Oigo a algunos periodistas criticar a Benítez por elogiar el trabajo de sus jugadores en el partido de ayer. Aludiendo a que el trabajo es algo propio de los equipos pequeños o con poca calidad de sus componentes. De suerte que el Madrid debería ganar los partidos con la gorra teniendo en cuenta la calidad que en teoría atesoran sus jugadores. Son los mismos periodistas que cuando el equipo no trabaja lo suficiente les dicen que hay que ponerse el mono de trabajo y correr mucho más o dar más espectáculo.
Sin estar de acuerdo con Benítez en su quehacer, especialmente en los últimos partidos, hay que decir que la única forma de salir adelante cuando el equipo no está bien, cuando la plaga de lesiones es tal que la mayoría de los jugadores están en trance de recuperación, y cuando tienes que ganar sí o sí para no quedarte descolgado en la Liga... es a partir del trabajo laborioso y solidario.
Se vio al equipo igual que en otras ocasiones, sin alma, sin chispa; pero también se vio una ligera mejoría de todos sus componentes. Agarrados a un Modric que se multiplicó en defensa y en la dirección del juego, que fue sometido a una constante presión por el equipo contrario; y que sin hacer un gran partido pudo darle salida al balón ante un equipo que presionó y corrió hasta la extenuación.
Desde mi punto de vista la clave de que el Éibar ayer apenas creara peligro estuvo en las ayudas que puso Benítez a los laterales, sobre todo la de Kovacevic a Danilo (ayer fue más discreta su actuación), pero también la de James a Carvajal (ayer volvió a ser un jugador demasiado precipitado, con muchas imprecisiones en el pase), y el ligero avance de Kroos que no estuvo tan desastroso como otras veces, aunque no acabo de entender por qué no jugó Casemiro.
Cristiano sigue poco acertado de cara al gol. Poco que reprocharle a un delantero que tiene en ese sentido el mayor crédito que pueda concederse. Únicamente que debería dar opciones para que otros compañeros puedan lanzar algunas faltas. Y si él no lo hace, para eso está el entrenador, para convencerle de que el equipo debe tener otras opciones. Quizá hayamos topado con la Iglesia, pero el Presidente acaba de decir que tiene plenos poderes: pues eso.
Bale, aunque se le ve algo más activo, durante el encuentro tiende a desaparecer de forma absoluta, sin embargo, también tiene que jugar a la fuerza... Es un caso parecido al de Ronaldo, pero con bastante menos crédito que el portugués: aún estamos esperando a que demuestre ese fútbol que supuestamente atesora más allá de algunas jugadas deslumbrantes.
Caso aparte es el de James. La prensa ha empezado a calentarle la cabeza con que siempre es el sustituido, y que él tiene que ser titular... Es posible que se merezca ser titular, pero en un equipo como el Madrid un jugador no puede enfadarse como lo hizo ayer por un cambio a falta de unos minutos para terminar el partido. Sobre todo porque su partido no fue para enmarcar. Cumplió, pero nada más. Con este lío de centrocampistas y aún hay que oír que el Madrid busca un centrocampista, italiano para más señas que lanza muy bien las faltas. O sea, justo lo que no necesitas; tienes saturado de buenos jugadores el centro del campo (aún tenías en el banquillo a Isco) y tienes a Cristiano que no deja tirar faltas a nadie... pues eso.
En fin, que me parece bien lo de trabajo, trabajo y trabajo, hasta que Benítez pueda disponer del equipo al completo. Figurines sin trabajar nos han llevado a recibir del Barça una de las humillaciones que quedan en los anales. Ahora bien, el entrenador debe darse prisa en configurar un once que solvente los encuentros con mayor facilidad y prontitud. Trabajo tiene por delante. Ya veremos.