Solo la fulgurante aparición de Isco en el segundo de los goles del Madrid pudo resolver un partido que estuvo lejos todo el partido de inclinarse hacia los blancos. Tuvo que venir de la mano del mejor jugador del equipo en el día de ayer, porque la delantera estuvo básicamente ausente en el día de ayer. Y ya van unos cuantos.
Una primera parte para olvidar. Vimos como viene siendo habitual a Modric en el lateral derecho, apagando fuegos. Aunque sea repetirse, ver al jugador llamado a mover y hacer funcionar al equipo más pendiente de suplir las ausencias del lateral, duele. Podríamos darlo por bien empleado si el equipo funcionara, controlara y dominara el partido; pero ninguna de estas cosas ocurren. Todo lo contrario, el Madrid no parece un equipo, estuvo a merced del Osasuna gran parte del partido; y para colmo, el gol vino precisamente por esa banda tras una pérdida de pelota de su lateral (Danilo).
¿Qué hay detrás de esta situación? No sabemos si será el cansancio físico o mental de los jugadores, o del entrenador. Es posible que esté en la mente del entrenador alinear a Kovacic ante el Nápoles en lugar de Luca Modric, aunque también puede que sea este el que necesitaba rodarse después de la lesión para ese partido. Lo que quedó claro ayer es que el colista pudo haberse llevado el encuentro de haber tenido más fortuna, que le bastó con situar su defensa algo adelantada para asfixiar a un Madrid que no fue capaz de atacarla, salvo en contadas ocasiones. Esto debe entrenarse. Los delanteros estáticos o basculando a un lado u otro, sin tirar una sola diagonal. Las subidas alocadas y despreocupadas de los dos laterales dejan a los centrales a merced de los delanteros contrarios cuando quedan como último baluarte. Demasiado espacio para cubrir.
La salida de Lucas Vázquez vino a dotar de otro ritmo al equipo. La lamentable actuación de Benzema hizo muy visible la presencia del canterano, que se materializó en la gran definición de la jugada del tercero. Precisó demasiado el entrenador para sustituir a un jugador con el que no es que haya paciencia, es que hay favoritismo. Toda la noche perdía una y otra vez la pelota entre sus propios pies, falló alguna ocasión bastante clara, y adoleció como siempre de falta de carácter, incluso para protestar cuando el contrario le hace una falta evidente.
Y aunque Ronaldo no se discute, tampoco estuvo a la altura acostumbrada. Hizo su gol, pero no se le vio con la chispa necesaria. Molesta mucho verle protestar porque no le pasan la pelota, en lugar de alegrarse por el gol conseguido por un compañero.
Modric se lesionó en parte por el sobreesfuerzo tras una lesión, y parece que no se aprendió la lección. De nuevo se vuelve a abusar de su utilización, entre otras cosas porque se le encomiendan funciones comentadas más arriba que le alejan de su mejor versión.
Quizá el miércoles los titulares sean Morata y Kovacic en lugar de Benzema y Modric; y entonces todo lo dicho aquí tendría una respuesta lógica del entrenador. Si no es así, lo ocurrido en el campo es lo que describimos, y por tanto el entrenador tendrá que tomar decisiones.
Ante el último de la clasificación no podemos decir aquello de "había que ganar y se ganó". Es necesario hacer un partido que transmita confianza a todos, especialmente a los propios jugadores. De lo contrario, la cuesta de enero será una tachuela comparada con la de febrero. El miércoles está encima y solo tenemos una buena noticia: la recuperación de Isco para la causa. Veremos.
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