domingo, 11 de marzo de 2012

Sin control. Betis-Real Madrid

   Escuché a Mourinho en la rueda de prensa responder a una pregunta. En tan solo unos segundos explicó perfectamente lo ocurrido sobre el terreno de juego: un partido sin control por parte de ninguno de los dos equipos. Añadió que a él no le gusta este tipo de partidos ya que le gusta saber que su equipo tiene el control y está en condiciones de ganarlo.
    Estoy totalmente de acuerdo con él, pero se le olvidó explicar por qué esto sucede así. Porque su análisis lo puede hacer cualquier periodista o aficionado, pero él está obligado a dar una explicación de entrenador. El responsable último de que el equipo en su conjunto juegue de esa manera es él.
    El Betis le quitó la pelota en muchas fases del juego y eso es lo que a Mou no le gusta, acostumbrado como está a que su equipo lleve la batuta; pero es que con el centro del campo que se ha empeñado en poner como titular no es de extrañar. Se puede entender que en este equipo juegue Özil, pese a sus desapariciones o altibajos (tal vez por la posición un tanto escorado a la derecha en que el entrenador le obliga a jugar); es comprensible que quiera recuperar a Kaká para la causa, ya veremos; pero no se entiende que juegue en este equipo Khedira, ni siquiera en su mejor versión, y se quede en el banquillo un jugador como Granero. 
    Tanto Kaká como Özil son centrocampistas algo displicentes, poco aguerridos, y con tendencia a la desaparición, colocarlos juntos y a la vez con Khedira da estos resultados.
    Por otro lado está el problema que ya hemos repetido en otras entradas: Arbeloa no puede ser el lateral titular del Real Madrid. Ayer fue el causante de uno de los dos goles del Betis y además realizó una falta en el último minuto en un lugar peligroso, merced a un uno contra uno que se saldó con un caño. Alguien puede decir que esto es ventajismo, pero creo que ya se ha dicho en numerosas ocasiones que únicamente cumple su función bien cuando se dedica estrictamente a ello y puede optar por anticiparse a la recepción del balón por parte de su rival. 
    Volvió a caer otro gol a balón parado, es verdad que fue un fallo de conceptos defensivos de Arbeloa, pero quizá el nerviosismo del equipo en este tipo de jugadas esté detrás de lo que viene ocurriendo. Pues el entrenador en lugar de solucionarlo, suele buscar y señalar un culpable al que estigmatiza para los restos. Véase el caso de Albiol. Si nadie le levanta la liebre, ya veremos que ocurre de ahora en adelante con Arbeloa.
    Llevábamos muchos partidos acostumbrados a ver al equipo dominar casi en la totalidad del encuentro, unas veces con más juego de ataque y otras con menos, pero siempre lejos del área propia. Ayer el Betis lo puso difícil, pero esto se sabía y Mourinho no varió su planteamiento, ahí estuvieron las consecuencias.
    Pensaremos en la Liga de Campeones que está pendiente de resolver: aún no está controlada la eliminatoria. Ya veremos. 

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