Como es bien sabido no nos gusta hablar de temas extradeportivos. Pero este tema tiene una repercusión directa sobre la marcha de una de las competiciones más importantes que se disputan en la temporada, por tanto no nos resistimos a ofrecer una opinión sobre ello.
Sabemos positivamente que no hay críticos más despiadados para con lo que se hace en el Madrid que los propios seguidores. Nosotros tampoco vamos a ahorrar calificativos a lo que ha hecho el Club en relación a la eliminación de La Copa. Una chapuza semejante exige la cabeza del responsable de la misma de inmediato, independientemente de otras consideraciones que ahora abordaremos.
En este tema tenemos dos opciones, o hay un responsable directo de lo sucedido, o hay que mirar hacia arriba hasta donde la vista alcance. A simple vista la más visible es la del Presidente, que no se ha escondido para dar versiones y defender sus derechos, pero que no nos ha dado una explicación convincente de quién es el responsable de este desaguisado.
Si había una persona que tenía esa función debe dimitir o ser cesado por su incompetencia.
Si en el Club no había nadie en el organigrama encargado de dicha función, debe dimitir o ser cesado el responsable de organización de las tareas.
Y si no hay ninguna persona responsable de asignar y distribuir las tareas de acuerdo con un plan para que todo funcione, debe dimitir el Presidente que es el encargado de nombrar a esa persona.
Dicho esto, hay algunas consideraciones importantes que hacer a este suceso en el ámbito del tratamiento informativo y mediático a que ha sido sometido.
En primer lugar, comenzamos a considerar que los medios han descubierto el filón que supone este club, pues todo lo que sucede en torno a él se amplifica hasta límites inasumibles por cualquier persona o entidad normal. Y desde la llegada de Mourinho vende más lo negativo en el entorno que lo positivo. No se entiende de otro modo que nadie, ningún medio de comunicación o periodista, haya reparado en lo arbitrario de esta norma que ha dejado fuera de la competición al equipo que más beneficios económicos puede reportarle. Pues es más que evidente que ni el entrenador, ni el club tenían intención de alterar la competición con dicha alineación.
En segundo lugar, es evidente que aunque se tuviera una intención clara de alteración, quedaría más que sancionado el club dándole el partido por perdido por el tanteo que se considere oportuno (ya sea el estipulado o el que se quiera añadir como castigo por la mala fe). De lo contrario el castigo es de una desproporción brutal y por tanto una medida absurda. Eso sin entrar en la casuística no menor de que puedan darse casos en los que no hubiera intencionalidad alguna de alineación indebida.
En conclusión, el Madrid ha hecho el ridículo, pero es más ridículo lo que ha hecho el legislador, y bochornoso lo de la prensa de este país.
Por cierto, ¿no debería antiviolencia entrar de oficio al sistemático ataque desde algunos jugadores del Barça (véase Piqué y Alves) para con lo que sucede en el equipo rival? ¿Se imagina alguien cual sería la actitud de los medios de comunicación si fueran jugadores del Madrid los que constantemente estuvieran mofándose del contrario? Tenía que decirlo, porque estamos hartos de que nadie pondere estos asuntos en todo un país, que luego se rasga las vestiduras cuando aparecen episodios trágicos de violencia. Sigamos riendo las gracias.
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