domingo, 28 de enero de 2018

Zidane vuelve a los orígenes: BBC + Suplentes enchufados. Valencia 1 - R. Madrid 4

    Con una alineación que solo presentaba la novedad de Nacho en el centro de la defensa, obligada por  la lesión de Ramos, respecto del equipo por el que siempre ha apostado; Zidane logró un meritorio triunfo ante un rival que se le ha dado muy mal en las últimas temporadas. 
     Arrancó el encuentro con una pelea en el terreno físico, pues ambos equipos presionaban con pocas concesiones a la reserva de energías. Y esta fue la gran novedad del Madrid respecto a lo que viene haciendo esta temporada en muchos de los partidos. Siempre hemos sostenido, escrito está, que no vemos problemas físicos en el equipo más allá de las abundantes lesiones. Y ayer se evidenció que ese no era ni es quiz de la cuestión. Todos los jugadores pusieron un punto más de intensidad salvo Bale, al que vimos bastante apagado.
      Todo lo dicho, junto con el resultado no implica que el partido fuera un paseo ni mucho menos. El Madrid evidenció sus carencias defensivas como lo ha hecho toda la temporada. El boquete que tiene en el lateral izquierdo, junto al mal partido de Casemiro, muy impreciso toda la tarde; dejaron, pese al cero dos, muy a merced del contrario y del acierto de Keylor el empate en el marcador.
      Sin embargo, ese punto más de ganas, junto al acierto en los cambios de Bale y Benzema por Lucas y Asensio propiciaron un final de partido tranquilo a la antigua usanza. Y es que los dos suplentes dieron ese punto de energía y frescura que ha caracterizado los finales de este grupo en los dos años que lleva Zidane al frente del mismo.
      Así las cosas, hemos de arreglar lo que ocurre en el lateral izquierdo, porque lo que también quedó meridianamente claro es que Marcelo le confiere a este equipo el punto de sal y pimienta que necesita. No en vano es el jugador más desequilibrante que tiene en ataque. 
       Pero el caso de Marcelo requiere un análisis aparte. Él representa bastante bien lo que le pasa al equipo, por cuanto en partidos anteriores parecía estar muy mal físicamente y ayer derrochó energía en ataque para dar y tomar. Esta fulgurante progresión, en un jugador que supuestamente estaba tan mal es bastante difícil de entender. Creemos que más bien en anteriores partidos no ha puesto de su parte lo que puede. ¿Por qué hacer esto? Alguien ha apuntado a una deliberada reserva de cara al Mundial. Pero esto es terreno especulativo y ahí no vamos a entrar. Marcelo es hoy por hoy uno de los grandes problemas, ya que no puedes prescindir de él porque es el mejor atacante, pero a la vez es el peor defensor por lo que has de reforzar bien su banda en defensa.
     Ayer solo pondríamos peros a Bale, y por algo lo tuvo que cambiar el entrenador en primer lugar. Por cierto, si la imagen que vimos ayer de Benzema refleja su enfado por ser sustituido, habrá que convenir en lo difícil  que es manejar  un grupo de jugadores como este. Además de ingrato en este caso particular. No podrá quejarse Benzema del apoyo de su entrenador... que se la juega alineándolo cada semana en contra del criterio de la mayoría de los aficionados.  
     En fin, que este resultado llega muy tarde para la Liga, pero que es importantísimo de cara a la clasificación para la Liga de Campeones del próximo curso: esa es la Liga que jugamos ahora. Además es esperanzador de cara a la eliminatoria contra el PSG que está a la vuelta de la esquina.
     Zidane ha vuelto a alinear a los jugadores que conformando un esquema poco solvente en apariencia le han dado todos sus éxitos. En realidad no es que no quisiera hacerlo esta temporada; sino que las lesiones le impedían conformar ese equipo. Aún le falta Ramos, pero no sabemos a día de hoy si mejora o empeora el conjunto. Esperemos que el partido de ayer no sea un espejismo y podamos ver por fin el equipo que todos queremos.    

jueves, 25 de enero de 2018

Zidane, game over. R. Madrid 1 - Leganés 2

    En la derrota de ayer en el feudo propio hay muchos factores organizativos y aspectos del juego que analizar; pero hay un hecho indudable que es la responsabilidad total de Zidane en su consecuencia: la eliminación de la segunda competición en juego esta temporada.
    Él admitió en rueda de prensa tener dicha responsabilidad y dijo asumir la misma; pero no explicó en qué consiste esa asunción de responsabilidad, más allá de decir que la culpa es suya fundamentalmente. Entendemos que asumir responsabilidad cuando se tiene un cargo así consiste en dejar paso a otro que arregle la situación lamentable en que se encuentra el equipo.
    Es lógico tener la tentación de mirar a los jugadores  a la hora de asignar responsabilidades. Siempre son en última instancia los culpables de los resultados porque son los que juegan; pero en mitad de temporada no puedes echarlos. Así las cosas, lo normal es buscar un revulsivo en el banquillo, como el que representó Zidane hace tan solo dos temporadas.
      Creemos que ese momento ha llegado ya, porque el equipo va de mal en peor en la Liga; pero en este transitar se le han escapado dos de los trofeos que disputa, y tiene a la vista el tercero en una eliminatoria muy complicada. 
      Por las razones que sea, Zidane no consigue esta temporada levantar al equipo, y ha decidido morir con él, a pesar de que los propios jugadores, por los que ha rechazado cualquier incorporación, no están dispuestos a batirse el cobre por él. Dicho de otra manera, ha sido abandonado por aquellos por los que apostó y sigue apostando.
        Pero el Club no puede quedarse con los brazos cruzados, contemplando cómo se desmorona todo el equipo en mitad de la temporada. No puede seguir confiando en un entrenador que juega con la temporada de la forma que lo está haciendo Zidane. Entendemos lo difícil que resulta para la dirección de un equipo cesar a un entrenador que se ha ganado un crédito enorme; pero ese crédito no puede ser ilimitado. El Club tiene muchas señales de que este entrenador ya no le sirve para alcanzar los objetivos que quedan por cumplir esta temporada: clasificarse para la Liga de Campeones del próximo curso y hacer un digno papel en la del presente.
    Se equivocó al pretender que con los supuestos jugadores suplentes le  bastaba para clasificarse en esta eliminatoria. Se equivocó al minusvalorar al rival. Se equivocó en la preparación del partido. Se equivocó al dejar fuera del banquillo a los jugadores que hoy por hoy pueden sacarles de un apuro. Se equivocó al alinear en el mismo dos proyectos de laterales. Se equivocó al no querer refuerzos a principios de temporadaY se equivoca al no quererlos ahora en enero. 
     Por todo ello, creemos que es Zidane el que decide tirar La Copa, y es el Club el que tendrá que cargar con la responsabilidad si, como mucho nos tememos, la temporada queda en blanco. 
     Ojalá nos equivoquemos. Nada nos gustaría más que a final de temporada nos tengamos que tragar estas palabras que quedan escritas, y por tanto no se las llevará el viento. Pero el análisis de la situación a día de hoy nos lleva a demandar una solución que, de no tratarse de Zidane, estamos seguros de que ya se habría adoptado por parte del Club. 
     Ayer un periodista le pidió en rueda de prensa que enumerara los errores que según el propio entrenador se habían cometido. La respuesta de Zidane fue que los errores eran que no se había ganado y ya está. Somos conscientes de las dificultades que pueda tener con el idioma para expresarse, pero esta parquedad, esta simpleza de análisis se repite partido tras partido. Y decir eso el día que un equipo como el Leganés te acaba de dejar en evidencia por tener una táctica perfectamente estudiada y trabajada parece algo más que dificultades con el idioma.
     Por mostrar un poco de esperanza, hace tan solo una semana que se ha goleado al Coruña. Son los mismos jugadores que han tirado la Liga; pero cuando no se les achucha, todavía saben cómo se juega. Confiemos en que no nos queden muchos equipos como el Leganés en la Champions, y tal vez la temporada aún no esté terminada. Veremos.     

domingo, 14 de enero de 2018

De goteras, boquetes y cimientos. R. Madrid 0 - Villarreal 1

   El caso es que no se puede decir que el Madrid mereciera perder este partido, ni mucho menos. El equipo estuvo voluntarioso, laborioso y más organizado que de costumbre. Parece que tenían un poco más claro cuál era la parcela que cada uno debe ocupar y cubrir en el terreno de juego. Pero no fue suficiente por la poca puntería de los delanteros (lo de Cristiano resulta bastante increíble), y la manifestación de las carencias coyunturales, estructurales y de dirección de obra que padece la Casa.
   El partido transcurrió con bastante tranquilidad, el juego era fluido, con destellos de vez en cuando de ocasiones que no llegaron a materializarse; unas veces por el acierto de Asenjo y otras por el desacierto de los delanteros, aliñado con alguna que otra mano o pierna del rival sacada a pasear sin otro propósito de interceptar la pelota o la pierna del rival y que el árbitro no consideró merecedora de la pena máxima.
    En cualquier caso, se vislumbraban ocasiones del Villarreal en superioridad numérica, que no llegaban a cuajar por alguna que otra intervención in extremis de uno u otro defensa. Esta circunstancia fue agravándose a medida que el tiempo se agotaba y nervios y cambios empezaron a descomponer de nuevo al Equipo, que no supo "nadar y guardar la ropa". De modo que cuando el Villarreal consiguió su gol en un magnífico contragolpe, que puso bien a las claras cuáles son los problemas de este Madrid de Zidane, a nadie pudo extrañarle por más injusto que resultara para el aficionado merengue.
    Y es que ese contragolpe vino a decirnos que la organización defensiva es un desastre, pues ya hemos comentado que sucedió en varias ocasiones previamente. No es concebible que un equipo de la más alta competición no sepa gestionar las posiciones de cada uno en un saque de esquina. Tampoco lo es que en este equipo pueda estar jugando Marcelo, que quedó en evidencia en el gol del Villarreal, tanto a nivel físico, como a nivel táctico a la hora de tirar de algún recurso de veterano.
    Hoy por hoy el equipo tiene demasiadas goteras defensivamente hablando, algún boquete como el de Marcelo que todo el equipo se ve en la obligación de taponar una y otra vez; y un boquete de campeonato en el centro de ataque. Ayer era insoportable ver cómo el equipo se estrellaba una y otra vez ante el muro defensivo del Villarreal y cómo basculaban a su alrededor de izquierda a derecha el frente de ataque merengue, sin poder jugar entre líneas o meter balones interiores porque en esa parcela no había nadie. Al Villarreal le bastó con ajustar el marcaje a Cristiano de un modo más estrecho y posicionarse bien en el terreno para taponar toda opción por bandas. Taponadas las bandas, al no haber juego interior porque el Madrid juega sin delantero centro, un equipo ordenado bastó para pararlo. 
   Ya lo empiezan a admitir los propios jugadores (véase declaraciones de Kroos) lo que anticipamos aquí hace mucho tiempo: que en esta Liga la aspiración es quedar entre los cuatro primeros. Pero hasta ahora hemos creído que, dando por perdida la Liga, este grupo tenía crédito y solvencia para hacer un buen papel en las otras dos competiciones. Hoy lo dudamos, porque visto lo hecho en la Copa, en la que un Numancia le hizo dos goles sin más problemas; y el hueso que nos ha tocado en suerte en la Liga de Campeones, vemos muy difícil que estas goteras y boquetes no afecten a todo el "edificio". 
   Llegados a este punto de reflexión, alguien debe anotar que los cimientos están mal desde el inicio de temporada, pues no puede ser que los sustitutos de los laterales sean chicos con una falta de fundamentos elementales para estar en el Madrid, o que el equipo solo tenga un delantero centro. Delantero centro que además  no utiliza el entrenador. Todo apunta a que el responsable de este desaguisado es el entrenador, como lo es del desbarajuste y desorganización del equipo. 
   Siendo verdad que Zidane se ha ganado el derecho a tener un enorme crédito, éste no puede ser ilimitado. Repite jornada tras jornada, partido tras partido la misma idea: "esto lo sacamos adelante, yo no le reprocho nada a los jugadores". Pero esto más que una idea es un acto de fe y de falta de análisis descomunal. Quedan un mes decisivo por delante. Veremos. 

martes, 9 de enero de 2018

Zidane instalado en el des- .Celta 2 - R. Madrid 2

    Otro partido más de los que irritan. La indolencia de algunos y la inoperancia de los más llevó a desperdiciar una buena oportunidad para ganar, después de haberse puesto por dos veces consecutivas por delante en el marcador.
    Las ausencias por diversos motivos de Ramos, Carvajal y Benzema permitió la entrada de Achraf, Nacho, Isco y Bale, pero hoy por hoy el problema que tiene este equipo no reside en la alineación, que también tiene influencia en el juego; sino en la organización y la actitud del Equipo. Es decir, cuando está Ramos o Carvajal, tenemos la misma  sensación de desorden, desbarajuste, descolocación, desorganización, desmotivación para esta competición.
   Yendo al partido, adelantarse por dos veces en el marcador y no ser capaz de aprovecharlo nos dice bastante acerca de la situación que atraviesa el equipo como conjunto. Algunos jugadores no se responsabilizan de la posición por la que en principio saltan al terreno de juego (véase Marcelo), lo que lleva a otros a suplir esa deficiencia, quedando fuera de su puesto una y otra vez a merced del extremo contrario. Este aspecto debe enojar sobremanera a jugadores como Modric, Isco, Nacho, Varane... Ayer esta circunstancia no dejó de producirse, con el consiguiente descontento y descoloque de los que fueron a socorrer a Marcelo que se tomaba los repliegues a broma. Así llegaron los goles, así pudieron haber llegado otros.
   El segundo gol de los célticos, con ese remate completamente solo del delantero, ilustra muy bien cómo se conduce el equipo a día de hoy.
   De nada sirvieron los dos goles de Bale y la mejoría en su juego. El resultado borró la buena noticia de la noche: la mejoría en el estado físico de este chico al que el equipo necesita urgentemente en su mejor versión, si pretende hacer algo positivo en las dos competiciones en las  que aún sigue vivo.
   El desorden del equipo, que apenas es capaz de llevar a cabo transiones si no es con conducciones individuales a veces impropias (véase Varane); la falta de movilidad en ataque, que facilita la cobertura de las defensas contrarias, con un Cristiano desdibujado, un Modric sin la presencia necesaria o un Kroos indolente defensivamente y sin chispa en ataque, arrojan un panorama desastroso. 
   En estas circunstancias, ganando dos a uno, el entrenador tampoco es capaz de reaccionar. Lo hizo tarde y sin fortuna. Todos veíamos venir el empate menos él. Y llegó, y pudo ser peor ya que Keylor paró un penalti. 
    Ya dijimos hace muçho tiempo que el Equipo estaba tirando la Liga, pero ahora lo que se vislumbra es la preocupación por la clasificación para la Liga de Campeones. Hoy por hoy estamos más cerca del quinto que del tercero, y esto no tiene visos de mejoría. 
   Veremos cómo  recupera Zidane a estos jugadores a los que, salvo Kroos y Marcelo, no se les ve mal físicamente. El caso es que se le agota el tiempo y el crédito, y lo que tiene por delante es, más que una cuesta, una pared. Mientras tanto nos preguntamos por qué Zidane no da más minutos y partidos a jugadores como Llorente, Ceballos o Mayoral.