lunes, 19 de marzo de 2012

Y llegó el día. Real Madrid-Málaga

   Ya habíamos percibido que el equipo no estaba en su mejor momento, que se han hecho partidos en los que la suerte jugó a favor. Ayer no ocurrió así. Es verdad que no fue un gran partido del Madrid, pero sí mereció ganarlo. Se perdonó demasiado en la segunda mitad, y eso acabó pagándose como tantas veces sucede.
   Una primera parte en la que el Málaga demostró por qué está en la posición en la que está; jugando la pelota con un gran criterio, moviéndola con mucha rapidez y solvencia. Diríamos que la primera parte quedó en tablas en todos los aspectos excepto en el marcador, merced al gol que logró meter Benzema.
    Sin embargo la segunda parte fue totalmente diferente. El Madrid dominó el juego y tuvo numerosas ocasiones clarísimas para haber sentenciado. No lo hizo, y llegó lo que todos nos temíamos: el balón parado. Esa asignatura pendiente del equipo y del entrenador. Ayer se falló en el momento y lugar para hacer una falta, ya que Cazorla estaba de espaldas a la portería.
      Mourinho sigue insistiendo en alinear en el centro del campo a tres jugadores a los que les falta tensión y actitud (Khedira, Kaká y Özil). Mi teoría es que podrá poner a uno, incluso a dos; pero a tres a la vez, hace que el equipo se resienta en todo su juego; porque Alonso no se puede multiplicar en defensa y en ataque. 
     El entrenador alineó a Lass en el lateral derecho, tal y como venimos reclamando desde estas páginas, ante la inoperancia de Arbeloa, que no puede ser el lateral titular del Real Madrid. Por ahí estamos satisfechos, pero no acaba de encontrar una línea medular en condiciones de atacar y defender.  Esta fue la razón por la cual durante la primera parte el Málaga trató de tú a tú al Madrid en su propio estadio, pudo haber llegado ganando al descanso, y en algunas fases se permitían mover la pelota al primer toque y a una velocidad que los centrocampistas del Madrid ni la veían. En ciertos momentos pareció que el equipo tenía enfrente al Barça.
     Con esa alineación el Barça nos vuelve a hacer otro siete. Mourinho debe buscar una solución ya y prepararse para la que se viene encima entre Liga y Liga de Campeones. Tal vez esté esperando la recuperación de Di María. Esta puede ser parte de la solución, pero deberá solucionar el resto de problemas.
     Lo bueno es que no hay mucho que pensar, la Liga se vuelve a jugar en medio de semana. Una victoria hará olvidar este tropiezo al equipo; pero corre prisa hallar soluciones de cara al futuro inmediato.
 Del árbitro no vamos a hablar, se comió dos penaltis y medio delante de sus narices y no vio nada. ¿Jugaba ayer el Barça? Quizá sí, ya veremos.

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