domingo, 10 de enero de 2016

Sin cambios, todo cambió. R. Madrid 5 - D. Coruña 0

   Este es un partido que no tendría mucha historia si miramos el resultado y lo pronto que encauzó el equipo el encuentro. La emoción en forma de expectativa se palpaba en el ambiente, incluso días antes del mismo. 
   Sobre la sustitución de Benítez no vamos a hablar, ya lo dijimos en la entrada del 21 de noviembre (hace casi dos meses). Se veía venir que era cuestión de tiempo. Como siempre decimos, una vez que se ha producido el relevo toca apoyar al nuevo técnico y darle la confianza y poder necesarios para que conduzca la nave a buen puerto. 
    Siendo verdad que Zidane no es un entrenador con preparación académica y con un currículo escaso para dirigir al Real Madrid, aglutina otros elementos que pocos pueden ofrecer: es un conocedor de primera mano de parte de la plantilla, ya estaba en el organigrama del cuerpo técnico a través  de la dirección del Castilla, debe conocer perfectamente "la casa" porque la ha habitado como jugador y como entrenador. En definitiva, que a efectos prácticos tiene que tener un conocimiento extraordinario de todos los elementos que rodean al juego. 
   A juzgar por lo visto ayer en el terreno de juego, está claro que Zidane no va a cambiar sustancialmente lo que venía haciendo Benítez, como éste no cambió lo que hacía Ancelotti. El margen de maniobra es escaso, toda vez que no pocos de los jugadores han de jugar sí o sí. No porque lo diga el Presidente, no porque lo diga el jugador; sino porque cada una de las grandes estrellas del Madrid es una empresa en sí misma que trasciende al propio jugador y al club. Ya hoy he leído a un periodista preguntarse por lo que dirán en Colombia acerca de la suplencia de sesenta minutos de su jugador más emblemático... Pues eso.
   Zinedine tiene la ventaja del momento en que llega. Aunque ya sabemos que lo que sirve únicamente es ganar, los jugadores están ahora más obligados por sí mismos al llevar mucho tiempo sin ganar nada, y por el Presidente que ya tiene agatado el recurso de la sustitución en el banquillo, al menos hasta el final de temporada. 
   Porque si se analiza detenidamente la alineación y las posiciones en el terreno de juego, se observa que Zidane no ha cambiado nada, pero el resultado es que todo ha cambiado para bien. Unas dosis de mayor solidaridad de todos, un poquito de mayor generosidad en el esfuerzo, una pizca más de toque y movilidad han bastado para que todo sea diferente. Siguen los mismos defectos de antes que tendrán que ser corregidos con el tiempo: terror en las pelotas al área propia, oleadas de centrocampistas contrarios que nadie sujeta, concesión de excesivas oportunidades al contrario, laterales que se olvidan de su posición defensiva... Pero de momento los ingredientes mencionados anteriormente bastaron para golear a un Deportivo que viene de empatar contra el Barça y que está haciendo una excelente campaña.
 Así pues. ahora toca mantener en el tiempo esta línea de trabajo y esfuerzo. Todos los jugadores sin excepción estuvieron un poquito mejor ayer que tiempo atrás (Kroos, Modric, Cristiano, Bale) No será fácil porque todos no pueden jugar; y los medios de comunicación han encontrado un filón en los asuntos polémicos que el Madrid siempre va a tener. De hecho ya les ha faltado tiempo para preguntar por James. ¡A trabajar!

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