Lo hecho por Lopetegui, además de contar con infinidad de precedentes
similares (Kubala, Luis Aragonés, Van Gaal, Conte...), es lo que hacen a diario los propios periodistas-estrella y demás farándula
que dominan los medios de comunicación (solo hace falta revisar algunos
titulares de periódicos hablando de “fichajes” de periodistas para esta o
aquella cadena, para este o aquel programa).
Me creo la versión del Presidente y del
entrenador del Real Madrid, no porque sea madridista, ya que en estos días he
leído a muchos madridistas atacar y poner en tela de juicio la actuación de
ambos en este asunto con calificativos como desleal, traidor, chulo,
prepotente; sino porque no acabo de ver qué podía ganar ni uno ni otro actuando
con ocultismo o esperando a falta de cinco minutos antes de sacar el comunicado del
fichaje, para comunicárselo al Presidente de la federación.
Sospecho que aún no conocemos los entresijos de este asunto en
lo relativo a los detalles y a las motivaciones que llevaron a Rubiales a tomar una decisión inédita en el mundo. Sí tenemos
conciencia y constatación de los trazos gruesos que se han ido marcando desde
el mismo momento en que saltó a los medios este asunto.
Probablemente uno de los errores cometidos
por Presidente y Entrenador es no haberse buscado el apoyo de algunos grupos
mediáticos a través de algunas exclusivas, a fin de romper esa unanimidad en el
linchamiento. Ese ha sido el error, motivado por la idea de que no se
produjeran filtraciones que enturbiaran la concentración.
En estas, guiado por el efecto de unanimidad
que habían tomado los acontecimientos, irrumpe el otro gran actor de este
esperpento: el Presidente de la Federación. Rubiales se pone al frente de la
manifestación y decide entrar cual elefante en cacharrería. Tirando por la
calle de en medio, y sin tener en cuenta los intereses de la Selección, expulsa
al entrenador.
¿Es que hay alguien que pueda apoyar
semejante dislate, que ha asombrado y dejado patidifuso a medio mundo? Pues sí,
ahí están un montón de medios apoyando la decisión demencial. Como no creo que
el Presidente de la Federación se tire de cabeza a una piscina vacía, vengo a
concluir que Rubiales contaba al menos con la aquiescencia de “significados”
periodistas que automáticamente respaldan la decisión y atacan despiadadamente
a Lopetegui.
No se preguntan si la versión dada por el
Presidente de la Federación es la cierta, antes al contrario la dan por
incuestionable y a partir de ahí descargan todo su argumentario que lleva al
linchamiento. Lo paradójico en clave de discurso patriótico es que entre los más fervientes apoyos que recoge
el señor Rubiales se encuentran las redacciones de los distintos periódicos
catalanes (Sport y El Mundo Deportivo) y no catalanes que cuentan con periodistas culés al mando
de las mismas (Véase El País); así como los de las principales
radios nacionales SER (Véase Carreño).
Unos "llaman"a modo de predicción a todos los pueblos de España a
pitar al Madrid por antipatriota, otros frivolizan y demandan que al Madrid se
le aplique el 155, alguno incluso trata de poco adulto a Lopetegui por haber
llorado en la rueda de prensa (véase el twit del actor Latorre). En fin, una
especie de barra libre para insultar y desvariar.
Y esta es la historia inacabada de un
linchamiento a una persona honesta y profesional, que nos había
logrado clasificar para el Mundial y que no ha cosechado una sola derrota desde
que se hizo cargo de un equipo desnortado.
La realidad es tozuda. El Madrid necesitaba
un entrenador, Lopetegui es el elegido porque está en el mercado al tener
cláusula de rescisión. Al entrenador le parece que es la oportunidad de su
vida, llega a un acuerdo con el club, se lo comunica a su “empresa”, deciden
hacerlo público en aras a no enturbiar con especulaciones y filtraciones la
participación en el campeonato. El Presidente de la Federación lo acepta en
principio, pero después cambia de opinión (esta es la parte oscura y no
aclarada de la historia) y decide echar al entrenador por encima de toda
lógica.
Es verdad que hacía unos días que había renovado su contrato, pero también lo es que en él se incluía una cláusula de rescisión que el propio Rubiales rubrica. Lopetegui no deja tirada a la Selección puesto que el próximo campeonato está a dos años vista. Tiempo más que suficiente para que el nuevo entrenador pueda desarrollar su trabajo.
Todavía hay quien habla de la influencia del trabajo de Luis Aragonés en esta Selección. En el partido contra Portugal ya había algunos periodistas que hablaban de la impronta de Hierro en el equipo. Nadie (unanimidad de nuevo) se acordó de Lopetegui para nada bueno. Al día siguiente en letra pequeña divisé en un periódico un apunte que había alusión a que el gol de Costa a pase de cabeza de Busquets era una estrategia preparada por Lopetigui. En fin, el discurso único y la parcialidad en una profesión que debiera ser todo lo contrario.
Algunos dicen que deberían haberlo anunciado al final del Mundial. ¿Pero es que alguien puede imaginarse que este asunto se podía ocultar a los medios hoy en día? ¿Y si estalla en cuartos o en semifinales, pongamos por caso?
Particularmente he de decir que me gustaba
el hacer de Lopetegui desde que estuvo en el Oporto. Creo que imprime un sello
competitivo a sus equipos y les dota de recursos para afrontar con variantes
los encuentros y la competición. Por eso creo que puede ser un buen entrenador
para el Madrid. Esto no garantiza nada cuando se trata de un deporte cuyo éxito
depende de multitud de factores; sobre todo de que entre la pelota o no en la
portería. Para muestra, ahí está el partido frente a Portugal: jugamos mejor,
Portugal tiró tres veces y las marcó…
Para concluir, no creo que Lopetegui merezca lo que le ha sucedido. Sobre todo porque estamos
convencidos de que su único pecado ha sido fichar por el Real Madrid. De
haberlo hecho por cualquier otro equipo no habría habido este linchamiento.
Esperamos por ello que los éxitos le
acompañen en esta andadura que afronta, y que le compensen los sinsabores y
amarguras de este esperpento nacional.