jueves, 29 de noviembre de 2018

No es lo que parece. Roma 0 - R. Madrid 2

   Si nos tomamos la molestia de mirar lo que decíamos a comienzos de temporada, acerca de las dudas que nos transmitía el equipo cuando se enfrentara a equipos aguerridos y con fuerte presión, veremos que se han ido despejando en favor de la catástrofe. Porque eso fue lo que vino a ocurrir en Éibar. Allí se encontraron de nuevo ante un equipo perfectamente ensamblado, trabajado, conocedor de lo que cada uno debe hacer individualmente, y de lo que debe hacer en favor del equipo. De modo que si a eso le añadimos el espíritu con que unos y otros abordaron el encuentro, no nos costará esfuerzo alguno comprender porqué el Madrid recibió un vendaval de presión, juego y goles tan nítido.
   Todo esto viene a cuento de que ayer, después del encuentro en Roma, algunos periódicos y opinadores titulaban que esta era la competición que les motiva a estos jugadores, sabedores de que es la competición que más aprecian directiva y aficionados en general. 
    Todo verdad, salvo un pequeño detalle: el resultado no refleja lo que fue el partido. El Madrid estuvo gran parte del primer tiempo a merced de su rival. Sólo la suerte y el buen hacer de Courtois les impidió irse al descanso con más de un gol en contra. Y eso que enfrente había un equipo muy diezmado por las lesiones y en un estado de forma que le tiene sumido en mitad de la tabla de su liga.
     Que a estas alturas de la temporada aún estemos probando qué jugador ha de hacerse con las riendas del pivote defensivo cuando Casemiro no está, es un síntoma de que las cosas no andan bien. El experimento de Ceballos tuvo resultado desigual. No hay más que ver la debacle de Ipurúa. La colocación de Llorente el martes en esa posición pareció un poco más ajustada. Pese a que el Roma llegó con facilidad durante la primera parte, el chico estuvo bien; sacó la pelota con criterio, se empleó con energía cuando fue necesario y consiguió un orden algo más esperanzador. 
      Pero pensamos que no deberíamos confundirnos; el equipo que teníamos ayer enfrente no es equiparable a casi ningún rival de los que hoy por hoy se encontrará el Madrid en las próximas semanas y meses. La Liga es muy competitiva, los equipos nos conocen muy bien y, sobre todo, el equipo no da síntomas de poner toda la carne en el asador
      Parece que el entrenador ha recibido la lección a medias. Pues ha sentado a Isco y a Asensio, y ha dado entrada de nuevo a Lucas Vázquez, a quien defenestró en Éibar. Sigue apostando por Bale, consciente, suponemos, de que este es un jugador capaz de ganar un partido en fases decisivas, y a la vez muy difícil de tratar a nivel personal. La actitud en los entrenamientos debe ser muy distinta a la de Isco, al decir de Solari; razón por la cual el entrenador lo ensalzó frente al malagueño. Esta regañina en forma de comparación, puede hacer que tengamos un "caso Isco", o lo que es lo mismo,  que haya un enfrentamiento entre entrenador y jugador del que el gran perjudicado sea el club. Pensamos que ya era suficiente castigo mandarlo a la grada. Añadir las comparaciones sobre cómo entrenan los jugadores es vejatorio, por más que sea verdad. Sobre todo porque estamos hartos de ver cómo algunos jugadores han estado y están jugando en un estado lamentable (Modric) o con una actitud deplorable (Bale).
      Así que lo único positivo de este partido es que el equipo se ha clasificado en primer puesto de la Liga de Campeones, que este curso parece que ha situado a casi todos los "gallitos" en primera posición. Esto permitirá evitar cruces más que peligrosos; a la espera de lo que finalmente hagan en el grupo del Nápoles, Liverpool y PSG.
       Ahora espera el Valencia, que a pesar de haber quedado eliminado de la Champions, es un equipo en alza en su juego. Veremos el sábado qué cara nos muestran unos y otros.
    

lunes, 12 de noviembre de 2018

Benzema lidera la racha ganadora. Celta de Vigo 2 - R. Madrid 4

   Con las obligadas incorporaciones de Reguilón por Marcelo y Odriozola por Carvajal, el equipo que salió ayer al terreno de juego era el mismo de la etapa Lopetegui, jugando además con un esquema parecido. Pero no se pareció en nada en lo referente a la actitud de los jugadores. De la apatía a la participación, de la individualidad a la solidaridad, de la pereza al esfuerzo; el equipo era otro muy distinto
   Y eso que el contrario no escatimó ni esfuerzos ni medios para rebajar los ánimos merengues, con entradas bruscas a destiempo que provocaron lesiones que ya veremos en qué terminan sustanciándose. En este capítulo, como siempre, la responsabilidad es achacable al árbitro por permitir este tipo de juego. 
     Sacamos esto a colación porque tuvo una incidencia importante en el transcurrir del partido, al tenerse que sobreponer a las lesiones de la mitad de la zaga (Casemiro, Nacho y Reguilón). Y no solo sus sustitutos estuvieron a la altura, sino que los demás no se arrugaron, redoblaron el esfuerzo hasta conseguir una meritoria victoria.
     Cabe preguntarse qué ha cambiado en este equipo para que se produzca esta mejoría tan llamativa y repentina. Creemos que han cambiado cuatro cosas fundamentalmente: la mejora de la actitud de casi todos los jugadores, el paso adelante dado por algunos de ellos, el cambio de acera del  infortunio, y el cambio de entrenador.
    Estos cuatro elementos son claves, pero no por sí mismo, sino de manera interrelacionada. Es decir, que no podemos saber qué fue antes o cómo uno influye sobre los otros, pues quizá la mejora de la actitud vino a consecuencia del optimismo generado por alguna victoria en la que los palos cambiaron su preferencia (ayer sin ir más lejos el Celta envió un cabezazo al palo, mientras a Benzema le entró el balón enviado al palo que rebotó en un contrario).  O si la fortuna es un acompañante más de esa mejoría de la actitud. O si Benzema dio el paso adelante hasta convertirse en el jugador que llevamos esperando todos estos años, porque todos han apretado un poquito más, le llegan más balones en condiciones... O fue porque el entrenador le ordenó centrarse más en la función de delantero puro.
      Lo cierto es que el cambio de entrenador ha coincidido con todo esto y alguna "culpa" debe tener Solari, al margen de que cualquier cambio en el banquillo genera una expectativas en la plantilla. Y aunque, como hemos dicho al principio, la mayoría de los cambios han sido obligados; también es verdad que ha sentado a Isco, a Asensio, y ha dado entrada desde el inicio a Lucas Vázquez y a se ha inclinado por Courtois de forma clara. Esto le ha llevado  a tocar menos de lo que lo hacía con Lopetegui, a ser por tanto más vertical y a reforzar las ayudas defensivas al menos en la banda derecha. Ya solo le falta perder la paciencia infinita que todos los entrenadores están teniendo con Bale. Quizá la baja forma de Isco y Asensio es la razón de que no esté ocupando un asiento. Quizá se deba a que no quieren perderlo para el resto de la temporada.
      No podemos dejar pasar algún comentario sobre la aportación de algunos jugadores a los que nos referíamos más arriba. El caso de Reguilón es el ejemplo más claro porque está supliendo a Marcelo magistralmente; por supuesto en defensa, pero también en ataque. También es de destacar el buen rendimiento dado por Ceballos. Ayer nos gustó especialmente porque tocó menos, se posicionó mejor, y nos pareció más efectivo. Courtois ya había demostrado que era un gran portero, pero ayer sacó dos balones fuertes y rasos que solo su envergadura y agilidad hacen posible parar. En este sentido es un valor añadido. Poco a poco se va acoplando mejor con su defensa.
     Mención aparte merece Benzema. No solo por la belleza de sus goles (el primero es una obra maestra), sino por su participación constante en el juego en todas sus facetas: desmarcándose, disparando, desbordando (el segundo es otra genialidad) y hasta cabeceando. Creemos que lleva nueve goles en la temporada, a los que habría que sumar algunos penaltis que no tiene oportunidad de lanzar porque ante la racha de Ramos tenemos que rendirnos. Sobre todo por el morbo que supone apostar por que esta vez no lo va a tirar a lo Panenka, pero... ¿y si sí?  Está empeñado en hacerse un mito y va camino de conseguirlo, por más que la prensa inglesa se empeñe en demonizarlo.
     Viene un parón de muchos días en el que esperamos la recuperación de los lesionados y que la racha continúe a la vuelta. El Éibar nos espera en casa. Veremos.
     

lunes, 5 de noviembre de 2018

Agitar como sea. R. Madrid 2 - Valladolid 0

  Ningún signo de mejoría. Ni siquiera el cambio de entrenador trajo agitación en la plantilla; juegan los mismos que lo hacían con Lopetegui, y con el mismo esquema y sistema de juego. En esas condiciones era muy difícil que se mejorara lo más mínimo frente a un rival muy bien trabajado. 
      Lo único que cambió fue la fortuna. En esta ocasión se puso de parte de los blancos: dos palos del Valladolid y alguna llegada en mano a mano con Courtois que por "fortuna" se fueron fuera.
      En realidad fue peor que eso. Observamos una cierta mejoría en la actitud de algunos jugadores respecto a partidos anteriores. Ya sé que esto nos llevaría a pensar que algunos de ellos hicieron muy poco para salvar a su entrenador. Pero también podemos pensar que al dejarles en Madrid en el partido de Copa, el buen resultado les dejaba a los pies de los caballos a ellos (véase Modric, Isco, Bale, Kroos). De todos modos, el posible cambio de actitud fue del todo insuficiente porque tampoco es que se esforzaran mucho más. 
       Quizá Solari pretenda cargarse de razones para llevar a cabo una revolución en las alineaciones; pero mucho nos tememos que esa no es su intención. Más bien se trataría de buscar una mayor implicación y motivación de los habituales del equipo. Siendo verdad que con esto debería bastar para dar la vuelta a la tortilla, no creemos que hoy por hoy eso solo baste. Insistimos en que la enfermedad es más grave de lo que algunos piensan desde dentro.
       Es imposible cambiar el rumbo, si te empeñas en alinear a jugadores como Bale. Es indignante escuchar al entrenador señalar los defectos defensivos (que son palpables) de Vinicius que salió un cuarto de hora al terreno de juego; y no mencionar nada acerca del compromiso defensivo del galés en todos los partidos completos que disputa. Sobre todo porque el jugador que le sacó las castañas del fuego en los dos últimos partidos no se merece un reproche público. Pero una vez más es más fácil atacar al más débil.
        Para colmo, cada cambio que realizó el entrenador fue contestado con malos humos por los respectivos sustituidos (véase Casemiro y Bale), salvo Asensio. Pensamos que Casemiro no debería haber sido sustituido, porque el equipo está sufriendo mucho a nivel defensivo, y más bien hay que reforzar este aspecto; pero no puede ser que un jugador muestre su enojo públicamente como él lo hizo. El entrenador está para eso, y si además le sale bien (por fortuna sin duda), habrá que convenir en que toca aguantarse un poquito los ímpetus.
     Hoy por hoy cualquier jugador que remueva un poco el juego, aunque no sea muy ortodoxo, es beneficioso para el equipoPorque el juego se ha vuelto tan plano y previsible; está tan estudiado por los contrarios que resulta imposible sorprender a nadie. Lo hizo Ceballos en el partido contra el Atlético. Lo ha hecho Odriozola en varios partidos. Lo repite cuando quiere y puede Marcelo. Y lo ha repetido Vinicius en Melilla y el sábado, a pesar de que solo dispuso de quince minutos. 
    Estos son hechos. Y el entrenador tiene motivos más que sobrados para acometer estos cambios; pues aunque sea difícil abordar la temporada sin los jugadores claves, su trabajo consiste en buscar lo mejor para el equipo manteniendo la motivación de todos jueguen más o jueguen menos. Probablemente esto que es fácil de decir, sea muy complicado de conseguir; pero por eso se ha tenido que marchar Lopetegui. Por tanto, Solari puede pretender que el enfermo remonte con la misma medicina, pero corre el riesgo de llevar el mismo camino que su antecesor.
     Sin volverse locos con lo hecho por Vinicius, conviene señalar que ha llegado la hora de dar más oportunidades a los agitadores, ya sea Vinicius, Reguilón (magnífico partido el sabado) De Frutos, Feuillassier o Cristo, por poner algunos ejemplos desconociendo cuáles de ellos pueden jugar en el primer equipo. Quizá de esta forma no solo se agitarían los partidos, sino también una plantilla demasiado acomodada. Siendo rigurosos, los mejores jugadores del sábado fueron Reguilón, Odriozola, Benzema y Vinicius. Pues eso.
      El miércoles viene un partido decisivo en el devenir de la Liga de Campeones esta temporada. Es necesario recordar que este equipo nos pudo ganar en casa. Veremos qué cara presenta el enfermo.