domingo, 24 de noviembre de 2019

Adónde va el periodismo. R. Madrid 3 - R. Sociedad 1

   Es verdad que pretender que Zidane haga una rueda de prensa amena sobre cuestiones de tipo táctico es un imposible. Pero de ahí a convertir en objetivo prioritario "la cuestión Bale" hay un trecho del que los únicos responsables son los periodistas.
    Y es que en un partido como el de ayer, tan interesante desde el punto de vista táctico. En un partido tan interesante como el de ayer por las variaciones en el juego que se experimentaron a lo largo del encuentro. En un partido tan interesante como el de ayer por las reacciones de uno y otro equipo al marcador y al vestuario... 
     Pues bien, con todo eso y mucho más para analizar y comentar con el entrenador, las tres primeras preguntas, más otras dos más en el transcurso de la rueda de prensa, van dirigidas a "la cuestión Bale".
   Cabe por eso preguntarse qué clase de periodismo es este, hacia dónde caminamos por estos derroteros, qué conocimiento vamos a despertar en los oyentes o los lectores, dónde hemos decidido fijar o poner los focos en este oficio.
     Ayer la Real Sociedad sometió al Madrid durante más de media hora gracias a un despliegue táctico en el terreno de juego espectacular. Y , ni el equipo, ni el entrenador encontraron una solución a los problemas que la presión adelantada realista le ocasionaba. El centro de campo del Madrid no podía o no sabía cómo operar, con un Modric y un Valverde casi desaparecidos. Sólo el empuje, más voluntarioso que otra cosa, del último cuarto de hora propició el empate; que junto al gol tempranero de la segunda mitad permitieron una remontada que no se veía por ningún lado.
     La segunda mitad fue algo muy distinto porque los dos jugadores mencionados aparecieron de repente en posiciones más avanzadas y dieron pie a la victoria. Eso sí, con un Benzema incansable y efectivo, un Hazard que ya está en forma (lástima que tuviera que maniobrar tan lejos del área), y una nueva buena intervención salvadora de Courtois en los momentos puntuales. El Madrid dominó algo más el juego, se desplegó bien en el contragolpe, y generó más ocasiones de gol. 
    Todo el equipo ha subido un peldaño en su estado de forma, pero han de hacerse mirar los despistes del calibre del de Ramos en el primer gol donostierra, porque ante equipos más potentes físicamente (quizá este fue el origen del gran cambio experimentado en la segunda mitad) te puede costar el partido. Ahí viene el PSG el próximo martes como piedra de toque.
     Entendemos y compartimos la pitada a Bale cuando salta al terreno de juego, no tanto que se prolongue durante el encuentro cada vez que toque la pelota. Se nos escapa en qué beneficia al equipo. El divorcio debe operarse cuanto antes en los despachos, pero mientras tanto parece que el entrenador lo necesita; por tanto, dejémosle actuar en el terreno de juego con tranquilidad. Y en todo caso, recriminar su falta de actitud cuando se produzca. No fue el caso de ayer,  donde, por cierto, no estuvo nada mal. Más de la mitad del ruido que se armó ayer ha estado alimentado por los medios de comunicación, y lo comentado al inicio sobre la rueda de prensa lo deja meridianamente claro: lamentable.
      La buena noticia es que el equipo parece estar mucho mejor y que el parón no ha influido en el juego del equipo en absoluto. Parece un buen momento para recibir al PSG. Veremos.
     

jueves, 7 de noviembre de 2019

Rodrygo. ¿Nacimiento de una estrella? R. Madrid 6 - Galatasaray 0

   Vivimos en un mundo entregado a la impaciencia y a la exageración, para lo bueno y para lo malo. A pesar de que los madridistas tenemos en la memoria la aparición fulgurante de Robinho en aquél partido contra el Cádiz el día de su debut, y la consiguiente decepción por las enormes expectativas despertadas en el momento; de nuevo volvimos a caer en el error con ocasión de la aparición de Vinicius por estas fechas, sosteniendo al equipo durante parte de la temporada.
   Ayer asistimos asombrados la irrupción de otro jugador que logró encarrilar el encuentro en tan solo unos minutos con un desparpajo inusual. Siendo así que marcó tres goles muy diferentes, mostrando diversas cualidades. Y volvemos a darle vueltas a si este será el jugador buscado tanto tiempo.
   Pero qué hace diferente a nuestro juicio el caso de Rodrygo a los otros dos. Vaya por delante que no hemos amortizado ni mucho menos el caso de Vinicius. Al contrario. Como hemos defendido en otras entradas, nos parece un jugador extraordinario y con un potencial por descubrir; pero por las razones que sea no goza de la confianza del entrenador. Razón por la cual no podemos centrarnos en él.
   Lo que diferencia a Rodrygo es la madurez con que se desenvuelve a la hora de posicionarse en el terreno de juego. Parece que hace exactamente lo que el entrenador le pide. No en vano, ha relegado a Lucas Vázquez a la suplencia, haciendo de Lucas Vázquez con una mejoría notable, claro está. Es muy generoso en el esfuerzo. En los partidos anteriores en que ha sido titular se ha vaciado en ese lateral derecho, barriendo todo el lateral de fondo a fondo; mostrando con ello un estado de forma espectacular en el momento oportuno. Es capaz de entrar por todas las posiciones de delantero. Ayer experimentó entrando por la frontal, y el resultado fue una obra maestra que culminaba su Hat-trick en el partido. Su asociación con el resto de compañeros quedó de manifiesto también en ese tanto. También ayer mostró que a pesar de su endeblez física sabe atacar la pelota con ambas piernas e incluso cabecear como lo hizo en uno de los tantos. Y aquí lo dejamos por no alargar más esta entrada. 
   Por tanto, ¿es diferente a los demás?, sí. ¿Significa eso que estamos ante una estrella? Esta cuestión es mucho más difícil de responder sin caer en el voluntarismo o en el mero vaticinio. Con todas las cualidades que hemos desgranado anteriormente es difícil que no llegue a ser un jugador importante; pero con tan solo dieciocho años resulta muy aventurado saber qué va a hacer y qué van a hacer con él. Sólo hay que mirar el caso de Vinicius: Lopetegui lo mandó al Castilla, Solari lo catapultó a la titularidad, Zidane lo descabalgó, y ahora se ve obligado a deslumbrar en los veinte minutos que le da cada dos o tres partidos si no quiere ir a la grada. En conclusión: visto lo visto, hay que tener paciencia  con jugadores tan jóvenes. Y esperar que las urgencias que siempre acompañan a este equipo o las circunstancias no malogren su progresión. Otra cosa es la esperanza o la ilusión. Esas caminan por libre, como sus opuestas.
    Desde luego, contra el Galatasaray nos ha hecho recobrar la ilusión; con el permiso de Benzema que en cuestión de asociación es un auténtico maestro, y del resto del equipo, que ayer hicieron un gran partido. 
    Se ganó con mucha facilidad, pero no hay que olvidar que hace solo tres días el Betis se atragantó hasta el punto de impedir el liderazgo de la Liga. Por cierto, con otro gran partido de Rodrygo.
    El sábado está a la vuelta de la esquina. Veremos cómo gestiona Zidane el asunto Bale. Ayer rectificó el error de sentar a Valverde frente al Betis. Sentar a  Rodrygo ahora le va a resultar más complicado, al menos en un Bernabéu que está hasta el gorro del galés. Veremos.