Esto que voy a decir no tiene valor ninguno dado que entra dentro del capítulo de predicciones que uno hace y no publica; por tanto no verificables. Pero la verdad es que la entrada que tenía preparado redactar del partido contra el Bilbao llevaba por título: "Y Raúl García se marchó sin una tarjeta". Lo que significaba poner el acento en la actuación arbitral, señalando como clave para que la victoria del Madrid no se produjera. Tal vez no fuera tan matemática esta ecuación (el fútbol es mucho más complejo que eso, por suerte) pero lo cierto es que la permisividad para con los delanteros del Athetic en el empleo de las marrullerías acabó por sacar del partido a Sergio Ramos, reincidente por otra parte en caer en este tipo de trampas. Por eso, y la doble vara de medir acabó en la caseta.
Este encuentro apuntó a una notable mejoría, lo que unido a la experimentada frente al Dormund, en los momentos en que decidieron no sestear; y a los primeros 45 minutos vividos ayer, nos hacen albergar esperanzas en que no todo está perdido en esta Liga. Eso sí, seguimos dependiendo de lo que otros hagan.
Yendo al partido de ayer, hemos de señalar la mejoría generalizada de todos los jugadores. A priori se presentaba como un partido muy complicado precisamente por las bajas; pues a la ya mencionada de Ramos se unían las de Casemiro y Carvajal. En principio, una catástrofe dado el peso de los tres en este equipo.
El gol tempranero de Nacho (nunca ponderaremos lo suficiente el valor de este jugador), junto al buen comportamiento de los sustitutos Vallejo y Achraf tranquilizó los ánimos. Y cuando perdimos el control del juego y el Sevilla comenzó a estirarse llegó el gol de Cristiano, tras pase de tiralíneas de Asensio. Aún desconfiábamos del equipo y esperábamos un sesteo al modo del partido contra el Dormund. Lejos de eso, el equipo se vino arriba con un juego espectacular, desbordando en todas las zonas y facetas del juego. Fueron los mejores minutos de toda la temporada, protagonizados por los mismos jugadores que hace tan solo una semana se mostraban sin espíritu en cada partido.
Muchas crónicas hablan de un Sevilla desganado y falto de energía. Pero lo cierto es que en el equipo blanco ayer brillaron todos los jugadores, y cuando eso sucede es difícil de parar. Como ya hemos dicho, Vallejo, estuvo muy bien, con mucha atención y un gran sentido de la anticipación; Achrab, desbordó y galopó por su banda cuanto quiso; Modric, volvió a parecerse al jugador de siempre y cuando esto sucede el Madrid siempre funciona; y Cristiano se reencontró con el gol, peleó y cambió el gesto cabizbajo por el de insuflar ánimos a sus compañeros, incluso con el 5 en el marcador.
Hemos recuperado tantas sensaciones que hasta los jugadores que entraron avanzada la segunda mitad (Ceballos, Llorente e Isco) transmitieron esa frescura que daban los suplentes la pasada temporada: todos parecen estar enchufados. Salvo Isco que esta temporada realmente es titular, los otros dos han merecido más minutos, y están demostrando estar preparados para acoplarse a este equipo en cualquier momento. El debate está en si deben hacerlo ya en cuanto los titulares no estén a la altura tal como ha sucedido esta temporada, o hay que esperar a que se produzca el relevo natural.
De nuevo llega esa competición que no nos gusta en absoluto, por el componente de distracción de lo esencial; pero si el entrenador quiere, sabe que tiene una amplia plantilla que ayer demostró estar preparada para asumir este calendario tan exigente. Veremos.
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