jueves, 31 de octubre de 2019

Zidane y las circunstancias. R. Madrid 5 - Leganés 0

   Aunque la entrada está referenciada al partido de Liga, resulta obligado hacer algún comentario respecto de la suspensión del encuentro con el Barcelona y al partido de Liga de Campeones sobre el que no hemos escrito.
   Comenzando por la suspensión, aunque nunca se puede saber qué hubiera ocurrido si..., lo cierto es que los resultados obtenidos son positivos, toda vez que en ambas competiciones se han salvado escollos muy importantes. El no tener pendiente ese partido siempre trascendente con el máximo rival, ha permitido serenar los ánimos y trabajar con mayor calma. Si a eso se unen circunstancias particulares relacionadas con las lesiones, que también han obrado en favor, paradógicamente, del equipo; pues miel sobre hojuelas. Pasamos de una situación delicada para entrenador, jugadores y club, a una situación mucho menos apremiante, y no exenta de ciertas esperanzas de que quizá esto se pueda reconducir.
   Con todo, no debemos engañarnos, la realidad es que se ha ganado sucesivamente al colista del grupo de Champions y al colista de la Liga. Es verdad que se ha goleado a este último, pero también lo es que el Leganés no vino al Bernabéu a morder, que es la asignatura pendiente de este equipo: los equipos que le atosigan durante los noventa minutos.
  En cualquier caso, por un lado, la clasificación manda y esa ha mejorado; por otro, en este tiempo han aparecido algunas mejoras bastante significativas. La recuperación de la confianza por parte de Courtois, la mejora del centro de campo con la incorporación de Valverde (extraordinario su partido en Turquía), el estado de forma de Casemiro y Kroos (nada que ver con la pasada temporada, especialmente del alemán), la incorporación de Rodrigo con destellos atacantes de gran calidad, y finalmente el que lleva un año completo siendo el mejor jugador del equipo (Benzema), conforman un cambio en la cara del equipo sustancial.
   Ahora habrá que ver cómo gestiona Zidane todo lo ocurrido cuando vuelvan los pesos pesados a estar disponible. Isco sigue sin aportar ni merecer la entrada, James parece tener dudas, Marcelo parece seguir por delante, pese a ser un problema grave en defensa... Pero lo que interesa saber es qué va a hacer con Modric y Bale. Rodrigo está haciendo las veces de Lucas Vázquez, cumpliendo incluso con la misión defensiva que ha llevado a este a ser casi titular en los equipos de Zidane; pero además aporta una aceleración y desborde fuera del alcance de Lucas. Valverde tiene hoy por hoy un despliegue físico que el equipo necesita y al que Modric no puede llegar. 
   En fin, todo esto siempre teniendo en cuenta que se basa en partidos que, como hemos dicho, no permiten extraer demasiadas conclusiones. ¿Tendrán la oportunidad estos jugadores noveles de fajarse con otros equipos más exigentes? 
   Esa es la pregunta clave que solo Zidane va a responder. Es posible que a día de hoy ni él tenga la respuesta. Quizá espere que las circunstancias y avatares de la plantilla le den la respuesta como tantas veces. Veremos.

martes, 22 de octubre de 2019

Zidane con la mente en Turquía. Mallorca 1 - R. Madrid 0

   Que en el minuto siete de partido tu equipo muestre todas las carencias en una sola jugada pero trascendental, es bastante irritante; sobre todo para los aficionados que contemplamos cómo ni el entrenador, ni los jugadores habían preparado a conciencia este partido. En un contragolpe en el que tienes mayoría de defensores terminas dejando que el contrario maniobre y descoloque a toda la zaga, ya de por sí poco ordenada. Ni James asiste a su compañero Odriozola en el uno contra uno que ha de solventar contra el jugador más determinante del equipo contrario, Lago Junior (se supone que debían saberlo antes de saltar al terreno de juego), ni el propio Odriozola maniobra bien al proteger la banda en lugar del disparo que ofrece más ángulo al delantero, ni el resto de defensores tienen a su par cubiertos. Este desmadre se volvió a repetir en varias ocasiones.
    Se podrá alegar que tenían la mente puesta en Turquía, pero cuando se ha repetido hasta la saciedad que la Liga es la competición prioritaria, no se puede a renglón seguido descolocar el equipo a la primera dificultad que abordas en la Champions. Es el propio entrenador el que se había impuesto esa prioridad. El equipo, a pesar de los pesares y del mal juego, seguía siendo el líder de la competición. Ya sabías que el Barça se acercaba peligrosamente, pero tú decides que lo prioritario es la Champions. Parece una contradicción más de Zidane entre lo que dice y lo que hace.
     En una interpretación simple, podríamos decir que los suplentes (Odriozola, Isco, Jovic, Vinicius) no respondieron a lo que se espera de ellos en un partido propicio para reivindicarse. Pero el juego desplegado por el equipo titular tampoco ha sido espectacular en lo que va de temporada. Le ha costado encontrar un once que funcione, si es que la entrada de Valverde en el centro del campo puede considerarse la tecla clave, tal como habíamos apuntado en nuestra anterior entrada. Por tanto, lo que corresponde cuando has encontrado el once que mejor te ha funcionado es insistir con él, al menos durante unos partidos que permitan coger los automatismos necesarios. Al fin y al cabo el más damnificado por el periplo de selecciones era Casemiro, y este estaba alineado de nuevo. 
    No lo hizo así el entrenador. Prefirió arriesgar con jugadores que no están a la altura o que no están en forma y el resultado fue catastrófico; porque se perdió el liderazgo y apareció el raca-raca del banquillo. Ahora ya para quedarse, porque, como ya dijimos a comienzos de temporada, esta vez no va a haber paciencia con Zidane. 
    Todo el equipo estuvo mal, pero dio pena ver a Isco en el campo. La intrascendencia de su juego, la falta de chispa y la sensación de estar desnortado.  Jovic no pudo dar ni pena porque no tocó la pelota. James no entendió que era un partido para fajarse, y lo evidenció en la jugada del gol que hemos comentado arriba. A Vinicius le faltó clarividencia a la salida brillante en ocasiones de sus arremetidas. Y Marcelo y Odriozola demostraron una vez más que defensivamente dejan mucho que desear y que tampoco en ataque se prodigaron; justificado en el caso del vasco porque tenía un hueso duro de roer. 
    Así que nos encaminamos de nuevo al partido decisivo de hoy martes en que el Madrid se juega demasiadas cosas. Se la juega el equipo en la competición; si pierde será imposible seguir en la misma. Se la juega el entrenador, porque la derrota le deja en una posición muy delicada. Se la juega Florentino, porque se vería obligado a tomar una decisión muy arriesgada a comienzos de la temporada y fuera de su competición fetiche. Y finalmente, nos gustaría decir que se la juegan los jugadores, pero esto nunca es así porque a ellos no se les puede echar, y menos a la altura de la temporada en que estamos.
     Esperamos que el entrenador no se equivoque de nuevo, haya estudiado a su rival y ponga en el terreno de juego a los jugadores que están más en forma. En unas horas lo veremos. 
     

lunes, 7 de octubre de 2019

Valverde puede ser la pieza clave. R. Madrid 4 - Granada 2

    Dado que Zidane no parece un gran táctico; como le ocurrió en su anterior período de entrenador, trata de buscar un once que le funcione. Sabe que dispone de grandes jugadores y que sólo tiene que tener paciencia para encontrar su mejor estado de forma colectiva. Va ajustando las piezas como si fuera un puzzle, hasta completarlo. En esta tarea, nada fácil por la gran cantidad de piezas y variables que ha de mover y ajustar, suele tener resuelto primero el problema del estado de forma porque es ahí, en ese punto, donde encuentra la pieza clave.
   En este curso, andaba buscando el Pogba que él había pedido como pieza clave. Pero se ha visto imposible porque muchos de los jugadores no estaban en el estado de forma adecuado (véase Hazard, Bale, Modric...). Por eso se ha visto obligado a hacer algunas variantes tácticas que no le han funcionado. Le costaba mover las piezas, porque les faltaba movilidad.
    Cuando la mayoría de los jugadores han adquirido un punto aceptable de forma y de compromiso con el equipo, aparece la pieza que necesitaba para completar el puzzle. Esa pieza es Valverde.
    Frente al Granada (segundo en la tabla clasificatoria) hizo un despliegue físico impresionante; pero sobre todo demostró las muchas cualidades que atesora, y que hoy son una realidad: Buena colocación, salida del balón sin complicaciones, robo, velocidad en el contragolpe y en el repliegue, incluso, buenos pases interiores hacia la delantera. Y sabemos de su buen disparo que en este partido no tuvo oportunidad de mostrar.
      La apuesta de Zidane por él estando su tripleta del centro de campo disponible es un indicio de que este es el jugador que él andaba buscando. No vamos a poder comprobarlo porque al parecer Kroos ha resultado lesionado; pero el partido contra el Barça nos dirá si estamos en lo cierto, en caso de que para entonces el alemán esté disponible. 
     El partido fue mucho más que esto; pero para nosotros esta fue la principal idea por la importancia que puede tener de cara al futuro. En un día que no contaba con la presencia del portero titular (un error de Areola pudo meter al Granada en el partido: dejemos de jugar con la portería), que no tenía laterales izquierdo disponible (tuvo que hacer Carvajal de tres), y que Vinicius no iba ni convocado; el equipo logró sacar adelante el encuentro con relativa facilidad. Sólo el error señalado metió al Granada en el encuentro e introdujo el miedo en el cuerpo en los minutos finales, donde ellos demostraron porqué están donde están. Su poderío por arriba es tremendo, y la presión asfixiante.
    Buenísimas noticias de Hazard, porque estuvo incisivo, voluntarioso y obtuvo el premio que buscaba desde comienzos de temporada: un grandísimo gol. También volvió a estar pletórico Casemiro; el gran culpable de que estemos en lo más alto de la tabla.  Bien en ataque Odriozola, no tanto en defensa. Excelente el pase de Bale y la definición de Benzema en el primer tanto. Pese a que el galés no volvió a brillar, se mostró algo más participativo que de costumbre. Y muy bien James en el poco tiempo de que dispuso; su presencia es determinante cuando está físicamente bien como es el caso.
    Ahora viene un parón liguero. Mallorca será clave para afrontar el partido contra el Barça con mayor o menor tranquilidad. Veremos cómo regresan de las respectivas selecciones.

jueves, 3 de octubre de 2019

Vuelven las dudas. R. Madrid 2 - Brujas 2

   Que en los tres anteriores partidos el entrenador parecía haber encontrado la fórmula  para motivar a una plantilla desorientada y necesitada de seguridad defensiva, es totalmente cierto. Y ello ante equipos de la parte de arriba de la tabla. 
    Aunque se había sacrificado la posibilidad de desplegarse ofensivamente con empuje y frescura, la solidez defensiva bien merecía la pena; puesto que dotaba de mayor confianza en sí mismo del equipo. Pocos aspectos de este juego desaniman y destrozan más a un equipo que el hecho de encajar goles con facilidad. 
   Sin embargo, justo el día que más necesidad tenían de mantener y confirmar la mejoría mostrada en dichos encuentros, aparecen de nuevo los fantasmas en forma de desajustes, despistes y caos organizativo en que se convirtió de nuevo el juego del Madrid. 
   No podremos extraer conclusiones claras de a qué se debe esta nueva sorpresa, pues , al margen del funcionamiento colectivo, solo hace falta analizar uno por uno la actuación de cada jugador. Salvo Casemiro y quizá Benzema, todos ellos estuvieron muy por debajo del nivel exigible, máxime si hablamos de la Champions. De esta manera, se puede explicar este nefasto partido que deja al equipo tocado.
   No sabemos si es que tres partidos consecutivos (aunque varios de ellos solo habían jugado dos) es mucho tiempo para sostener la concentración y la tensión necesarias para caminar por el fútbol actual, o es que este equipo ha llegado al límite en el elemento fundamental de la motivación. El caso es que hemos vuelto al punto de partida. Escuchando a Zidane no parece que se pueda extraer una respuesta a la pregunta de por qué esto no acaba de funcionar: vuelve al tan manido tema de la falta de intensidad. Aunque fuera cierto lo de la intensidad, que no lo es a nuestro juicio, habría que exigir una explicación del porqué se produce. 
   Dicho esto, hay dos aspectos en los que no nos gusta entrar; pero no creemos que aporte absolutamente nada a la causa esos pitidos a algunos jugadores. Entre otras cosas porque no se lo merecen. Y es que el Bernabéu parece haber decidido descargar su frustración sobre determinados jugadores. Especialmente dañina resulta cuando se trata de jugadores cuya actitud es siempre extraordinaria. El hecho de que en un momento puntual no salga un regate, un remate, una jugada... no es motivo para emprenderla a pitidos con ellos. Este hecho solo genera dudas, frustración, desconcentración y enfado en el jugador. Intolerable resulta en los casos de Vinicius o Courtois. Uno por ser demasiado joven; el otro, por tener un puesto tan singular como es la portería, sensible a los nervios. Por cierto, Vinicius apenas juega veinte minutos por partido. Con diecinueve años suele salir para intentar solucionar lo que otros once no han sabido o podido hacer en setenta minutos, y ¿a la segunda pelota que le llega se puede empezar a pitar porque su elección no ha sido del agrado del "respetable"?  
   Esperemos que al menos en la Liga estén más entonados y se despejen las muchas dudas que han vuelto a planear sobre el Bernabéu, si es que en algún momento se disiparon. El sábado veremos.