Desde los primeros compases se le vio absolutamente concentrado, y con una movilidad a lo largo y ancho del frente de ataque espectacular. Buscó el gol con ahínco y obtuvo el premio que buscaba. Es el hombre de esta semifinal por el gol conseguido, pero también por el enorme partido que ha hecho. Con un derroche físico brutal y una presencia que para sí quisieran los dos delanteros titulares lesionados que le han permitido disfrutar de estos minutos preciosos y precisos.
Ancelotti había sorprendido a muchos con la alineación de tres centrales en el once inicial. Era una alineación pensando en el contrario y, desde mi punto de vista, en el alto voltaje del encuentro. Prefirió la experiencia y el estado de forma. Pero contó con un aliado inesperado, porque Simeone le facilitó las cosas al renunciar rotundamente al ataque y al contraataque, pues la alineación de Griezman fue meramente una pose; el francés jugó más de lateral que de extremo.
El juego del Atlético se limitó durante todo el encuentro a buscar alguna jugada a balón parado que pudiera encontrar premio. En este sentido, la alineación de tres centrales que van bien por arriba redujo los riesgos que el poderío del Atlético ha demostrado tener durante las últimas temporadas. Varane estuvo impecable, fajándose con un jugador que creó muchos problemas en otras ocasiones.
Ya sabíamos que este Madrid sin Modric no controla el juego, pero si el contrario se repliega hasta su área con todos sus jugadores, la tarea se facilita, por más que Isco estuvo desaparecido durante toda la primera parte o los laterales no pudieran penetrar por su banda. El balón circuló de una banda a otra por el frente defensivo del Atlético, pero sin ningún peligro para ellos; ya se sabe que son especialistas en bascular sin descomponer la figura en ningún momento.
Hubo algunas oportunidades para adelantarse en el marcador, pero de nuevo la falta de acierto o la actuación de Oblak impidieron el propósito. El portero esloveno estuvo de nuevo espectacular. Las oportunidades llegaron de la mano de Chicharito que lograba conectar casi todos los balones que cayeron por sus inmediaciones.
La segunda parte afianzó más el guion diseñado por ambos entrenadores, Isco encontró un poco el tono, James de nuevo manejó y puso las mejores pelotas, logrando otras dos o tres buenas oportunidades. La expulsión de Arda mandó un mensaje definitivo a todos: el Atlético se replegó aún más buscando quizá los penaltis; el Madrid se lanzó con menos precauciones al ataque y encontró más huecos. Ahí llegó la magnífica jugada que fabricaron James, Cristiano y Chicharito.
El mejicano vino al rescate del equipo en casi la única oportunidad que tuvo en la temporada. Más no se le puede pedir. Sobre todo porque casi con toda seguridad ha rescatado al entrenador que le ha negado el pan y la sal. Paradojas de la vida.
Se avecinan unas semifinales de un nivel poco usual. Veremos qué nos depara el bombo el próximo viernes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escribe con letra minúscula. Los comentarios con insultos serán eliminados.