domingo, 9 de febrero de 2014

Hay equipo más allá de Cristiano. Real Madrid 4 - Villarreal 2

    Después de terminar el partido a uno le asalta la duda de si este equipo está tan holgado como parece para enfrentarse a equipos de mayor entidad, pues estábamos esperando la llegada de estos equipos fuertes del campeonato (Athletic, Atlético, Villarreal...) para ver en qué medida podría considerarse un equipo sólido. Parece que la prueba ha resultado satisfactoria. 
    Lo que quedó meridianamente claro es que cuando el Madrid bajó la guardia (véase los últimos quince minutos de la primera parte), cuando aflojó la intensidad en su juego, se produjo el gol del Villarreal. 
   Tenemos que insistir en la importancia de que se produjera una continuidad en las alineaciones. Llegamos a decir en otras entradas que daba igual con qué sistema se jugase. Ahora no sabemos si es el haber encontrado un equipo o un sistema para él lo que ha hecho posible que se  haya mejorado ostensiblemente en todas las líneas; probablemente es la conjunción de varios factores, pero estos dos se nos antojan esenciales. Ahora, paradójicamente, abogamos porque creemos llega do el momento de dosificar y hacer las rotaciones cuando la situación lo permita. Ayer sentó a Xabi y soportó la ausencia de Ronaldo sin que se produjera ninguna catástrofe. Esto es posible porque ahora hay un equipo de verdad. 
   Pero como todo proyecto colectivo precisa de unos líderes. Ayer se evidenció que el verdadero líder actual del equipo se llama Modric. No vamos a cansar de nuevo con un relato de sus cualidades, pero el desahogo que supone el tenerlo en la medular es espectacular. En este terreno de las individualidades hemos de destacar también el caso de Jesé, que ayer volvió a demostrar que se merece una continuidad que vaya más allá de la vuelta de Ronaldo o las intermitencias de Bale. Se lo merece, no solo porque marque goles o dé asistencias, sino porque demuestra unas cualidades poco comunes en el futbolista español, cual es la velocidad y la potencia. Si además trabaja y tiene suerte en la pegada, pues está claro que hay que aprovecharlo y conocer sus límites. No me gustó Bale, a pesar del gol y la asistencia que dio, pues el balance del partido es el de un jugador ausente en demasiadas fases del mismo, poco solidario en defensa y en la intensidad del juego. Creo que el equipo no puede permitirse tantos jugadores que apenas colaboren en defensa: Cristiano, Benzema (este algo más) y ahora Bale. Quizá sea un nuevo caso Modric y nos sorprenda en el final de la temporada, tal como hizo el croata.
   El cambio de Xabi por Di María fue el único achacable a la táctica del entrenador, los otros dos fueron circunstanciales. La verdad es que la entrada de Xabi supuso el fin de las acometidas del Villarreal y un nuevo empuje en ataque. Parece que jugar con tres centrocampistas a la vez no le molestó a nadie, y menos al juego. Pues sigamos con el 4-3-3.
    Lo cierto es que vimos el partido completo y nadie se acordó de la ausencia de Cristiano, señal inequívoca de que el equipo funcionó y pegó sin él. Esta es una gran noticia, pues la dependencia de un jugador no es razonable en un equipo de esta categoría. Sería de ventajista decir ahora aquí que ya dijimos hace alguna temporada que el equipo jugaría mejor sin Cristiano, entre otras cosas porque hemos defendido su progresión en este tiempo; pero ayer desde luego no se notó su falta: hay equipo más allá de Cristiano. Escrito queda y en breve sabremos si estamos en lo cierto, pues el calendario no da respiro. Nos vemos el martes.

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