Muchos toques horizontales, mucho bascular de izquierda a derecha y poca profundidad son ingredientes para un juego aburrido y sin efectividad. Así, podemos anotar un primer acercamiento a la portería rival allá por el minuto veinte. En el Bernabéu, y ante un equipo en principio muy inferior, cuesta trabajo admitir que se necesiten más de veinte minutos para llegar a la puerta contraria.
En fin, una primera parte lamentable si no fuera por la conexión Isco-Bale que fabricó el primer gol, y el logro de un segundo gol de uno de los hombres más en forma de la plantilla (ya era hora): Bale.
La segunda parte, con el marcador en franca ventaja el equipo se mostró más animado, y puso un punto de intensidad mayor, dando una imagen más positiva.
Es difícil conseguir doblegar a un equipo organizado si te limitas a mover la pelota de un lado a otro de la cancha con la parsimonia suficiente para que al contrario le dé tiempo a situarse y bascular con las posiciones ajustadas. Sólo algunas arrancadas desde el centro del campo a cargo de Kovacic parecieron crear alguna incertidumbre en la zaga del Leganés.
No hubo despliegue ofensivo y decidido por parte de los laterales, y eso cuando no tienes jugadores delante capaces de rajar las defensas, se convierte en imprescindible en un equipo. Y todo ello a pesar de que no se puede decir que los de arriba no se movieran. Había movilidad, había arrancadas buscando la espalda de los defensas, pero o los pases no se producían, o no llegaban a su destino, o eran desbaratadas por un sistema defensivo bien organizado.
El Madrid no domina los partidos con solvencia, no los controla, su dominio es ficticio porque no lo utiliza para generar juego ni ocasiones. No puede presionar porque juega con tres delanteros que no están por la labor y es donde se debe iniciar dicha presión.
A pesar de todo ello, ayer tuvimos varias noticias buenas. La primera, que por fin Modric volvió al terreno de juego, esperemos que no sea para ir con su selección a forzar un regreso precipitado. La segunda, que parece que Bale ha dado un paso al frente en línea con lo que ha costado y cuesta, según reciente renovación. La tercera, que por fin los centrales estuvieron a la altura; ya sabíamos que Nacho tenía una polivalencia extraordinaria, pero ayer sumó una nueva cualidad muy importante en un central: la rapidez. La cuarta, el excelente trabajo de Kovacic, capaz de sumarse al ataque con gran potencia y decisión.
Dejamos aparte el trabajo de Morata porque siendo verdad que no brilló, además de marcar un gol de delantero potente, anotamos al menos siete caídas todas ellas pitadas en falta del contrario, pero sin que el árbitro tomara alguna medida por esta reiteración. Así es imposible desarrollar ningún juego. ¿Qué diríamos si alguno de los grandes (Cristiano, Messi, Griessman, ) recibiera esta cantidad de infracciones?
Pues eso, tres a cero pero sin brillo. Veremos cómo salimos de la cuesta de noviembre. Ahora nos vamos de selecciones...
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