Ayer no se puede decir que no nos gustara la alineación. A priori, la inclusión de Vinicius como titular lo habíamos demandado desde estas páginas. El reforzamiento del centro de campo también era buena idea, dado que eso era lo previsible que hiciera Guardiola fuera de casa, buscando un buen resultado para la vuelta. La vuelta de Mendy era imprescindible teniendo en cuenta las actuaciones de Marcelo esta temporada. Y la inclusión de Valverde en lugar de Kroos también era una decisión lógica ante las actuaciones del alemán en los últimos partidos.
Dicho esto, uno se pregunta cómo se llega a perder un partido que comienzas ganando. Para empezar, Zidane puso a sus jugadores a guardar la ropa y se olvidó de nadar. Y terminó por no hacer ni una cosa ni la otra, a pesar de que el partido se le puso de cara. Ya había puesto en evidencia el City este sistema; pues, a pesar de la lentitud y extremo cuidado que el Madrid ponía en sus evoluciones, acumulando jugadores tras el balón para evitar los contragolpes del contrario; en varias ocasiones la línea de tres cuartos del ataque inglés no tenía dueño. Allí campaba a sus anchas cualquiera que apareciese, sobre todo Kevin De Bruyne.
Para continuar, Zidane dudó si lo que quería hacer era obtener un buen resultado en la ida o machacar. Primero quiso un buen resultado, pero después del gol vio al contrario "tocado" y se obcecó tanto con golear que no se percató de que el entrenador contrario había hecho algún movimiento (Sacó a Sterling) que sería el responsable de hacer saltar las costuras del traje por los aires.
Con todo, la razón de que este traje se deshilvanara tan fácilmente tiene una explicación en los errores de algunos jugadores, que por otra parte no son nuevos. Los "niños" a los que Sergio Ramos apelaba en la previa para que dieran el paso a ser unos "tíos" fueron los que más ganas y acierto pusieron en el encuentro. Valverde y Vinicius cuajaron un gran partido, especialmente el brasileño, incluso ayudando a Mendy en defensa o presionando con decisión. Y los supuestos "tíos" no parece que se sintieran aludidos por el discurso del capitán. Vimos a un Carvajal alocado, impreciso y descolocado en numerosas ocasiones. Qué decir del partido de Casemiro, con su falta de tensión, su lentitud y el recital de entregas al contrario que nos brindó. O el propio Ramos dejándose comer el espacio por un delantero más bajo y menos potente que él en el empate del City.
Pero lo peor fue la falta de reacción del entrenador, la incapacidad para leer el partido y los movimientos del contrario. Todos sabíamos que Carvajal estaba sufriendo por su banda lo indecible, todos veíamos que era esa banda la que había que reforzar. Pero el entrenador contrario fue el primero en mover ficha, colocó a Sterling por esa banda, De Bruyne siguió percutiendo por ese costado hasta que llegaron el primer gol y el penalti: ambos por dicha banda.
Y es que, si no antes, al movimiento de Guardiola le correspondía la entrada de Lucas Vázquez; pero Zidane decidió forzar la situación entrando a Bale y sacando a su jugador más incisivo, Vinicius. Ahí saltaron las costuras por los aires. El traje quedó descompuesto.
La vuelta queda así muy complicada. Al resultado hay que añadirle la eliminación del "tío" más representativo. Zidane tendrá que echar mano de algunos "niños", que los tiene en la plantilla. Pero la deficiencia de la plantilla en el puesto de Casemiro, y su sobreutilización era de esperar que tuviera unas consecuencias, y llegan en el momento más decisivo. Y no digamos nada del hecho de que las dos "estrellas" llamadas a marcar la diferencia (Hazard y Bale) estén fuera del equipo; uno, por su mala fortuna; el otro, porque... nadie sabe el porqué.
En estas, recibimos al Barça en la Liga. Aunque ellos no están para tirar cohetes, la facilidad con que se descompone el equipo en defensa no invita al optimismo. Veremos.