Una vez más esta temporada el equipo no es capaz de sacar adelante los encuentros que disputa en casa. Allí donde en tiempos pretéritos pocos equipos lograban puntuar.
Es posible que se trate simplemente de una coincidencia, incluso de cierto infortunio a la hora de materializar las ocasiones de que se dispone. Lo cierto es que Levante, Valencia, Betis y el Tottenhan ayer lograron por momentos hacerse dueños de la pelota y del juego, o crearon ocasiones también clamorosas, en las que la mano de Keylor desbarató.
Al margen de estudiar por qué sucede esto en el Bernabéu; ayer pudimos ver que en numerosas ocasiones el equipo quedó a merced del contrario por un mayor ímpetu. una mayor concentración y la cacareada mejor actitud.
Desconocemos si es que la Champions no es suficiente motivación para algunos jugadores, o es que volvían cansados del parón de las Selecciones, o es que de nuevo creen que se puede ganar un partido sin poner ese plus imprescindible hoy en día.
Hay un par de aspectos que es necesario corregir para que esto no se repita y se llegue a entregar alguna competición prematuramente. Por una parte tenemos un problema táctico a la hora de alinear a determinados jugadores. Si Marcelo juega es necesario reforzar su lado con alguien que le supla cuando sube y que le apoye cuando ejerce de defensa. Ayer su banda se convirtió en un coladero constante, en un día que tampoco estuvo afortunado en ataque. Se le veía apático, sin chispa y muy despistado e indisciplinado en la zaga: un desastre. Zidane tiene que buscar la solución a esa falla defensiva que es un problema mayúsculo. Por otro lado, la alineación de Benzema empieza a ser una cuestión vital para el equipo, ya que no acaba de rematar balones y jugadas sumamente fáciles, por más que luego sea capaz de hacer jugadas inverosímilis.
A todo esto le añadimos que Modric no tuvo su noche, ni Cristiano y los mencionados Benzema y Marcelo tampoco. Además de una falta de reacción desde el banquillo. No hay más que ver el minuto en que entró en el terreno de juego el primer suplente, creo que por encima del minuto 80.
Con todos estos ingredientes, y el magnífico planteamiento de Pochettino, con unas salidas al contragolpe fulgurantes y el poderío físico a balón parado, obtendremos una explicación más que ajustada de lo ocurrido sobre el terreno de juego ayer.
Lo único positivo, si es que se puede decir eso, fue el empate del Dormund y el Apoel que les deja a ambos bastante lejos de poder inquietar la superación de esta fase a Tottenhan y Madrid. A falta de sorpresas, en unos días el Madrid se jugará la primera plaza en Londres. Quizá el factor campo contrario sea más positivo a los blancos. Veremos.
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