miércoles, 2 de noviembre de 2016

La prepotencia roza el fiasco. Legia 3 - R. Madrid 3

  Cuando se menosprecia de entrada al contrario pueden darse sorpresas como la acontecida hoy. Diríamos más, cuando esto sucede sin analizar las posibles consecuencias, uno piensa que este entrenador pareciera un bisoño inexperto rodeado de unos jugadores más o menos lo mismo. Porque en una competición en la que un mal resultado te deja fuera de la misma o te introduce en el camino más tortuoso es necesario tentarse la ropa antes de hacer experimentos frívolos e irrespetuosos con el contrario.
  Hoy teníamos sentimientos encontrados, porque en ocasiones deseamos que este personal recibiera una lección de humildad. Al mismo tiempo que no estábamos dispuestos a sufrir por un equipo que no salió hoy a dejarse la piel en el campo, deseábamos que llegara el empate. No sé cuál de los dos con más intensidad.
    Zidane parece ir dando muestras de que se inclina por la diplomacia como seña de identidad. Trata de contentar a todos, pero eso es imposible. Y al mismo tiempo pretende tener varios jugadores intocables. Por eso hoy ha vuelto a intentar la cuadratura del círculo alineando a los cuatro delanteros de inicio. De esta manera parece que los cuatro se sentían seguros en sus puestos y con poco espíritu luchador. Así las cosas, el tiro le salió por la culata: el entrenador apostó por ellos, pero ellos se dedicaron más bien a pasear por el campo.
   Sangrante fue el caso de Cristiano. Irritante en numerosos momentos, mostrándose cabizbajo como un niño pequeño, en otros; y desacertado y desganado toda la noche. En definitiva, un lastre para el equipo. Debió salir del terreno de juego, pero Zidane no volverá a osar sacar del campo haga lo que haga.
    Ya nos pareció algo engañoso el resultado  del partido de ida. El equipo no hizo un buen juego. Mucha pegada y algo de fortuna tumbaron a un equipo, el polaco, que hoy demostró que si les dejas maniobrar saben hacer su cometido. El equipo ha demostrado tener un grave problema con el sistema defensivo; cualquier equipo le hace ocasiones y goles con una facilidad pasmosa. Y al entrenador lo mejor que se le ocurre es hacer experimentos con cuatro delanteros que lejos de resolver ese problema, lo agrava. La verdad es que no creemos que el cuerpo técnico esté preocupado por este problema; al menos no lo parece. Más bien creemos que están a la espera del regreso de Casemiro y Modric para solucionarlo.
   Ojalá nos equivoquemos, pero el juego del equipo no invita al optimismo. Hoy se rozó el fiasco,  producto de la prepotencia de todos: entrenador y jugadores. Tenemos que agarrarnos a la vuelta de Casemiro y Modric, a falta de un plan sólido por parte del entrenador. Veremos.  
    

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