jueves, 27 de septiembre de 2018

Un paso atrás. Sevilla 3 – R. Madrid 0


   En un principio pensamos cargar las tintas sobre la celebración de los premios The Best. Después de reflexionar un poco, hemos llegado a la conclusión de que en la debacle de anoche hay jugadores que asistieron a dichos premios y jugadores que no lo hicieron. Siendo verdad que todos jugaron bastante mal, también lo es que no pueden diferenciarse por esta circunstancia. Es por eso que la cuestión nos parece más profunda. Y en cualquier caso, nada podría hacerse, pues opinamos que la asistencia a los mismos es algo que el R. Madrid no puede prescindir o renunciar a hacer. Sobre todo porque perjudicaría la imagen del club, de la que también se alimenta.
   Lo vivido ayer contrasta tanto con lo vivido hace tan solo una semana, que cuesta mucho creerlo y darle una explicación más allá de la lanzada por Casemiro al término del partido: le regalamos la primera parte del encuentro.
   Volveríamos pues al tan traído y llevado tema de la actitud. Según esta explicación, los jugadores habrían salido relajados, con pereza, falta de ritmo; mientras el contrario estaba concentrado, acelerado y con un ritmo endiablado.
   Y con esto habríamos encontrado una explicación razonable a lo ocurrido. Pero, sin ser incierto este análisis, a nuestro entender existieron más razones para que finalmente el Sevilla goleara a un equipo que llegó con la vitola de ser el menos goleado, merced a la mejoría en su sistema defensivo. Aunque no hemos participado de este análisis, pues no creemos que haya mejorado el sistema defensivo sustancialmente, sí es verdad que hasta ayer el equipo parecía sufrir menos que en otras temporadas. Pero nosotros creemos que eso tiene “un culpable”: la posesión. El equipo de Lopetegui, hasta ayer, tomaba el mando de la pelota en todos los partidos de forma abrumadora, y eso, por sí mismo, disminuye las posibilidades del contrario (mientras tú la tienes, el contrario no puede hacerte daño). Pero ayer no tuvo la pelota, o al menos no la tuvo como días atrás. Se vio atosigado desde el minuto cero por la presión que le hizo el Sevilla. La pelota no fluía con la facilidad de otros partidos, la movilidad de los jugadores sin balón se resintió; y finalmente, la disposición táctica del Sevilla no permitió mover y madurar las jugadas.
   Aún así, este relato no explica la enorme ventaja que cobró el Sevilla en tan poco tiempo. Y es que los errores defensivos lastraron al equipo de un modo definitivo, especialmente en los contragolpes para los que no contaba con la velocidad y oportunidad de Carvajal, cuya ausencia fue esencial. De nuevo estuvieron muy por debajo de su nivel Varane y Sergio Ramos, quedó muy señalado Marcelo, y de nuevo no estuvieron a la altura Asensio y Benzema.
   En definitiva, un paso atrás como equipo, pues seguimos teniendo un problema defensivo secular que tampoco Lopetegui acaba de solucionar. Un paso atrás de algunas individualidades que volvieron a comportamientos pasados: Asensio, Bale, Benzema. Un paso atrás del centro del campo que es el verdadero sostén del equipo de Lopetegui para poder mantener la pelota: Kroos y Modric tardaron mucho en entrar en el juego. Un paso atrás en la aportación de los suplentes (Lucas Vázquez, Mariano) que a pesar de que dispusieron de media hora, tampoco aportaron nada nuevo.
   Una oportunidad perdida para haber distanciado al máximo rival, que previamente había perdido contra el colista de la Liga. Ojalá fuera un problema de actitud, porque eso es muy fácil de remediar. Si fuera un problema de estructura o plantilla, tendríamos más dificultades.
   Viene otra prueba de fuego enseguida. Veremos.

jueves, 20 de septiembre de 2018

Un espectáculo total. R. Madrid 3 - Roma 0


    Para quienes no pudieran ver el encuentro, baste decir que hacía muchos años (como que no recordamos) que no se hacía un partido tan completo. Teniendo en cuenta la categoría del rival, que viene de ser semifinalista de la anterior edición de esta competición, y el equipo que cercenó las posibilidades del Barcelona en dicha edición.
   El dominio fue abrumador a favor de los blancos, que gozaron de infinitas posibilidades de anotar mucho antes de la magnífica falta que transformó Isco; pero de nuevo el acierto del portero rival frustró las ansias por ponerse delante en el marcador.
   El Madrid tocaba y desplazaba el balón con rapidez, tiraba desmarques arriba a los que se llegaba con relativa facilidad, o se hacían desplazamientos a larga distancia (los de Ramos a Carvajal empiezan a ser míticos por su trascendencia) que descolocaban el sistema defensivo de la Roma.
   El gol tenía que llegar y, aunque se resistió, mereció la pena esperar por el juego desplegado y por la bella factura del saque de falta que nos regaló Isco.
  El segundo tiempo, con la Roma más diezmada físicamente, vino a ser un recital de Modric e Isco. Uno, manejando la batuta en el centro del campo, metiendo unos pases interiores precisos y de tiralíneas, como el que dio lugar al segundo gol de Bale. Otro, con detalles de una calidad y preciosismo dignos del mejor de los  espectáculos, al que posteriormente vino a sumarse un Asensio que a punto estuvo de hacer uno de los goles del campeonato en un control y vuelta completa en un palmo de terreno, que de nuevo el portero de la Roma desbarató.
   A esta orquesta maravillosa que fue ayer el equipo, solo podemos poner un pero; cierta tendencia a desafinar de alguno de los componentes en defensa. Como ya hemos hablado de ello en otras ocasiones, no vamos a insistir. Pero sí decir que persisten los problemas, pese a que apreciamos que se está trabajando con Marcelo.
   Varias buenas noticias. La mejor, la irrupción de Mariano, que si bien es verdad que entró con el rival entregado físicamente, desde el primer instante supo buscar su hueco en los 20 min. que le dieron. Peleó y encontró su recompensa en un golazo de fuerza y potencia. Esto permitirá un recambio de garantías, si Benzema empieza a coquetear con su melancolía. Tampoco está mal que Isco haya decidido apretar el acelerador y que Asensio demostrase que hoy por hoy es el jugador más en forma del equipo, junto a Carvajal que acudió a apagar fuegos allá donde aparecían (lo vimos hasta en la banda izquierda). Y qué decir de Modric. Si en Bilbao lo vimos flojo (incluso reclamamos su sustitución), ayer cogió la batuta y condujo al grupo a un concierto extraordinario: juego, ocasiones, goles… un espectáculo total.
   Esperanzador comienzo en esta competición, aunque hay que recordar que esto no es cómo comienza, sino cómo termina.
   Espera el Español. Veremos.
  

lunes, 17 de septiembre de 2018

Físicos de noventa minutos; un problema. Atlétic 1 – R. Madrid 1



   Hemos de recordar una vez más las palabras escritas en la entrada anterior, referidas a la respuesta que se podría dar ante equipos que aguantasen el desgaste físico que supone presionar al límite todo el tiempo, tal como ocurrió con el Getafe. La respuesta no se ha hecho esperar. El planteamiento del Atlétic fue bastante parecido al del equipo madrileño, salvo que mientras estos no pudieron aguantar todo el tiempo, el Atlétic sí lo hizo. Bueno, para ser justos, también el portero vasco tuvo bastante que ver en este empate, que a ellos les sabe a victoria.
   Y eso que el Madrid movió el balón, con una rapidez impresionante en la primera parte, bajo la batuta de un Ceballos omnipresente. Quizá en exceso, porque convertirse en el iniciador de la presión, cuando los demás no están en ello, aparte de agotador es inútil.
   Como decimos, el toque rápido debería haber sido el recurso ante un equipo que no dejaba de presionar con faltas tácticas y la acostumbrada permisividad arbitral. Pese a lo cual, el Atlétic terminó con 20 faltas y seis amarillas, debieron ser más y algún jugador debió terminar en la caseta: véase, Raúl. Con esto y la mencionada buena actuación del portero les bastó para frenar, e incluso ponerse en ventaja en el marcador, en una jugada que causó mucho daño al equipo, que se desorientó en lo que quedó de primer tiempo. Como esperando instrucciones de su entrenador.
 Y así fue. En la segunda parte, los cambios de Casemiro e Isco dieron algo más de profundidad y colocación en el campo. Ahí llegó el gol de Isco, y las numerosas oportunidades desbaratadas por Unai, el portero atlético.
   Desde el no conocimiento del comportamiento del día a día en los entrenamientos, nos permitimos opinar acerca de la alineación y cambios efectuados por Lopetegui. No sin antes señalar los errores cometidos por Marcelo y Ramos en el gol encajado. No entendimos las excursiones de Ramos hacia adelante; sobre todo porque no estaba en el terreno Casemiro que puede cubrir esa posición. Lo de Marcelo y su espalda en defensa ya es sabido. Ahí estuvo el error más grave. Falta determinar si eran indicaciones de Lopetegui u obedece a una licencia que se concede el capitán, que a nuestro juicio está tomando demasiadas competencias en el juego: Defiende, lanza balones en largo como nadie, lanza los penaltis, saca las faltas, protesta como capitán ante el árbitro,… Demasiadas funciones para un solo jugador. Nos hemos “librado” de Cristiano, pensarán los demás jugadores, y ahora viene este a hacer lo mismo, pero ampliado.
   Además, no entendimos el cambio final de Lucas Vázquez. Esperábamos la entrada de un delantero centro, ante la floja actuación de los dos de arriba (Bale y Benzema), que viniera a rematar las previsibles acometidas del equipo en los minutos finales. Lucas no aportó nada, y se llegó al empate final que sabe a poco.
   En conclusión, que los equipos con físico de 90 minutos y bien ordenados se nos van a atragantar como lo hacían la pasada temporada. A menos que los Bale, Modric, Benzema, Kroos den un paso adelante, y Ramos lo dé hacia atrás en sus omnímodas tareas. ¡¿Pero qué haremos cuando no esté él?!
   Viene la Champions, viene la Roma. Veremos.