Arrancó la temporada y vinieron a ponerse de
manifiesto todos los problemas que durante la pretemporada se habían
vislumbrado. Algo más de ritmo por parte del equipo. En parte, por la fuerte
exigencia del contrario que no pareció estar en los inicios; y en parte, por la
necesidad que la propia competición impone.
Así se vio un equipo en apariencia
equilibrado, que dominó el partido de principio a fin, que movió la pelota con
agilidad, pero que no fue capaz de generar ocasiones claras de gol, ni
materializar los lanzamientos de que dispuso, en su mayoría lejanos.
Es verdad que se perdieron dos puntos ante
un equipo en teoría de la parte baja de la tabla, también lo es que estamos en
el primer partido y con un entrenador nuevo. Pero también lo es que se ha
dispuesto de una pretemporada completa, de un equipo hecho y que se conocen
perfectamente.
¿Qué explica entonces este “mal” resultado?
Vaya por delante que somos partidarios de
dar tiempo a los cambios, sean estos tácticos o de jugadores (posicionales o
sustitutivos). Pero hoy por hoy lo que se ve tras una pretemporada en la que el
entrenador ha podido proyectar, experimentar, definir sus ideas, es que el
equipo no ha mejorado respecto a la temporada pasada.
El dibujo sigue siendo muy parecido.
Empeñado en colocar tres delanteros, además del mismo corte: todos son
jugadores potentes, con mucha velocidad, que necesitan espacios y a los que no
se les puede pedir mucha colaboración defensiva, entre otras cosas porque
pierden frescura en ataque. Ancelotti ya tenía esa obsesión, pero el italiano
tenía la presión de Benzema. Es decir, tenía que maniobrar para tener contento
a todas las estrellas. Pero Benítez ha podido aprovechar la lesión para
experimentar otro sistema. Ha preferido supeditar también el sistema a la misma
necesidad, a la espera de la incorporación del francés. Jesé no es delantero
centro, y para serlo precisa, este sí, de más margen de tiempo.
La colocación de Bale en una supuesta media
punta parece una clara concesión a su entorno. Esto supone tener dos jugadores
que se mueven a su antojo por el ataque, lo que provoca más desorden en las
filas propias que en las del enemigo. Bale no es un media punta, y al igual que
Jesé precisa de más margen para que podamos ver sus posibilidades en esta
posición.
Con todo ello, es posible que la
superioridad que suele tener el equipo solape estas deficiencias, pero aquí
quedan apuntadas.
Por otro lado, el cambio de Danilo por Carvajal
no parece que aporte nada nuevo. El brasileño se incrusta en el centro de la
defensa y abdica del lateral en defensa, tanto que a veces no se sabe quién es el lateral
derecho. Teniendo en cuenta la deficiencia que presenta el equipo por la otra
banda de Marcelo, ante equipos con extremos un poco hábiles, nos atrevemos a
pronosticar un desequilibrio importante.
La actitud de Benítez durante el partido y
los cambios que introdujo dieron la impresión de que es un entrenador que sabe
lo que se trae entre manos. A pesar de lo cual no entendimos la inclusión de
Kovacic, un jugador que ha realizado apenas un entrenamiento con sus
compañeros. Menos aún sustituir a Isco que siempre puede aportar alguna
genialidad; eso sí acercándolo algo más al área. James le dio otro aire al
equipo aunque resultara infructuoso.
Así pues, demasiadas incertidumbres y dudas
para haber tenido una pretemporada sin problemas, pero hay que tener paciencia
porque todos los cambios generan eso hasta que se asientan. Veremos.
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