lunes, 3 de febrero de 2014

Decepción. Athletic 1 - R. Madrid 1

   No hay nada perdido, pero no son muchas las ocasiones que se presentan, para desperdiciarlas. Después de que el Barça perdiera ayer, se esperaba algo más de este equipo; que presentara una verdadera candidatura a hacerse con el título. No ha sido así. 
    Hoy no hemos visto a un equipo capaz de inquietar a su rival en ningún momento. Tan sólo un gol (magnífico, por cierto) que llevarse a la boca en casi todo el partido es muy poco juego para estar satisfechos. En este nivel no caben excusas relacionadas con el arbitraje, por más que éste haya sido lamentable en todos los sentidos: desacierto en jugadas puntuales (expulsión de Cristiano) y en la conducción del partido.
    Comenzó el Madrid con un juego rápido, ágil y vistoso; aunque con poca profundidad real. Los quince primeros minutos fueron totalmente suyos; pero a partir de ese momento, poco a poco el Athletic se fue adueñando del juego y de las oportunidades. Dos de ellas no llegaron a materializarse por pura mala suerte. Así se llegó al final de la primera parte.
     El derroche físico hecho por los jugadores vascos en el partido de Copa ante el Atlético hacía prever un agotamiento en la segunda mitad, a medida que el encuentro avanzara. No fue así, el Bilbao no bajó el nivel de esfuerzo y siguió mandando durante toda la segunda parte, incluso antes y después del gol del Madrid, que vino fruto de unos breves minutos de dominio blanco. El empate de los bilbaínos y la expulsión de Cristiano llevaron al dominio absoluto del encuentro por parte de aquéllos, aunque sin suficiente mordiente.
     Quizá hubiera terminado perdiendo el encuentro, pero la actuación del entrenador a partir de la expulsión de Ronaldo ha sido demasiado conservadora, a la vez que poco acertada. Desde mi punto de vista, los cambios no tenían otro propósito que aguantar el empate. Pero incluso en esa tesitura creo que debió sacar a Benzema antes que a Jesé que había demostrado mayor capacidad para el contragolpe que el francés.
      Ni brilló el equipo ni hubo individualidades a la altura. Tan solo los destellos de potencia y el gol que marcó hacen albergar esperanzas acerca de un Jesé que hoy aprovechó la oportunidad que le ha ofrecido Ancelotti. Del resto del equipo hay que mencionar el flojo partido de ambos laterales, especialmente de Marcelo. Es posible que Di María le preste una ayuda importante en esa banda, pero a la par impide, de momento, el desarrollo del juego alegre y sorpresivo al que el brasileño nos tiene acostumbrados. Flojo partido de Xabi y de Modric (por debajo de su nivel en esta temporada), probablemente por mérito de Valverde y sus pupilos. 
   Que ante un equipo muy bien plantado en el campo y con una capacidad de sacrificio encomiable, pero con no mucha pegada, el Madrid no haya sido capaz de aprovechar la oportunidad de distanciarse del Barça, deja en primer lugar una decepción; pero además deja una gran duda respecto a las posibilidades de este equipo de cara a los retos que se aproximan. El mes de febrero es clave para saber hasta dónde llegará. No lo hemos comenzado con buen pie. 

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