domingo, 12 de abril de 2015

Tres victorias, misma incógnita. R.Madrid 3 - Éibar 0

  Han transcurrido tres partidos desde la última entrada que hicimos. En la última, nos inclinábamos a pensar que el regreso de Modric daba otro aire al equipo; como si de repente todo empezara a cuadrar. Y lo más importante, todos empezaban a jugar.
  Las tres victorias consecutivas y el juego desarrollado confirma la impresión que teníamos; sin embargo, hay un paréntesis en estos 270 minutos disputados: la primera parte ante el Rayo Vallecano.
Carecería de importancia que en todo ese tiempo el equipo hubiera tenido cierta debilidad o se hubiera relajado en su juego; pero la realidad digna de análisis es que el Rayo dominó, controló y pasó por encima del equipo merengue durante más de media hora, mientras tuvo fuerzas.
  Por supuesto que el Rayo hizo un juego excelente, pero también lo es que fue en el terreno de la táctica rayista y la intensidad con que se puso en práctica donde se fraguó ese juego. Como también lo es que ambos conceptos fueron muy distintos en el equipo madridista.
  Esto nos lleva a volver a plantear dudas acerca de las posibilidades de este equipo de cara al final de temporada que se viene encima. No vamos a tardar mucho en salir de dudas respecto a esas posibilidades, ya que en el plazo de un par de semanas Liga y Champions estarán cercanas a su resolución, y el equipo habrá pasado por pruebas de fuego que esperamos permitan despejar dudas y fantasmas para el tramo definitivo.
  El Rayo Vallecano hizo lo mismo que vienen haciendo todos los equipos que esta temporada han ganado al Real Madrid. Presionó con una gran intensidad, adelantó líneas para achicar espacios y salió de la presión del contrario con una facilidad que en ocasiones hacía creer que los papeles se habían cambiado. Sólo cuando las fuerzas del Rayo empezaron a flojear se pudo ganar el partido. 
Como hemos dicho en alguna ocasión los partidos son vasos comunicantes, de modo que el buen juego de unos a menudo suele coincidir con el mal juego del contrario. 
  Ante el Éibar se volvió a la absoluta tranquilidad. En casa, contra un equipo que no parecía dejarse el alma en cada jugada, un Madrid con bajas significativas resolvió con facilidad. Quedó claro que este tipo de equipos no suponen un problema, una vez recuperado el juego.
  Así pues, este equipo tiene un grave problema que ha de resolver. Una parte fundamental corresponde a los jugadores, que han de poner la actitud necesaria para doblegar a equipos con fuerte presencia física. Otra parte fundamental, es propiedad del entrenador que ha encontrar el esquema y los jugadores necesarios para alcanzar el objetivo. 
   Atlético, Málaga, Celta y Valencia nos dirán si esta será una temporada en blanco o no. Veremos.

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