del equipo de un tiempo a otro. Una horrorosa primera parte en la que nadie, excepto Kaká, estuvo a la altura de lo que el Real Madrid representa, según su Presidente esta misma semana. "el Real Madrid nunca arroja la toalla". Lo de la primera parte se parecía bastante a eso.
El desorden fue mayúsculo, ni Essién ni Modric fueron capaces de imponer un mínimo de orden en el centro del campo. Con una delantera inoperante, cuando no desesperante: Higuaín llegó a caer en varias ocasiones en fuera de juego, desbaratando toda posibilidad de ataque. De nuevo vimos la cara errática de Di María que no acaba de cuajar una actuación estable. Si bien, es verdad que sus incursiones siempre crean incertidumbre en los defensores del equipo rival.
Dejó esa primera parte otra duda, cual fue la actuación de Diego López en el gol del Depor. Esperemos que no tenga más trascendencia, pero su error es técnico, quizá confiado en su rapidez que no llegó.
Bastó la salida de Cristiano, Özil y Khedira para que todos se pusieran es su sitio y empezara a funcionar como una orquesta. No es poco lo que puso en el terreno Mourinho, pero es que todos los demás empezaron de repente a jugar en serio. Allí brillaron además de los entrantes citados, el propio Di María, Higuaín, Arbeloa y sobre todo Kaká que cuajó un partido completo bastante esperanzador. ¿Y si volviera el Kaká del Milan? Ya hemos dicho en otra entrada que el juego de Kaká puede desarrollarse en condiciones concretas de contragolpe y con espacios. Hoy le hemos visto con suficiente empuje como para pensar que puede haber vuelto ese jugador que brilló en Europa.
Los que sí parecen haber tocado a rebato son Özil y Cristiano. El estado de forma de ambos a la vez hace pensar en objetivos importantes, lástima que no les acompañe el delantero centro. Quizá sea el momento de jugar con Cristiano en ese puesto y jugar con Kaká y Özil a la vez. Todo ello después de comprobar que el entrenador no está por la labor de dar una oportunidad a Morata. Hoy podría haber sido un buen día para esa oportunidad.
Así las cosas tenemos motivos para el pesimismo y el optimismo a la vez, a tenor de las dos caras que el equipo mostró hoy en Riazor. Jugadores que no dan la talla cuando les faltan los jugadores emblemáticos del equipo, pero que se transforman cuando estos están en el terreno de juego.
Visto lo que dio de sí el centro del campo con los dos fichajes de la temporada, esperamos que de una vez por todas la institución acierte con los fichajes en el futuro, y cuando se gaste un pastón como ha costado Modric que sea por algo más de lo que nos ha dado.
Trabajo tiene el Presidente para hacer que el equipo dé siempre la cara: la de la segunda parte.
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