martes, 17 de enero de 2017

A vueltas con los finales. Sevilla 2 - R. Madrid 1

   Nada que ver con el partido de Copa, especialmente en la primara parte. Ambos equipos ofrecieron una pobre actuación, con tantas precauciones y preocupaciones por el contrario que se olvidaron de atacar. El Sevilla no puso la aceleración y la chispa del partido anterior, y el Madrid cambió su esquema de juego para contener las supuestas acometidas del rival que apenas se prodigaron, salvo en las postrimerías del encuentro.
   Sin haber hecho gran cosa, el equipo merengue se puso por delante en una jugada casi aislada de Carvajal. Todo se  le puso de cara a pocos minutos del final, pero el punto de aceleración del ritmo de juego que impuso el equipo de Sampaoli y la bisoñez de algunos jugadores del Madrid (véase Marcelo, Carvajal y Benzema) dieron al traste con todo: una distancia casi insalvable en el liderato y un récord histórico de cuarenta partidos sin perder, aunque esto último fuera lo de menos.
    Pero no se puede decir que el Madrid mereciera ganar este partido. Tampoco el Sevilla había hecho méritos hasta esa última parte del encuentro. Pero así es el fútbol y así parece que se comporta este equipo que ayer cambió los papeles con su rival al concederle terreno, y permitirle imponer mayor intensidad y ritmo. 
    Justo en los minutos en que el equipo madridista se ha venido mostrando intratable, vino a tomar de su propia medicina. El ponerse por delante en el marcador vino a resultar paradógicamente perjudicial porque mientras el Sevilla se vino arriba, el Madrid no reaccionó y se vino abajo.
     La verdad es que los cambios introducidos por Zidane, poniendo tres centrales y adelantando las posiciones de Carvajal y Marcelo, no dieron un buen resultado. Quizá los partidos tan decisivos no sean el momento apropiado para hacer estos experimentos. Sobre todo porque jugadores como Marcelo, poco disciplinados y rigurosos, es posible que no asimilen esquemas tácticos necesitados de ayudas continuas y relevos que precisan tiempo de asimilación. Al menos a mí me dolía ver a Modric encontrarse en el lateral derecho defendiendo las acometidas del rival. 
     Finalmente, es necesario hablar de la actuación de algunos jugadores como Keylor, Kroos, Benzema o Cristiano. El primero, por la inseguridad que transmite al no salir de los tres palos ni aunque le rematen en el área chica; el segundo, por las numerosas imprecisiones y falta de intensidad; el tercero, por la indolencia demostrada en el segundo gol y la falta de movilidad en todo el encuentro; y el último, por el horrible partido que hizo a lo largo de todo el encuentro: falló las ocasiones que se le presentaron y no fueron pocas. 
    Y dejamos a Zidane para el final. Responsable del planteamiento que no dio los frutos esperados, y tampoco supo reaccionar desde el banquillo para darle otro aire al final del partido; quizá porque los que merecían ser sustituidos eran Cristiano y Benzema, y él no estaba dispuesto a afrontar lo que hubiera podido ser un conflicto importante. Uno no participó en la Copa y el otro estuvo brillante en los minutos de que dispuso. 
    Todavía tiene un colchón importante si gana el partido pendiente con el Valencia. Pero queda mucha tela que cortar. Veremos, porque esto no para y la Copa pide paso de nuevo.

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