Aunque sin la trascendencia inmediata de otras ocasiones, el partido de ayer tuvo que resolverse por la misma vía de apelación a la épica. Para cualquier equipo, el error de Casemiro y las consecuencias posteriores en el marcador (el Depor se puso por delante), habría llevado a la depresión y posterior pérdida de los puntos. Pero para un equipo acostumbrado y "entrenado" en las remontadas con marchamo de épica, todo pareció poner en práctica lo "ensayado". Así, entre los aficionados del local en que estuvimos viendo el partido, se empezó a escuchar tras el empate de Mariano, ... "Y ahora viene el de Sergio Ramos". Tal que así, precedido del saque de esquina correspondiente, apareció Sergio disfrazado de ave en un vuelo casi innecesario por la altura del remate, y no se sabe cómo en solitario remató un testarazo a la red que quedará en la memoria de todos.
No sé si lo vivido ayer será eso que se suele llamar "la grandeza del fútbol", pero lo que no cabe la menor duda es que los seguidores del equipo blanco tuvieron que aumentar en un número considerable. Porque las remontadas en eliminatorias con partido de vuelta habituales en el Bernabéu son siempre un motivo de satisfacción y una gesta en cierto modo colectiva; pero cuando son improvisadas ante tu público se entiende por qué este deporte colectivo mueve pasiones.
Ya veremos al final de esta Liga la importancia del gol logrado por Sergio Ramos. No sería de extrañar que tuviera la trascendencia acostumbrada de una gesta que camina hacia la leyenda. Lo veremos al final del "curso liguero".
A todo esto, al partido de ayer no le faltó ningún ingrediente. Hay materia para un largo análisis, pues a la controvertida decisión previa de Zidane de reservar a jugadores fundamentales para el Mundialito, se derivó el interés por ver cómo se reivindicaban los teóricos sustitutos y suplentes, y para no faltarle nada, Casemiro decidió que había que probar a Zidane en los cambios y variantes tácticas de improvisación que le permitieran salir indemne de su decisión de priorizar el Mundialito. Pues bien, todos los retos resultaron positivos (gran partido de Isco, golazo de Morata, buen trabajo de James, excelente Casemiro hasta el cruce de cables) porque la dicha fue buena, gracias a los goles de Mariano y Ramos.
Pero el ingrediente más destacable es que esta victoria se logró ante un grandísimo Depor, que le planteó un partido con una presión colectiva e individual atosigante, no exento de calidad en cuanto conectaban con el ataque (ahí están los dos goles gallegos).
Nos vamos al Mundialito con los deberes hechos. En la memoria está lo ocurrido hace ¿dos años? : punto de inflexión por abandono en mitad de temporada. Veremos las consecuencias del mismo.
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